lunes, 7 de noviembre de 2016

La Habana convertida en voz



Tomado de Tribuna de la Habana
Por Miguel Moret
Fotos: Jorge Luis Sánchez Rivera

Solo cuando se tiene delante a Yulaysi Miranda, ganadora de la segunda temporada de Sonando en Cuba, puede palparse la dimensión extraordinaria de esta joven de cuerpo menudo, convertida en la voz de La Habana, occidente y de Cuba. En la antesala de Tribuna, la recibimos, rodeada de sus admiradores.
Alcanzar la gloria no enturbió la nobleza y sencillez de su mirada ante el triunfo. La joven habanera de 26 años, quien ya había cosechado buena música, ahora incrementa su hacer con nuevos bríos, ahora en las venas de cada cubano que la disfrutó.
-¿Antes de Sonando en Cuba?
-Comencé mi carrera con una oportunidad impresionante, mi abuelo es tresero en el Septeto Habanero, donde Jaime Gracián -nieto del antiguo director- confió en mí para grabar una producción discográfica con la orquesta y me convertí en la primera mujer en hacer ese trabajo oficialmente. Resultó que este disco fuera nominado a los premios Granmy. Así fue mi primera incursión con el pie derecho en la música.
“He trabajado con varias orquestas populares, como Estrellas de chocolate, Son damas, Ahí namá, hasta que decidí presentarme al Concurso de Interpretación Sonera Cubadisco 2011, donde alcancé el primer lugar en la especialidad de voz. Grabé, como premio, un disco bajo la producción de Dorgeris Álvarez, y pasé a formar parte de su agrupación hasta que llegó Sonando en Cuba.
-¿Cómo encontrar la canción perfecta en cada presentación?
-Primero, Mayito, es un gran músico, con mucha experiencia y referentes fuertes de la sonoridad cubana. Cuando me recomendó el tema Siguaraya, al principio, no me pareció adecuado a mí, en su melodía… Pero te puedo confesar que nunca había escuchado al Benny tan detalladamente, hasta ese instante, entonces me enamoré de su interpretación. Trate de tomar un poco de él, de otras versiones y de Yuli (dice el diminutivo de su nombre, sonriendo). Entonces nació esa presentación, que fue con la que más me apasioné. En aquel momento descubrí que Mayito es un salvaje, un bárbaro, siempre supo lo que más me pegaba y comprendió mi esencia musical.
-De la niña que nació en un hospital del vedado, Maternidad de Línea, que siempre vivió en Alamar, en una familia netamente musical, la madre fundadora de la orquesta Anacaona y dos tías percusionistas. ¿Si no fueras cantante…?
-En otra vida creo que fui una negra esclava, me gusta arreglar los cuartos, me siento bien cuando ayudo a otras personas. Me criaron mis abuelos, quienes me cuidaron toda mi infancia, llenándome de amor. Los abuelos, tu sabes cómo son (sostiene con fuerza el paraguas en sus manos “porque es de mi abuela -dice- no lo puedo olvidar”).
-¿La música como profesión?
-Siempre tuve bien claro que mi vida era la música. De niña imitaba a mi mamá. Mi tía y su esposo que también es músico, apoyaban mucho a mis abuelos. Crecí en un ambiente muy musical, donde se hacían muchas fiestas, por eso gran parte de mi esencia trae impregnado ese espíritu.
“Recuerdo que mi abuelo me ponía un cassette de Selena que me cautivó y ya… ¡yo era Selena! Aprendí a cantar con sus canciones y las Oscar de León, que es mi otro ídolo. Ya con 4 años cantaba y hacia las claves en fiestas familiares, donde disfrutaba mas desenvolviéndome con instrumentos reales y en los cumpleaños, con otros niños. Aunque siempre quería estar con los mayores para cantar y actuar. No estudié música, pero siempre quise ser artista.  
-¿La sorpresa de la victoria?
-Durante todo el concurso me propuse lograr buenas interpretaciones, establecer una conexión con el público. Solo fue un día antes de la gran final que pensé nunca perdonarme de no ganar la competencia. Fue así, no por mí, no podía permitirme destrozar la confianza depositada por mi mentor y todas las personas que me siguieron durante todo el programa. Entonces encaré esa última presentación con confianza, con amor, salí bailando a disfrutar la canción entregando mi corazón, estaba feliz y creo que funcionó.
-¿La nueva Yulaysi?
-Soy muy sociable, me encanta tratar con toda la gente, solo quiero llegar a todos con mi música, hacer sentir a mi mentor orgulloso pues el 50 por ciento de este premio es de él, y solo la otra mitad es mía. Me debo a todas las personas, quienes me han parado en la calle para decirme que la competencia fue justa y pienso darles todo de mí, hasta que la vida me lo permita.
-¿Si fueras una canción?
-Hay muchas que me gustan, me encantan los boleros, pero yo soy más explosiva, me identifico mucho con Quimbara, cuando la canto me siento libre…, puedo improvisar, ser del momento; su letra dice: la rumba me está llamando... y yo de ahí me puedo abrir y decir mucho, expresar lo que siento.
-¿Sonando en Cuba en dos palabras?
-Sueño cumplido.