miércoles, 2 de febrero de 2011

El Imperio prueba sus nuevas armas



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Hace unos días, exactamente cuando ocurrían los sucesos en Egipto, recibí noticias de primera mano: “Estamos trabajando intensamente para informar al mundo de lo que ocurre en Egipto. Nada funciona, ni celulares, ni la Internet….” Pedí más detalles. “Nada puedo decir, tenemos que apoyar a los compañeros de la oposición. Mubarak no puede seguir con ese gobierno. Esta noche se reportan más de 18 muertos…” ¿No podía entender cómo podía entender cómo podía ser posible que se diera interrumpir la comunicación con el mundo? Pero ocurrió. Ahora Cubadebate, confirma que entre todas las noticias que han salido de Egipto durante la última semana, quizás una de las más destacables para los fanáticos de la tecnología fue el “apagón” de Internet que vive este país por cortesía del gobierno de Hosni Mubarak.
Para entender lo que ocurre debemos tener en cuenta el anunció, a fines del pasado año (cuando, por supuesto, ya era operativo) la disposición del Comando Espacial de Estados Unidos con facultades precisas para atacar las redes de transmisión de datos en cualquier país (enemigo o enemigo, así lo especificaron de acuerdo con las circunstancias). Por entonces, las pruebas directas no se hicieron esperar. Recuérdese el lanzamiento de “misiles mediáticos” contra el gobierno bolivariano de Venezuela.
¿Casualmente?, después del “apagón en el ciberespacio de Egipto” podemos entender que el presidente de los Estados Unidos podría tener poderes absolutos para colocar una “campana de silencio” en derredor de cualquier lugar del mundo.
Según se reporta, el comité legislativo del Senado de Estados Unidos aprobó el proyecto de Ley S. 3480, por medio del cual se crearía el National Center for Cybersecurity and Communications (Centro Nacional para la Ciberseguridad y las Comunicaciones, NCCC por su sigla en inglés). Esta nueva entidad quedaría bajo el mando del presidente y tendría una potestad absoluta para controlar la Red, incluyendo la posibilidad de “apagar” Internet por 30 días.
Continua el reporte: “A pesar de sus evidentes implicaciones negativas, la iniciativa estadounidense tiene fines muy diferentes a los que inspiraron a apagar la Red en Egipto. En teoría, el NCCC usaría sus poderes únicamente cuando haya ataques a la infraestructura informática de Estados Unidos, no para suprimir las opiniones o manifestaciones de sus ciudadanos”.
Me pregunto ¿a quién pretenden engañar? Estados Unidos mantiene una posición imperial tanto en la política como en su estrategia global expansionista. La extraterritorialidad de sus leyes (Helms-Burton, Torricelly, de Ajuste Cubano y el bloqueo impuesto a Cuba por más de medio siglo) prueban que Washington se propone continuar el perfeccionamiento de sus armas de dominación imperialista.

Según Cubadebate, una fuente del gobierno le dijo a Wired que el proyecto no ordena que se apague la Red del todo, sino que se limita a que se desconecte “infraestructura crítica”. Por ejemplo, desconectar la presa Hoover de la Red cuando un ciberataque sea inminente. La pregunta que se hacen grupos de libertades cívicas que han cuestionado la ley, como ACLU, es ¿por qué no apagar esos sistemas afectados si ya se sabe que viene un ataque en lugar de desmontar los sistemas críticos de la Red? Por supuesto, reitero lo que antes llamé en un artículo: “Todos los golpes conducen a Washington”. El gobierno títere de Mubarak, es protegido por la Casa Blanca. No importa a qué precio, “el fin (propósito) del imperio, justifica los medios”.
Luego para calmar a los ciudadanos norteamericanos, los más desinformados del mundo, cuando se trata de informar las atrocidades cometidas por el gobierno de ese país, acuden a salvar la honrilla como es el caso del periodista Dan Costa, de la revista PC Magazine, que resalta las dificultades técnicas y prácticas de apagar Internet en Estados Unidos. A diferencia de Egipto, la sociedad estadounidense tiene millones de conexiones de todo tipo -privadas, públicas y secretas-, por lo cual un apagón total de Internet al estilo egipcio sería muy difícil de lograr, por no decir imposible.
¿Quién le asegura al reportero Costa que no puede ocurrir en los Estados Unidos? Puedo preguntarle si (puede hacer una encuesta pública) en los medios de difusión estadounidense existe la posibilidad de informarse, objetivamente, sobre lo que hacen los ejércitos norteamericanos de ocupación en Oriente Medio (Iraq), en Afganistán, en naciones de Latinoamérica, como Costa Rica, Honduras, en otras del centro Caribe, Haití, en derredor de su frontera: México. ¿Podría decirme por qué se arremete contra Cuba?
Según el articulista (refiere Cubadebate), por otro lado, la economía estadounidense y su sistema financiero dependen de las transacciones instantáneas que permite la Red. Apagar Internet por 30 días puede evitar que un ciberataque afecte la vida de sus ciudadanos, pero también podría causar daños profundos e imprevisibles al país.
Esta media verdad no tranquiliza. Cuando esto ocurra ya se habrán lanzado los misiles con cargas nucleares. Ya la guerra en el ciberespacio habría cedido su turno a las armas mortales que sacudirían el planeta. No es apocalíptica esta definición. ¿Qué podría esperarse de Estados Unidos después de un “apagón” de 30 días en el ciberespacio?
Si estoy de acuerdo en el párrafo donde se explica que “no obstante su peligrosidad, precisamente el alto grado de sofisticación que tiene esta sociedad (se refiere a la norteamericana) la hace más vulnerable a los ataques cibernéticos. Un ataque tan sofisticado como Stuxnet -el virus creado por EEUU e Israel contra plantas nucleares iraníes- que atente contra las redes del país podría poner en serios aprietos la maquinaria social y económica estadounidense y, en consecuencia, pondría en juego la seguridad del resto del planeta.
¿Por qué ese ejemplo del Stuxnet, creado por Israel? Realmente esta afirmación puede tenerse en cuenta como el efecto boomerang. Ningún imperio podría controlar el mundo, así lo afirmó el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Es una realidad que debemos afrontar.