jueves, 13 de octubre de 2011

El presidente invisible

Raúl San Miguel

Fotos: Tomadas de Internet

Acabado de leer el artículo especial para El Nuevo Herald: “Obama: todavía no hay suficiente cambio en Cuba”, firmado por la periodista Isabel Morales. Pero de inmediato recuerdo mi comentario: Obama se desencadena. En este último recuerdo que el mandatario estadounidense no había hecho referencia a la Mayor de las Antillas por no ser un tema de interés en su agenda. En realidad, me atrevo a decirlo, el asunto no estaba entre los puntos visibles inmediatos, sino en el itinerario oculto de la política norteamericana hacia nuestro país.

Debo recordar que el señor Obama se convirtió en la esperanza latina gracias al color de su piel y ascendencia mestiza a la cual, la mayoría de los votantes hispanos, aseguraron que estarían resguardado de las influencias de un ascendiente caucásico o puramente norteamericano. Se equivocaron. El presidente Barack no dejó de utilizar la palabra cambio en ningún momento del clímax en su campaña. Solo que pocos se imaginaban el significado de aquella palabra en un presidente que buscaba el liderazgo personal en un país dominado por los representantes de los círculos de poder.

Sin embargo, ya se acerca el nuevo período de elecciones. El voto de la Florida pesa, tanto, que si no marcara el sur este apéndice geográfico con relación al resto del territorio continental, lo volcaría al revés. Pero el asunto es más serio. La “república bananera” de la Florida se ha convertido en la capital de la política electoral de la Unión. Nadie podría hacer mucho sin el voto de ese estado. Así que nadie podría aspirar a mantenerse en el poder sin hacer las concesiones para mantener contentos a los representantes de la mafia cubano-americana con suficiente poder para calzar a cualquier inquilino en la Casa Blanca.



Resulta que el señor Barack ya comienza a emplear su verbo extraterritorial con relación a Cuba y asegura que “aún no muestra suficiente cambio ni compromiso con la libertad como para que Estados Unidos tome nuevos pasos en la relación bilateral”.
Debo recordar que las leyes Helms-Burton y Torricelly, son aberraciones repletas de cláusulas específicas para ser aplicadas en forma gradual, aún si los Estados Unidos invadieran a Cuba, en una guerra directa, y trataran de establecer un gobierno a su servicio, cosa que (por demás) sería absolutamente imposible. Es por eso que específico, que estas leyes extraterritoriales, definen la destrucción total de todas las estructuras administrativas de nuestro país e incluye la solicitud de una licencia (de tres días) para matar como fuera solicitada por la contrarrevolución y los grupos terroristas basificados en los Estados Unidos.

No obstante, el señor Obama exigen cambios de la dirección del Gobierno en La Habana y asegura que “Mi actitud sobre Cuba es que queremos continuar explorando las posibilidades de cambiar las relaciones [. . .]'', afirmó en una reunión con periodistas hispanos en la Casa Blanca. "Pero antes de que demos más pasos queremos ver que el régimen de Castro es serio sobre diferentes formas de abordar la situación''.

¿Debería preguntarse, un Premio Nobel de la Paz, si una nación dispuesta a mantener su condición de soberana o independiente no es seria? Por supuesto, el caso Cuba, vuelve a la palestra electoral norteamericana. Cada presidente o aspirante espera ver caer la fruta madura. Entonces se valen de una situación discutida y aprobada por la dirección de la Revolución cubana con respecto a los presos políticos (permitidos a salir del país con su familia) y los necesarios cambios económicos para enfrentar el genocida bloqueo impuesto por Washington hace casi medio siglo.
El “presidente invisible” de los Estados Unidos quiere más. Asegura que las aperturas económicas “pudieran ser medidas temporales que no responden a una visión a largo plazo”. Se refiere a la decisión constitucional y soberana del Estado cubano, para ampliar el trabajo por cuenta propia. Y agrega: "Aún no hemos visto el resultado completo de esas promesas. Creo que necesitamos más información antes de tomar una decisión definitiva o dar pasos adicionales''.

Hace unos meses, al señor Obama, se le da la situación de descontento de los latinos por la forma en que se aplicaron leyes antinmigrantes en algunos estados de la Unión. Su posición, aun siendo el presidente, es calmosa, escurridiza. Otros problemas como el resultado de las tropas en Iraq y Afganistán lo llevaron a proyectarse con un gran malestar hacia la actitud de los militares que forman parte de su gobierno. Incluso, reconoció que no imaginaba hasta qué punto decidían más que los civiles en el mandato de un presidente. Como si fuera poco disminuye su imagen mediática. También la credibilidad de los sectores atrapados en la gran crisis. Pero el señor Obama acude a la carta Cuba. Se la pretenden servir como un trago mezclado con bacardí y Coca cola, algunos personajes que ocupan escaños de congresistas. Los nombres son harto conocidos: Ileana Ros Lethinen y Lincoln Díaz-Balart.

Debo apuntar que, apenas el señor Barack se estrenaba y acomodaba sus maletas y familia en la Casa Blanca, sostuvo una llamada telefónica con la congresista cubano-americana Ilena Ros. Ella se jactó, por entonces, de que estaría dispuesta a aceptar la llamada de cooperación que le hacía el nuevo presidente. De esta manera comenzaban las relaciones exploratorias.

No obstante, en el reporte del Herald, se reconoce que el pasado mes de “junio, el gobierno cubano trasladó a una veintena de prisioneros políticos a cárceles más cercanas a sus familiares. Luego, tras conversaciones con la Iglesia Católica, más de 30 fueron liberados bajo la condición de que viajaran a España. Sólo un prisionero gravemente enfermo ha viajado directamente de la isla a EEUU”
Agrega que “Obama levantó las restricciones a los viajes familiares y los envíos de remesas impuestas por parte de la administración de George W. Bush. También ha autorizado la concesión de visas a un creciente número de artistas y académicos”. Realmente eso no es cierto. Las condiciones que exige el presidente norteamericano buscan no un cambio, sino una anexión. “Cuba no ha permitido la libertad política y económica que le gustaría ver a Washington”.



"Aun hay prisioneros políticos en Cuba'', agregó con respeto al caso del Alan Gross, un subcontratista del gobierno norteamericano detenido en la isla mientras llevaba equipos para grupos judíos para establecer una red de canales por satélite y facilitar la transmisión, no autorizada por el gobierno cubano, de emisiones de televisión digital.

El lunes se supo que el subsecretario de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, habían discutido el asunto recientemente en Nueva York.

La afirmación de que la economía cubana se ha detenido en el pasado no se corresponde con una realidad: la aplicación del bloqueo, por casi medio siglo, ha condicionado la pérdida de más de 700 000 millones de dólares en estas casi 50 años de Revolución, pero en Cuba no se han realizado las concesiones que espera Washington. El señor Obama es otro presidente invisible. Uno más en todas las administraciones que representan el rostro visible de los verdaderos gobernantes en ese país.

jueves, 6 de octubre de 2011

Memoria por la vida




Por Raúl San Miguel

Foto: Internet

Video de la canción: Ay la vida, sostener mi amor

(Santiago Feliú y Silvio Rodriguez

“Para el poderoso nuestro silencio es un deseo. Callando nos morimos, sin palabra no existimos. Luchamos para hablar contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido”.
(Subcomandante insurgente Marcos)

Cientos de cubanos realizaron una peregrinación en el Cementerio Colón de esta capital para recordar a los fallecidos el 6 de octubre de 1976, cuando terroristas pagados y entrenados por los servicios de inteligencia CIA, del gobierno de los Estados Unidos, volaron un avión civil cubano, sobre las costas de Barbados.

35 años después del crimen, el gobierno norteamericano, aun protege a los criminales confesos del sabotaje. Nunca como antes el dolor se multiplica, pero denuncia, resiste el bloqueo genocida y exige justicia. Permanecer en silencio es hablar del olvido. Las palabras del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo, el 6 de octubre, efectuado en la Plaza de la Revolución el día 15 de octubre de 1976, constituyen el testimonio vivo de la expresión de nuestro pueblo.

“¡Lo hubiese volado ayer, chico!”, fue la respuesta del terrorista y criminal Orlando Bosh, vanagloriándose de su impunidad cuando fue entrevistado públicamente (en territorio de los Estados Unidos) con respecto a la bomba colocada en una aeronave de Cubana de Aviación que fuera destruida, en pleno vuelo, sobre las costas de Barbados con 73 pasajeros a bordo. El terrible asesinato realizado el 6 de octubre de 1976, destruyó brutalmente las vidas de personas inocentes y dejó una profunda herida, aún abierta, en la memoria del pueblo cubano. No son palabras, se trata de hechos, de un acto de barbarie cuyos culpables son protegidos por el gobierno estadounidense; a pesar de las pruebas irrefutables de sendas explosiones provocadas por material altamente explosivo (plástico) C-4, dentro del avión saboteado y cuyas trazas fueron mostradas en un amplio informe pericial por el gobierno de La Habana, ante las autoridades correspondientes.

Desde entonces ¿qué ha pasado? Nada.

Cada una de las administraciones estadounidenses se han encargado de hacer su trabajo: mantener el asunto en silencio y a los culpables protegidos en su territorio; incluso se ha demostrado el vínculo de estos terroristas con los servicios de inteligencia norteamericano y (ellos mismos) han amenazado con desclasificar secretos que pudieran ofrecer pruebas concluyentes de la participación de Washington en una guerra secreta contra Cuba y cuyas armas son facilitadas desde los arsenales de estas Agencias, con el financiamiento de organizaciones terroristas que operan en bases militares ubicadas en diferentes estados de la Unión; específicamente en la Florida. Me refiero a la Fundación Nacional Cubano-americana (FNCA) y los Comandos F-4, entre otras.



Fragmento del discurso de Fidel.

“Podríamos preguntarnos qué se pretende con estos crímenes. ¿Destruir la Revolución? (Exclamaciones de: "¡No!") Es imposible. La Revolución emerge más vigorosa frente a cada golpe y cada agresión, se profundiza, se hace más consciente, se hace más fuerte (Aplausos). ¿Intimidar al pueblo? (Exclamaciones de: "¡No!") Es imposible. Frente a la cobardía y la monstruosidad de crímenes semejantes el pueblo se enardece, y cada hombre y mujer se convierte en un soldado fervoroso y heroico dispuesto a morir.
La Revolución nos inculcó a todos la idea de la fraternidad y la solidaridad humana. A todos nos hizo hermanos entrañables en los que la sangre de uno pertenece a todos y la sangre de todos pertenece a cada uno de los demás (Aplausos). Por eso el dolor es de todos, el luto es de todos, pero la invencible y poderosa fuerza de millones de personas es nuestra fuerza. ¡Y nuestra fuerza no es solo la fuerza de un pueblo, es la fuerza de todos los pueblos que ya se redimieron de la esclavitud y la de todos los que en el mundo luchan para erradicar del seno de la sociedad humana la explotación, la injusticia y el crimen!

Nuestra fuerza es, en fin, la fuerza del patriotismo y la fuerza del internacionalismo. Las ideas por las que luchamos son estandarte de los hombres más honestos y dignos del mundo de hoy y el emblema seguro y victorioso del mundo de mañana.

El imperialismo, el capitalismo, el fascismo, el neocolonialismo, el racismo, la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones, se acercan al ocaso en la historia de la humanidad, y sus enloquecidos servidores lo saben; por eso sus reacciones son cada vez más desesperadas, más histéricas, más cínicas, más impotentes. Solo eso puede explicar crímenes tan repugnantes y absurdos como el de Barbados.

Durante más de 100 años ha sido recordado y condenado con inextinguible indignación el fusilamiento de los estudiantes de medicina en 1871. Durante miles de años nuestro pueblo recordará, condenará y aborrecerá en lo más profundo de su espíritu este horrible asesinato.

¡Nuestros atletas sacrificados en la flor de su vida y de sus facultades serán campeones eternos en nuestros corazones (Aplausos); sus medallas de oro no yacerán en el fondo del océano, se levantan ya como soles sin manchas y como símbolos en el firmamento de Cuba; no alcanzarán el honor de la olimpiada, pero han ascendido para siempre al hermoso olimpo de los mártires de la patria!

¡Nuestros tripulantes, nuestros heroicos trabajadores del aire y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, vivirán eternamente en el recuerdo, en el cariño y la admiración del pueblo! (Aplausos) ¡Una patria cada vez más revolucionaria, más digna, más socialista y más internacionalista (Aplausos) será el grandioso monumento que nuestro pueblo erija a su memoria y a la de todos los que han caído o hayan de caer por la Revolución!

Hacia nuestros hermanos guyaneses y coreanos inmolados ese día, va también nuestro recuerdo más ferviente en estos instantes. Ellos nos recuerdan que los crímenes del imperialismo no tienen fronteras, que todos pertenecemos a la misma familia humana y que nuestra lucha es universal.

No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!