jueves, 19 de marzo de 2015

Los últimos ciegos





Raúl San Miguel

Óleo de Vicente Bonachea


A Raúl Valdés Vivó y Guillermo Cabrera 
(a quien Fidel llamó el Genio)
por la eterna amistad,
por las confesiones más íntimas,
por haberme elegido, entre tantos, 
para ofrecerme el consejo oportuno,
a ambos, por todas sus enseñanzas,
por todos los momentos. 


"El segundo invierno: Llegará vacío,
se alojará en los huesos, sobre la tierra muerta, 
y el silencio también morirá,
cuando germine la nueva estrella”.  
RSM.



Habían pasado algunos meses cuando todo estuvo cubierto por el hielo. Entonces, tomaron la decisión más difícil: encender el último cerillo y lograr que la llama consumiera la última porción de combustible para ver la luz por última vez. Se reunieron en derredor de la extinta hoguera y una chispa cruzó rauda como una centella y la llama, tambaleante primero, oscilante como un espectro después, se alzó dulce sobre la última página del libro y, los hombres, pudieron leer las últimas letras:
 “Los dos la miramos. Y la foto parecía decir:  
_ ¡Señores, no olviden las enseñanzas de la Historia! ¡No olviden Nuremberg!”*
Y el fuego, en su último estertor dejó, por última vez, toda la tierra a oscuras.

RSM. 

*Nuremberg (Epílogo)
A.Poltorak