sábado, 16 de octubre de 2010

El crucero más grande del mundo

Raúl San Miguel

Dedicado especialmente a Erik Fundora,
el vigía de facebook

Cuando abordé, por vez primera, el crucero Twitter no imaginé que estaría sobre la nave más grande que surca el ciberespacio. Recuerdo que, por un momento, me sentí un poco aturdido con la bienvenida a bordo. Después comencé a reconocer algunos de los rostros de las personas que viajan a sus respectivos destinos y establecen relaciones permanentes o eventuales durante la travesía. No obstante, debo aclarar que nunca pensé enrolarme; a pesar de las invitaciones para subir a cubierta.
Ahora soy de los que se alegra de poder lanzar mi “botella al agua (espacio)” con un mensaje que pueda ser leído por otros o recibir las palabras que se precisan cuando el silencio de la incomunicación suele convertirse en el peor temporal en la bitácora personal de que cada pasajero.
En mi caso, me siento a gusto en el “camarote” reservado a mi nombre y, de algún modo, mi experiencia de casi un cuarto de siglo en la profesión del periodista, me advierte que viajamos en una dimensión en la cual las fronteras terrestres, políticas o de credos no funcionan, sino el respeto y la comunicación. Precisamente, el motivo por el cual espero que, en algún momento, pueda compartir mis experiencias (artículos) publicados con la honestidad que se requiere en estos convulsos tiempos.
A bordo de este crucero escribo mis crónicas de viaje y en las cuales describo páginas relacionadas con la realidad cubana que hoy enfrenta, después de casi medio siglo, el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos (oficialmente) desde 1962.
No sé en qué “suite” de esta nave ciberespacial viaja el señor presidente Barack Obama. Para él, en especial, mis respetos y el deseo de que esta gran nave, en la cual por el momento no podemos navegar (debido a las limitaciones impuesta por el bloqueo estadounidense en el sector de las tecnologías aplicadas a las comunicaciones) todos los cubanos.
Si alguien lee estas líneas, debo advertirle que es pura mentira todas aquellas cuestiones relacionadas con la supuesta apertura del gobierno de los Estados Unidos para las supuestas inversiones de empresas de comunicaciones, informática y telefonía en Cuba. Existe y es real todo un ejército diseñado por el Pentágono y con la colaboración de las agencias de inteligencia de Washington para lograr acciones de ataques contra bases de datos y sistemas de naciones consideradas enemigas e incluso aliados que no se ajusten a sus intereses en determinada circunstancia.
En realidad esta amenaza se encuentra en el ciberespacio. Espero que ningún misil mediático alcance a esta nave (como le ocurrió a un amigo, Erik Fundora, que reside en Oklahoma) en la cual, al menos, los que viajamos tenemos la seguridad y el compromiso de respetar el derecho ajeno a convivir en paz, pero sobre todo la oportunidad de compartir criterios, escuchar y hasta llegar entendernos como el principio básico de la comunicación entre los seres humanos; sin que sea un impedimento la barrera del idioma.

La leyenda de un Guerrero

Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la internet

Antonio Guerrero, cumple años hoy 16 de octubre. Es el decimotercero que cumple dentro de una prisión de los Estados Unidos por el delito de alertar a las autoridades cubanas de los planes terroristas llevados a cabo por grupos armados de la mafia cubano-americana con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.
Esta afirmación, me refiero al apoyo que reciben estos mercenarios del gobierno norteamericano está probada. Antonio es uno de los Cinco jóvenes cubanos prisioneros por estar infiltrados en estos grupos terroristas que poseen bases de entrenamiento y emplean armas y explosivos para hacer volar aviones, como es el caso del avión derribado el 6 de octubre de 1976, sobre las costas de Barbados.
Sin embargo, los principales autores de aquel crimen (Luis Posada Carriles y Orlando Bosh) gozan de los privilegios de una libertad garantizada por el gobierno estadounidense a pesar de las evidencias harto probadas de su participación en la muerte de las 73 personas que viajaban en la aeronave y de otras vidas segadas durante sus acciones encubiertas al servicio de la CIA entre los escuadrones de la muerte y los regímenes latinoamericanos que tuvieron participación en la Operación Cóndor , por citar un ejemplo vinculado a la desaparición de decenas de jóvenes revolucionarios latinoamericanos.
Antonio es un joven que fue condecorado, al igual que sus compañeros, con el título de Héroes de la República de Cuba, una nación que el próximo 20 de octubre celebrará su día de la Cultura como una muestra de soberanía e identidad.
No preciso encontrar las palabras exactas para describir la actitud de estos hombres que forman parte de la leyenda de los héroes por la justeza de sus ideas. Solo basta conocerlos como lo demuestra en esta carta.



10/15/2010 7:49:27 PM
Queridos amigos:
Llega otro 16 de octubre en injusta prisión, para mí es el cumpleaños número 13 en estas condiciones. Esta vez, como nunca antes, me han estado llegando mensajes de felicitación desde todos los confines de nuestro planeta. Motivos me sobran para sentirme feliz y bien acompañado en este día.
Ante todo, llegue mi agradecimiento a todos los amigos que nos apoyan, y no solo en cumpleaños, sino cada día, en todo momento. A veces las fechas en que nacemos coincide con algún hecho histórico importante. En mi caso, siempre recuerdo que un día como este, del año 1953, Fidel valerosa y brillantemente se defendía, ante la cruel dictadura batistiana, en el juicio a que fue sometido tras el glorioso asalto al Cuartel Moncada.
Su histórico alegato dejo en claro las razones de la lucha armada y fue el programa de la Revolución, que aún hoy no pierde su vigencia. Se conoce como "La Historia me Absolverá". Cuando preparábamos nuestros alegatos para las audiencias de sentencias en el año 2001, llego a nuestras manos un pequeño folleto de esta trascendental y contundente defensa de Fidel.
Este fue pasando de mano en mano por mis hermanos, hasta que llego a mí, que fui el último en ser sentenciado. El día de mi audiencia lleve conmigo aquel librito que pasó inadvertido entre mis documentos legales. Cuando me dieron la palabra lo coloque frente a mí. Allí estaba presente nuestra historia, estaba presente toda la justicia y toda la dignidad que la obra revolucionaria encierra. Otra cosa que a todos nos llama la atención es quienes nacieron el mismo día que nosotros.
Dos entrañables compañeros de trabajo del aeropuerto de Santiago de Cuba, el jefe de la Brigada de Mantenimiento, Carlos Vizcay y nuestra secretaria, Marietta Mila tienen mi misma fecha de nacimiento y acostumbrábamos a celebrarlo, de una u otra forma, juntos. La hermana de mi compañero de estudios universitarios, Ramonita Ontivero Valls, también cumple el 16.
En carta que me llego hace dos días unos amigos de Alemania me hacen saber que el Premio Nobel de Literatura en 1999, Gunter Grass, estará celebrando su 75 aniversario en esta fecha. Estamos eternamente agradecidos de su apoyo al reclamo por nuestra libertad. Y hay una coincidencia muy especial, que es la de mi hijo menor Gabriel Eduardo, quien arriba a sus 18 años.
Lo llame por teléfono y conversamos unos minutos. Está contento, y sus estudios van bien. Me conto que, con algunos compañeros, habian colocado una pancarta por la libertad de los cinco en el Cerro Antón, en la ciudad de Panamá, donde él vive. Me lo dijo con orgullo, como diciéndome: Papa ya soy grande. !Que mejor regalo para este día!. A todos los cumpleañeros en este día 16, conocidos y no conocidos:
¡FELICIDADES!
Decido compartir con ustedes este poema que escribí un 22 de enero de 1999, en una celda del llamado "hueco”.
CUESTA ARRIBA
Salí a buscar un día, cuesta arriba,
Un pedazo de sol, un simple lecho.
Quebrando sombras, camine derecho
Consciente de los riesgos, sin diatriba.
Sensato ha sido el cuidar la sonrisa,
Indispensable ala para el vuelo.
No he sorteado vivir al pie del hielo
Si es allí donde el bien más me precisa.
He cantado a la paz y he cuidado a la flor,
Tanto en días soleados como oscuros,
Y hoy confirmo, entre sórdidos muros:
No hay libertad más cierta que el amor.
Cinco abrazos.

¡Venceremos!
Tony Guerrero
Rodriguez15 de octubre de 2010
FCI Florence

Michael Jackson que estás en los cielos

Raúl San Miguel

Fotos: Tomadas de la Internet

“Si pudiera tan solo hacer la décima parte del bien que hizo Michael Jackson a los demás, realmente haría la diferencia en este mundo…”, afirmó el joven y espectacular cantante canadiense Justin Bieber. Tal declaración me hizo evocar al Rey del Pop, en la antológica canción We Are The World (interpretada por 46 famosos) y mundialmente conocida como una acción de USA for Africa. Un tema que se convirtió en himno de esperanza para los más pobres, de todo el mundo, que pudieron escucharlo.
El extraordinario hecho-canción ocurrió en 1985 y reunió a celebridades como Lionel Richie , Stevie Wonder, Diana Ross, Tina Turner, Bob Dylan y Bruce Springsteen, entre otros con el propósito de recaudar fondos para ayudar a la población hambrienta de Etiopía y resultó uno de los sencillos más vendidos de la historia.
¿Por qué un famoso como M.J. se preocupaba tanto por algunos de los problemas que más afectaban al mundo? La respuesta a esta pregunta conduce a una de las aristas poco abordadas entre las “toneladas” de artículos publicados en relación con la vida del Rey del Pop. Sin embargo, considero que una sola palabra definiría este propósito de M.J. implícito en cada una de sus obras y que ofrecería la verdadera dimensión del desaparecido cantante. Me refiero al amor. El intenso amor por un mundo en el cual pudieran coexistir, pacíficamente, todos sus habitantes.
Por supuesto, alguien podría decir lo contrario apoyado en las cifras millonarias depositadas en los bancos y propiedades que hacían de M.J. un indiscutible, adinerado famoso y exitoso empresario. Pero también están ahí las estremecedoras imágenes de sus videos musicales y donde se advierte su posición contra la evitable incursión de los hombres en las guerras imperiales y la desproporcionada relación que divide al mundo entre ricos y pobres. Incluso, más. La visión (nada profética) de las consecuencias directas de la inconsecuente sobreexplotación de los recursos naturales (fundamentalmente en naciones del llamado Tercer Mundo), por las transnacionales convertidas en tumores malignos que enferman al planeta, destruyen sus grandes bosques y, en consecuencia, provocan la muerte de cientos de especies de la flora y la fauna; además de la contaminación de ríos y mares.



Cuando en marzo de 1991, M. J. publicó Dangerous, su octavo álbum de estudio, vendió siete millones de copias en Estados Unidos y 32 millones de copias a nivel mundial. El primer sencillo del álbum fue "Black or White", (evidentemente una denuncia al problema racial y xenofobo) y con el cual alcanzó el puesto número uno del Billboard Hot 100 y permaneció allí durante siete semanas consecutivas, con un éxito similar en otras partes del mundo. El segundo sencillo fue "Remember the Time", canción que se mantuvo durante ocho semanas entre los primeros cinco puestos del Billboard Hot 100, alcanzando como máxima posición el puesto número tres.
“Heal the World", el tercer sencillo de Dangerous, consiguió gran éxito en Europa, especialmente en el Reino Unio, donde vendió 450.000 copias y se mantuvo durante cinco semanas en el segundo puesto de las listas de éxitos.
Es por eso que la expresión del joven Justin Bieber _quien ya provocó el revuelo de sus fans con su película 3D, “Never say never…” (Nunca digas jamás)_, podría ser el principio de una mirada diferente a la responsabilidad que tenemos cada uno de los seres humanos con el resto de la humanidad.



En mi caso, por ejemplo y como periodista, no dudo la posibilidad del joven Justin Bieber, en cuanto lo que podría hacer (mucho bien) en beneficio de muchas personas en el mundo. Cuando escuché, esta afirmación, pensé en la forma valiente altruista y desinteresada en que se enfrentan jóvenes científicos y médicos cubanos para luchar por las vidas de decenas de niños que son atendidos en nuestras instalaciones hospitalarias especializadas en oncología.
He visto, en otros: los jóvenes pacientes, sus miradas de inocencia (me refiero a los más pequeños) y de tristeza en los que ya saben del dolor abierto de sus familias ante la irremediable pérdida de (ellos) sus hijos. Incluso, he sido protagonista del esfuerzo del Estado cubano para adquirir los medicamentos imprescindibles para estos pacientes y cómo les son negados (adquirirlos en mercados de empresas o filiales norteamericanas) por decisión del gobierno de los Estados Unidos.
Tal referencia no excluye el ejemplo de otros tantos miles de jóvenes, que en Cuba, admiraron y siguieron a M.J., y los que conservan sus discos (transmitidos como un legado de sus padres, de generación a generación); a pesar de las limitaciones para tenerlos debido a las consecuencias del criminal bloqueo impuesto hace casi medio siglo, por la Casa Blanca. Más aún, ni siquiera tuvieron la posibilidad de que el Rey del Pop nos visitara, debido a la posición mantenida (política exterior hacia Cuba) en todas las administraciones norteamericanas desde 1962 (fecha oficial de la decisión de romper las relaciones con la Mayor de las Antillas) hasta la fecha.
¿Qué hace tan especial el odio acérrimo de Washington a un país que ha compartido su solidaria esperanza de vida con muchísimos pueblos del mundo? ¿Por qué tal empeño en evitar el derecho a que los ciudadanos estadounidenses puedan viajar libremente a Cuba? ¿Por qué evitar el intercambio cultural y científico con una Isla que ha demostrado sus potenciales en estos campos del desarrollo humano? ¿Por qué han permitido que criminales como Orlando Bosh y Posada Carriles se jacten de haber destruido las vidas de 73 personas en un avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, sobre las costas de Barbados? ¿Por qué mantener prisioneros a Cinco jóvenes cubanos en cárceles norteamericanas por el delito de informar, a su país (víctima de crímenes terroristas) sobre los planes mercenarios que posibilitaron colocar, por ejemplo, bombas en centros turísticos de La Habana, y asesinar a jóvenes como el italiano Fabio Di Celmo, en el Hotel Copacabana?
Quizá, el presidente Barack Obama pudiera dar una respuesta. Ojala imite la expresión del joven Justin Bieber, en relación con el Rey del Pop, y decida poner fin a todas las injusticias que han cometido las administraciones precedentes en nombre de Washington. Quizá sea bendecido por la memoria de nuestro Michael Jackson.