sábado, 27 de noviembre de 2010

Nuevo encuentro con el Duende de las orquídeas

Raúl San Miguel

Fotos: Samuel Ponce y Cortesía del entrevistado

En una de las más recientes conversaciones telefónicas el maestro de la plástica Jorge Pérez Duporté, reconocido por sus investigaciones en el multivariado universo de las orquídeas, me formuló una pregunta inesperada: “Necesito un favor tuyo”, dijo y después me neutralizó: “Me gustaría que dijeras las palabras en la apertura de mi exposición en homenaje al aniversario noventa de la Prima Ballerina Abssoluta del Ballet Nacional de Cuba. Por supuesto, solo en muy contadas excepciones (y acoto esta palabra) he trabajado como maestro de ceremonias. No va con mi temperamento y realmente es una de las acciones más difíciles que he podido enfrentar en mi vida profesional. Pero un amigo es un amigo y, en el caso del maestro Duporté, esa cualidad debía ser asumida como una cuestión de honor y orgullo a quien me ofreció su amistad en calidad de familia.

Lo cierto es que el momento podía ser salvado si el Historiador de la Ciudad de la Habana, estaría para hablar de la sensible exposición dedicada a nuestra gran Alicia; pero fue un deseo que no fraguó debido a todas las circunstancias que hicieron imposible su asistencia. Y como es lógico asumí el reto y en buen momento: en aquel encuentro se fraguó un nuevo proyecto que me involucraría en el trabajo del artista guantanamero y residente en “Las Terrazas”, territorio entre las provincias Pinar del Río y la nueva Artemisa, donde se concentra una importante reserva de la biosfera.





Allí conversamos de un proyecto que se realiza en conjunto con la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana y que tendrá su ubicación en la llamada Quinta de los Molinos, ubicada en la avenida Doctor Salvador Allende (antigua Carlos III), muy próxima a la Plaza de la Revolución en la capital cubana y donde tuviera su morada residencial el General en Jefe del Ejército Libertador cubano, Máximo Gómez Báez, principal caudillo, junto al Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales, de la guerra organizada por José Martí, en 1968. Referencia martiana que realizo debido al vínculo de su abuelo con Martí cuando le sirvió de explorador al Mayor General del Ejército Libertador.


Este tema se relaciona directamente con un importante evento científico que pudiera realizarse en La Habana.

En su opinión ¿Cuán necesario resultará el proyecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad para la realización de un Congreso relacionado con las Orquídeas?

“Toda gestión a favor de los elementos que conforman la Naturaleza siempre será necesaria e imprescindible para nuestra existencia en el globo terráqueo. Considero de vital importancia este esfuerzo de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Sociedad Cubana de Botánica y la Asociación de Aficionados a la Botánica Juan Tomas Roig. Debemos recibir con alegría que instituciones tan serias como estas organicen tal actividad reuniendo personas de distintos niveles de especialización y conocimiento en una acción relacionada con una de las especies más diversas de la flora a nivel mundial”.


De acuerdo con sus experiencias acumuladas en décadas de trabajo. ¿Considera que nuestro país (Cuba) se ha convertido en un firme exponente de las investigaciones relacionadas con las Orquídeas?

“No cabe duda alguna que nuestro país es un indiscutible exponente en el terreno de las investigaciones científicas, pero no me atrevo asegurar que en el estudio de esta familia botánica (las orquídeas) estemos a la cabeza. Hay muchísimas personas con talento y dedicación que le dedican su tiempo a clasificarlas, estudiarlas e incluso buscar nuevas variedades a través de experimentos, pero eso no basta, hay que esforzarse más. Eso espero”.

¿Este Congreso será una oportunidad para presentar algunos de sus trabajos aún inéditos?

“Espero sorprender. Trabajo en la materialización de varias obras y específicamente he puesto todo el interés en una pieza fundida en granito que representa el Epidendrum ramosum, especie de orquídea cubana que me gusta mucho. Veremos la reacción de los asistentes y observaremos cómo la reciben. No creo que se haya utilizado este material antes para realizar una ilustración científica. Si llegan a tiempo (desde Madrid) mostraré parte de mi colección en vidrio de 15 orquídeas cubanas. Esta sería la sorpresa que les tengo por ahora”.

Su participación como ilustrador para ediciones de revistas científicas cubanas y foráneas y su participación en expediciones (personales y colectivas) exploratorias, le ha permitido entrar en una especialidad que prácticamente ha hecho suya en las variantes relacionadas con las artes visuales modernas. Tenemos conocimientos de sus relaciones con la National Geographis, pero apenas se observan libros ilustrados con especies de nuestra flora (en este caso) y fauna realizados por artistas cubanos. ¿Existen garantías, en Cuba, para la formación de jóvenes artistas vinculados a este tipo de trabajo artístico vinculado a la gráfica de la investigación?

“Con toda sinceridad, no lo creo. Claro, me refiero a la ilustración científica. Existen prometedores exponentes de las artes plásticas en nuestro país, pero no he conocido esa motivación por dar continuidad a un trabajo tan interesante, pudiéramos decir para no entrar en las especificaciones comerciales que apremian, en estos tiempos, también a los artistas”.

En una ocasión hizo referencia a su propósito de dedicar una serie de orquídeas, específicamente al desaparecido cantante Beny Moré. ¿Por qué?

“Toda persona que me conoce sabe de mi pasión por la música de Beny Moré y todo lo que se mueve a su alrededor desde el punto de vista creativo, de leyenda casi místico en cuanto a un extraordinario músico autodidacta que resultó un excepcional creador y de una agudeza conocida por la virtud del “oído absoluto” en la música. Creo que entre las más de 30,000 especies naturales de orquídeas de las cuales se tiene referencia, debían colocarse a los pies de El Gran Beny Moré, pero es una forma personal de graficar la dimensión para homenajear el talento de un artista que admiro.

¿En qué nivel se encuentra el proyecto de preparación de piezas suyas que adornarán los paseos de un parque en la ciudad de Guantánamo?

“Ya realizamos la selección de las especies de orquídeas que serán colocadas en las aceras de mi Patria chica, el lugar donde nací. Una gran parte de los bocetos que servirán de plantillas ya están aprobados, la otra parte del apoyo, para materializar el proyecto, corresponde a las autoridades del Gobierno y la UNEAC de esa provincia. Sé que puedo contar con amigos foráneos que apoyarían el financiamiento de esta obra, pero no es lo que deseo. Se trata de una cuestión de honor que sea realizado con el apoyo y esfuerzo de mis coterráneos, es para ellos y el futuro de nuevas generaciones de ciudadanos en mi ciudad natal que pretendo ofrecer esa parte, llamémosle así, de mi legado artístico. Mientras, yo espero”.


Reitero es mi consideración personal. Comenzaré, cuando llegue el momento, este homenaje con la necesaria referencia a una planta cubana: la Siguaraya, y que tiene una relación directa con la cultura nacional, específicamente, la afrocubana. Recuerdo que “sin permiso no se puede tumbar” (Ríe). Por el momento no tengo otras cuestiones, aunque un verdadero artista siempre sueña, cada día, con un nuevo proyecto. Estos, por el momento, me servirían para completar y complementar un ciclo de los que, en mi obra plástica, ya poseo.