miércoles, 11 de marzo de 2015

Gratitud






Raúl San Miguel

“La gratitud, como ciertas flores,
no se da en la altura y mejor reverdece
en la tierra buena de los humildes”.
José Martí

Óleo de Vicente Bonachea

Siempre que pasa es como si se entumecieran mis manos, negadas a escribir la prisa angustiosa de una pérdida que va mucho más allá de la memoria de la sangre y se adentra en ese territorio que se construye entre y para los amigos. Esta vez, el dardo hizo diana en el centro del pecho, me estremeció como suele hacerlo una montaña antes de lanzar su grito de fuego al cielo.
En la mañana se había detenido el corazón de mi tía Surith. La noticia llegó temprano tenía ese acento gélido de los días grises que no encuentran su invierno, sino la tempestad por compañía. La tarde cerró antes del ocaso. En Güira de Melena, Freigo, el amigo de batallas, hombre de acción y preclara inteligencia había partido. Deletree  cada silaba de la muerte y encontré la respuesta agazapada en algún lugar a destiempo.