jueves, 4 de abril de 2013

Cuba: Estado de derechos (IV) final

Raúl San Miguel

Siempre he considerado que el estado de opinión es un derecho de la condición del hombre como ser social y también una norma que establece el principio de la paz entre los seres humanos. No obstante, pensar diferente nos hace (precisamente) diferentes. Es por eso que mi último comentario de esta polémica serie (por el título, no por su contenido que es público y se puede bajar de la internet _me refiero a las primeras leyes adoptadas por el gobierno revolucionario en Cuba) que no pasó por alto entre algunos de los visitantes de este sitio. Así que lo dedico, este artículo en especial, a “Pepe el cojo”, y me hace reír este nombre porque me recuerda el estribillo de una criollísima canción popular cubana de hace unas décadas.

Por supuesto, cumplo mi deseo, mi derecho y libertad para decir lo que pienso al cerrar esta serie de cuatro artículos relacionados con el título que provocó la reacción de paloma12000@hotmail.com y de lo cual me siento realmente satisfecho y sin rencores.

Estoy de acuerdo con los términos empleados para responderme. Solo utilizó una palabra y la repitió tres veces. ¿La compartimos Pepe?, pues sí, respetemos ese derecho que tengo de responder. La palabra repetida (quizá por respeto y eso lo considero positivo, ante la opción de colocar epítetos más fuertes) fue: “basura, basura, basura”. Dicho esto continúo y cierro este capítulo.

En una Nota del 12 de junio de 1959, del gobierno norteamericano a Cuba, se expresa:

“Los EEUU reconocen que, según el Derecho Internacional, un Estado tiene la facultad de expropiar dentro de su territorio para propósitos públicos y en ausencia de disposiciones contractuales o cualquier otro acuerdo en sentido contrario; sin embargo, este derecho debe ir acompañado de la obligación correspondiente por parte de un Estado, de que esa expropiación llevará consigo el pago de una pronta, adecuada y efectiva compensación”

La segunda de ellas es la Sentencia dictada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en el caso “Sabbatino versus Banco Nacional de Cuba ” en 1964, donde se afirma que: “a pesar de lo gravoso que pueda ser para la norma pública de este país y a los Estados que lo integran una expropiación de esta índole, llegamos a la conclusión de que mejor se sirve el interés nacional como al progreso hacia la finalidad de que rija el derecho internacional entre las naciones, manteniendo intacta la doctrina del Acto del Poder Soberano, para que en este caso reine su aplicación”.

La enmienda Hickenlooper incluida en la Ley de Ayuda al Exterior, de octubre de 1966, no pudo revocar o anular los efectos ya consumados por el acto unilateral mencionado, que se había consolidado en sus efectos jurídicos dos años antes.

Las interpretaciones que pudieran atribuirse a la mencionada Nota Diplomática, podrían consistir en las siguientes: por una parte, y ateniéndonos a la letra y significado jurídico inmediato del texto, podría decirse que se trata del reconocimiento de un derecho a expropiar, por parte de la República de Cuba, articulado a una obligación complementaria que implicaría pagar una indemnización en los términos expuestos.

El ejercicio de este derecho implica la facultad de nacionalizar, por razones de interés público, lo que lleva consigo lo accesorio, es decir las modalidades del pago de la indemnización. Por otra parte, el desconocimiento de la validez de un acto soberano de un Estado, se pretende fundamentar en una supuesta norma consuetudinaria de Derecho Internacional Público como es el de la obligación de una indemnización “pronta, adecuada y efectiva”, que no ha constituido otra cosa que una pretensión política unilateral de los Estados Unidos y otros Estados occidentales alineados con esa política. Norma desvirtuada por una práctica general de signo contrario que adoptaron los mismos Estados, como ha ocurrido en el caso de las expropiaciones que siguieron en las décadas siguientes al fin de la 11 Guerra Mundial en Europa Oriental, África, Asia y América Latina.

También está en contradicción con una norma consuetudinaria de Derecho Internacional Público que, con efecto retroactivo hacia el año 1952, ha reconocido la Comunidad Internacional en el seno de la Organización de Naciones Unidas, mediante la Resolución 1803 de la Asamblea General aludida en el curso de este análisis. A esto, habría que agregar que, con o sin la mencionada Resolución, la exigencia de una indemnización en los términos planteados por el documento estadounidense traduce una violación de la obligación, por parte de los Estados Unidos, de respeto a la soberanía cubana. En razón de lo expuesto, se debe forzosamente concluir que el reconocimiento de un derecho cuyo nacimiento pretenda someterse a la realización de una condición que resulta ser de cumplimiento imposible, en términos jurídicos, por su inconformidad con la obligación de respeto a la soberanía estatal, tiene el carácter de un acto de intervención y significa el desconocimiento de una norma consuetudinaria internacional en vigor, por lo cual debe reputarse como un reconocimiento puro y simple”.

Realmente y desde sus primeros pasos ha sido una voluntad del Gobierno cubano, después de enero de 1959, establecer las bases jurídicas imprescindibles para corresponder a una Constitución como la que disponemos en la actualidad los residentes en la Isla.

Precisamente esta es una de las causas que impiden (en mi criterio) la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Me refiero a los derechos constitucionales establecidos para responder a una soberanía económica e independencia política verdaderas.

Los actuales cambios que se producen en el panorama nacional cubano son visibles para el mundo, pero sobre todo responden al derecho constitucional de tomar decisiones que favorezcan a los cubanos, sin intervenciones foráneas (de ningún tipo) y sin lesionar los compromisos de convivencia pacífica con otros Estados.

No existe, en la Constitución de la República de Cuba, ninguna ley extraterritorial. Tenemos, entonces, el derecho a defender este importante documento que nos identifica y representa como un derecho más a la libertad plena del hombre, como escribiera nuestro José Martí.

La Revolución cubana es irreversible

Las diferentes expresiones de hombres y mujeres del pueblo cubano confirman la solidez del baluarte en que se ha convertido el proyecto Socialista que se construye desde hace medio siglo en la Mayor de las Antillas. Los siguientes argumentos expuestos por hombres y mujeres de nuestro pueblo, así lo confirman.

María Regla Figueroa Evans y Raúl San Miguel

Fotos: Carlos Cánovas.




“Estos hombres han demostrado que la Revolución cubana es irreversible y se fundamenta en raíces de más de un siglo de luchas por alcanzar la independencia y mantener nuestra soberanía. Ellos, como muchos otros, han logrado desmantelar las maniobras de los enemigos del pueblo de Cuba durante todos esos largos años de combate en medio de las peores condiciones: el silencio y el desprecio de quienes no conocíamos sus verdaderas identidades”. (Luis Bolaños Domínguez, jubilado de las FAR).



“Nuestros compañeros han demostrado cómo se puede combatir al imperialismo de forma directa o indirecta. Por supuesto, realizaron su labor en la más absoluta discreción y alejados de familiares y amigos. Es una demostración del esfuerzo que realiza nuestro pueblo por mantener y consolidar la Revolución”. (Gilberto Llerena Ortiz, Chef de cocina y miembro de la ACRC).



“Han realizado un trabajo valiente. Es una demostración de la fortaleza de los principios de la Revolución cubana. Se precisa de fuertes convicciones para infiltrarse en las filas del enemigo. Es uno de los méritos de los combatientes de los Órganos de la Seguridad del Estado. Estos hombres y mujeres que a riesgo de sus vidas han salvado la integridad de nuestro pueblo. Ambos, como otros que aún combaten dentro de las filas enemigas, han demostrado las falacias mediáticas y la forma en que realizan las campañas difamatorias que apoya el gobierno de los Estados Unidos para destruir a Cuba”. (Alfredo Quiñones Linares, director de la Unidad Básica de Alimentos, Jaruco).



“Para los jóvenes cubanos y de todo el mundo este es un ejemplo de firmeza revolucionaria. No se trata de una lucha de Cuba contra el imperio, sino de todo lo que de valor significa el ejemplo de nuestro país en otros pueblos que ahora también se enfrentan a las campañas mediáticas y desestabilizadoras organizadas por el gobierno en Washington”. (Jorge Luis Sopo Llerena, periodista de Radio Jaruco).



“Cada uno de nosotros podemos vernos reflejados en estos héroes que combaten al imperio en medio de las condiciones más agresivas y hostiles. Es una demostración de la fragilidad de los argumentos empleados por los que se llaman disidentes e integran los grupúsculos contrarrevolucionarios en nuestro país”. (Bárbaro Leudar Sierra, Informático, Radio Jaruco).



“Nos dignifican por que enfrentaron momentos de rigor y compromiso con nuestro pueblo al que representamos en cada batalla contra el imperio. Es una labor contundente que ha demostrado las verdaderas razones de la Revolución cubana en su derecho a existir”. (Yarisleidis León Gutiérrez, periodista Radio Jaruco).










“La presencia encubierta de estos compañeros logró desmoronar decenas de agresiones y campañas para destruir la Revolución y las conquistas de nuestro pueblo. No quiero decir una palabra fuerte, la pienso, porque vimos cómo se prepara un disidente y los propósitos de quienes han pedido, al gobierno de los Estados Unidos, licencia de tres días o más para matar, si logran destruirnos y ocuparnos. Por supuesto, ni siquiera en sueños.” (Raúl Lázaro Cabrera Armenteros, panadero).







“Demostraron que los grupúsculos de contrarrevolucionarios y las llamadas “Damas de Blanco” no son más que mercenarios al servicio del gobierno de los Estados Unidos. Estos hombres han demostrado que todas las campañas mediáticas del imperio forman parte de su estrategia para ocupar nuestro país”. (Juan Antonio Chávez, trabajador de la Industria Ligera).

Las raíces vivas de nuestra memoria



24 DE MARZO, DIA DE REFLEXION POPULAR

Nora Salas

Fotos: Tomadas de la Internet, de archivos personales y de el diario El Dia (versión digital).

“Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan muchos años y son muy buenos, pero hay quienes luchan toda la vida: Esos son imprescindibles”. (Bertolt Brecht, dramaturgo, poeta, escritor, preso político. Fallecido en extrañas circunstancias).


Los muertos no pueden ser olvidados, tampoco los desaparecidos, el pueblo no puede perder su memoria histórica porque se quedaría sin futuro. Nada, entonces, habría que defender, nada habría que recordar. Hace 35 años, se cumplen hoy 24 de marzo, vivimos la dictadura más feroz de Argentina. Es por eso un día de encuentros, de evocarnos a nosotros mismos en las calles y gritar los nombres de nuestros hermanos que marchan junto a nosotros, con sus rostros detenidos en el tiempo.



No hay derecho a olvidar, como tampoco a permanecer en silencio. Es un día de reflexión colectiva y profunda, no es feriado. No es una jornada para compartir de un asado o estar de fiesta con los amigos. Nada hay que festejar, pero si mucho que recordar, por los que ya no están físicamente con nosotros, por sus familiares y sus amigos, por sus hermanos de lucha que hoy volvemos a las calles para recordarlos. Para que nuestras voces lleguen a sus hijos robados, para que no se repita esa tenebrosa etapa en las generaciones futuras.

¿Cómo olvidar a mujeres como la esposa de Jorge Sena, quien con su hija Marina en el vientre sufrió la forma en que se la arrancaron? ¿Cómo olvidar a Julio Marcelo Talavera y su hermano, cuando sufrieron la brutal noche en que sacaron a sus padres y los desaparecieron?



No tenemos derecho a permanecer en silencio. Debemos tener presentes la palabras de Delía Giovanolla,una de las fundadoras de la asociación Abuelas de Plaza Mayo. Su voz se escuchó en conradio La Redonda (FM 100.3), durante el programa Siesteros que se transmite de lunes a viernes, de 14 a 17hs.

Giovanolla quedó a cargo de su nieta Virginia, cuando su hijo, Jorge Oscar Ogando, y su nuera, Estela Maris Montesinos, fueron secuestrados. Aún permanecen desaparecidos. Se encontraban en una casa ubicada en la calle 12, 68 y 69, de la Ciudad de la Plata, en 1976. Ahora, Delia busca a Martín, el segundo hijo de Jorge y hermanito de Virgina, que nació el 5 de diciembre de ese año.

Giovanolla destacó cómo toda la sociedad tomó conciencia de la importancia de vivir en democracia y decirle "nunca más" a las alternativas autoritarias. ¿Cómo olvidar entonces, el golpe militar del 24 de marzo de 1976? ¿Con qué derecho borrar esa parte tenebrosa de nuestra historia que aún nos muerde en la memoria de todos los que luchamos por nuestro país?

He sido protagonista de esta jornada de reflexión popular, como muchos de mis compañeros, junto a la columna, encabezada por Madres Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo, entre ellas `Tati` Almeida y Nora Cortiñas, que se desplazó por la Avenida de Mayo, portando la banderas con los rostros de detenidos y desaparecidos hacia la histórica Plaza de Mayo, para leer un documento de organizaciones participantes. Un texto que mencionó el saldo que dejó el terrorismo de Estado, con "30.000 detenidos-desaparecidos y asesinados, 500 niños nacidos en cautiverio y apropiados, 15.000 ciudadanos encarcelados, decenas de miles de exiliados y hondas huellas traumáticas colectivas, con el desmantelamiento del Estado y el brutal empobrecimiento de su población".

¿Cómo olvidar que el futuro del país puede estar comprometido si renunciamos a nuestros hermanos muertos? ¿Cómo olvidar?




Hoy es mi deber

(Silvio Rodríguez)


Hoy mi deber era
cantarle a la patria
alzar la bandera
sumarme a la plaza

Hoy era un momento
más bien optimista
un renacimiento
un sol de conquista

pero tú me faltas
hace tantos días
que quiero y no puedo
tener alegrías

pienso en tu cabello
que estalla en mi almohada
y estoy que no puedo
dar otra batalla

hoy yo que tenía
que cantar a coro
me escondo de día
susurro esto sólo

qué hago tan lejos
dándole motivos
a esta jugarreta cruel
de los sentidos

tu boca pequeña
dentro de mi beso
conquista se adueña
no toca receso

tu cuerpo y mi cuerpo
cantando sudores
sonidos posesos
febriles temblores

hoy mi deber era
cantarle a la patria
alzar la bandera
sumarme a la plaza

y creo que acaso
al fin lo he logrado
soñando tu abrazo
volando a tu lado