sábado, 28 de marzo de 2015

Voces




Raúl San Miguel

Ilustración: Samuel

 


Entre tus cabellos se escurren el Sol y la noche,
la Luna y el mar”. (A María Esther)
RSM

Allí, en un lugar visible del barroco salón estaba. Sonreía y me obligó a evocar sus caricias para mi inquieta infancia. Sobre su regazo el Sol resbalaba en mi espalda, atenuado por sus besos. Me mostraba el mar y me contaba de sus enigmas e imperturbables secretos. Reía cuando le decía que yo era un pez. Entonces replicaba con ternura: “Eres un pez-volador. Podrás volar en tus sueños y navegar entre las estrellas”.  Después del ocaso, me mostró, en la bóveda celeste, algunos puntos brillantes. “Escoge una de ellas y te acompañará toda la vida. Ese es tu secreto. Solo tienes que escuchar sus voces.
Esta mañana me hiciste recordar a la abuela, el olor de la caoba, mientras mis manos recorrían los dibujos tallados como si pudiera retenerlos en mi memoria.
Gracias por existir en mis sueños y por escuchar sus voces. Te regalo esta canción de Silvio y te recuerdo, como cada noche, el susurro del mar y la estela de los peces mostrándome los caminos del universo.

No puedo dejarte de ver
arañando el silencio con tus ojos
tratando de decir algo que las palabras
nunca hubieran dicho mejor.
Aquella mirada
era el resumen de la noche posado en tus ojos
con su lluvia, su viento y tu miedo al mar
y aquel sueño que te conté.

No puedo dejarte de ver
describiendo una estrella descubierta por mí
en tu erótica constelación
que no cabe en los mapas del cielo.
Tu mano dibujando en el aire
era capaz de ponerle colores
al espacio vacío que se llenaba
con la luz de la estrella brillante.

Cuida bien tus estrellas, mujer
cuida bien tus estrellas,
cuida bien tus estrellas, mujer
cuida bien tus estrellas.
Cuida bien tus estrellas, mujer.

No puedo dejar de decir
que hay idiomas perfectos por descubrir
y que son olvidados frecuentemente
en el tedio del tiempo
y hay que buscarlos,
porque los barcos y las piedras
tienen abecedarios mejores
para demostrar que son bellos sencillamente
sin palabras o esquemas.

No puedo dejar de decir
que esta triste canción a tu lado oscurece
que quizás este sea el último misterio
que mirarán tus ojos nacer de mis manos,
pues es tarde quizás para mí
y Caín me ha marcado sobre la frente
pero quiero alertarte de un gran peligro
y quisiera encenderte esta frase en la mente.

Cuida bien tus estrellas, mujer
Cuida bien tus estrellas
Cuida bien tus estrellas, mujer
y que nunca las pierdas.

Silvio Rodríguez



viernes, 27 de marzo de 2015

En la punta del iceberg





Plaza Cívica en avenida 124, Marianao, La Habana, lugar donde tuve el privilegio de conocer un poco más sobre nuestro José Martí, en los días hermosos de mi niñez.

Raúl San Miguel

Foto de la Internet

“Ahora son otros los dioses quienes decidirían sobre el derecho a la vida y la muerte: 
mortales proclamados todopoderosos 
por decretos que manifestaban su irrespeto 
a quienes antes veneraron y temían”. 
(Demetrio y el Fausto, novela, RSM)
 

El artículo del colega Demetrio Villaurrutia, me obligó a retomar un tema recurrente cuyas aristas no pueden dejarse al simple enunciado y la referencia indefinida: “alguien” cuando urge –en medio de la más intensa campaña mediática del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados europeos, contra Cuba-, mantener como legado ¿quiénes somos?, para saber a dónde vamos y qué sociedad construimos.
Bajo un título enunciativo-afirmativo-interrogativo, Demetrio ·sirvió (literalmente) la mesa, colocó sobre la agenda pública una breve y polémica sugerencia: ¿Por qué una parte de los jóvenes no se interesa por la historia de Cuba?, publicado el pasado día 19, web@radiorebelde.icrt.cu, se escurre una de las mayores preocupaciones para nuestra nación, dispuesta a defender la soberanía e independencia, pero con enormes fisuras en la preservación de la identidad, como memoria histórica, y el desconocimiento –incluso entre docentes activos- de acontecimientos precedentes e imprescindibles para la continuidad de la forja de una nación.
¿Qué parte de los jóvenes? Se precisa de un estudio serio (investigación periodística) para definir tamaña afirmación que, de hecho, pronostica una alarma mucho mayor. Hacer referencia al documental de la muestra de cine joven, donde la profesora de historia se excusa, burdamente, de su falta de conocimientos para impartir clases de historia a sus alumnos de los primeros grados de la primaria. ¿Estamos ante un fenómeno generalizado?
Casi ha pasado una década después que la ACRC, los historiadores, bajo la rectoría de los departamentos ideológicos del Partido (municipio y provincia) conformaron un programa para el rescate de testimonios, ubicación de sitios históricos, prácticamente desconocidos, y la preservación de documentos, así como la identificación de los caídos durante la última etapa de la lucha por la independencia definitiva de Cuba y alcanzada con el triunfo de la Revolución, en enero de 1959. Recuerdo que uno de los propósitos era el no excluir siquiera a los que formaban parte del ejército de la tiranía de Batista.
Recordar los eventos de Playa Girón en los que participaron representantes de la brigada invasora y mercenaria, en la agresión directa de Estados Unidos contra Cuba y que fue estruendosamente derrotada en menos de 72 horas.
¿Cómo ocultarle a las nuevas generaciones que estuvimos a punto de desaparecer del mapa durante la crisis de los misiles nucleares? El gobierno revolucionario de Cuba, derribó uno de los U-2, norteamericanos que sobrevolaban la Isla en misión de espionaje.
En Washington se armó el alboroto y N.Krushev, negoció, sin consultar con La Habana, la retirada de los cohetes nucleares que se encontraban en la Mayor de las Antillas, previo acuerdo entre la entonces Unión Soviética y Cuba.
¿Por qué no insistir en la preservación de la memoria histórica cuando se trata de una de las bases sobre la cual se erige cualquier nación?
Durante la seudorepública y, hasta hace muy poco, Hatuey, fue la marca comercial de una cerveza cubana. Confieso que llegó a confundirme en mi adolescencia. No entendía como el nombre de ese indígena que mostró su rechazo a la colonización española, tuviera esa degradación histórica hasta convertirlo en un símbolo de consumo.  Dejo, a los ciberargonautas de mi blog, estas palabras escritas por mi colega Demetrio. Cito:


“Alguien habló desde hace unos días de la historia y los jóvenes, pero lo hizo tan desde el corazón que nos puso a reflexionar sobre algo en lo que, de una u otra manera podríamos incidir todos, desde diferentes eslabones de la cadena. El comentario vino desde la siguiente interrogante ¿por qué una parte de los jóvenes no se interesa por la historia de Cuba, y les resulta poco atractiva? Con la riqueza que está presente en tantos años de lucha revolucionaria, y las bellas páginas que ha vivido este país en todas sus generaciones, es una pregunta que convoca a hacernos otra interrogante ¿es que acaso se ha perdido la virtud de encantar a través de nuestras propias historias, en las que muchos jóvenes han sido protagonistas principales? De ahí parte este comentario, reflexiona el periodista Demetrio Villaurrutia. La historia es una esencia, que se acuña desde sus detalles, antecedentes, evolución, lo que deja en una etapa de la vida y actúa como causa y efecto que hace evolucionar el mundo. Ahora bien, la originalidad y creatividad, el poder contar esas esencias de vida, heroísmo o sencillez, quizás de modestia en un momento determinado, depende mucho del ser humano que la dé a conocer o de aquellas personas que escriben una y otra vez la historia, convirtiendo a sus protagonistas en seres de carne y hueso. A veces miramos con dolor como la asignatura Historia de Cuba es relegada por los propios estudiantes, y más aún por los mismos padres, considerándola como algo más, cuando en realidad, es el soporte mismo de todo lo demás, del cómo nacimos, qué somos y desde donde partimos, por qué sustentamos hoy principios éticos que van desde el altruismo, la solidaridad, el humanismo, entre tantos otros. Si somos capaces de trasmitirlo de esa manera, con la mirada aguda para poder captar las esencias, pero siempre de modo diferente y atractiva, no aburrida, sino original y auténticamente cubana, entonces ante la mirada de los jóvenes estaremos ganando la primera parte de la batalla; de lo contrario estaremos igualmente contribuyendo a subestimar un arma importante para nuestro propio reconocimiento, de identidad nacional y también, por qué no cultural. La Historia de Cuba es bella, pero eso hay que trasmitirlo para poder enamorar a los demás, y estimular su conocimiento. (Noticiero Nacional de Radio).”

Más información: http://www.radiorebelde.cu/noticia/por-una-parte-jovenes-no-se-interesa-por-historia-cuba-20150319/[/url]
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