miércoles, 8 de septiembre de 2010

Camino de la procesión, plegaria por la Paz



Raúl San Miguel

Foto tomada de la Internet

En ambas aceras de la calle Reina, en pleno corazón de Centro Habana, la gente espera (sentados algunos en el andén) húmedo por la finísima lluvia que ha caído de manera impenitente durante toda la tarde. La procesión de la Virgen de la Caridad del Cobre había comenzado. El hecho resultaba excepcional porque no siempre la imagen de la Patrona de Cuba es sacada (en este caso) de su recinto en la Iglesia que lleva su nombre en la calle Salud entre Campanario y Manrique.
Es un espectáculo hermoso. Los rostros exhiben la plegaria más importante para los cubanos: Paz (en un sentido mundial contra la guerra) y Salud para todos los que habitamos en el planeta. Así lo confirma una anciana que se persigna y reza en un murmullo que pasa de boca en boca, mientras avanza la procesión. En el aire se respira la solemnidad del hecho que convoca y reúne a los transeúntes en la interminable hilera que se multiplica en los balcones. Algunos portan banderas cubanas, otros visten de amarillo que es el color de la santidad en el panteón yoruba.
La Virgen ha salido a la calle. Es un buen augurio la iniciativa. La Patrona de Cuba ha salido y con ella su pueblo y sus hijos en una plegaria gigantesca que se extiende más allá de las fronteras establecidas por los hombres, incluso de las diferencias políticas. Llueve aún en La Habana.