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Plaza Cívica en avenida 124, Marianao, La Habana, lugar donde tuve el privilegio de conocer un poco más sobre nuestro José Martí, en los días hermosos de mi niñez. |
Raúl San Miguel
Foto de la Internet
“Ahora
son otros los dioses quienes
decidirían sobre el derecho a la vida y la muerte:
mortales proclamados
todopoderosos
por decretos que manifestaban su irrespeto
a quienes antes
veneraron y temían”.
(Demetrio y el Fausto, novela, RSM)
El artículo
del colega Demetrio Villaurrutia, me obligó a retomar un tema recurrente cuyas
aristas no pueden dejarse al simple enunciado y la referencia indefinida:
“alguien” cuando urge –en medio de la más intensa campaña mediática del
gobierno de los Estados Unidos y sus aliados europeos, contra Cuba-, mantener
como legado ¿quiénes somos?, para saber a dónde vamos y qué sociedad
construimos.
Bajo un
título enunciativo-afirmativo-interrogativo, Demetrio ·sirvió (literalmente) la
mesa, colocó sobre la agenda pública una breve y polémica sugerencia: ¿Por qué
una parte de los jóvenes no se interesa por la historia de Cuba?, publicado el
pasado día 19, web@radiorebelde.icrt.cu,
se escurre una de las mayores preocupaciones para nuestra nación, dispuesta a
defender la soberanía e independencia, pero con enormes fisuras en la
preservación de la identidad, como memoria histórica, y el desconocimiento
–incluso entre docentes activos- de acontecimientos precedentes e imprescindibles
para la continuidad de la forja de una nación.
¿Qué parte
de los jóvenes? Se precisa de un estudio serio (investigación periodística)
para definir tamaña afirmación que, de hecho, pronostica una alarma mucho
mayor. Hacer referencia al documental de la muestra de cine joven, donde la
profesora de historia se excusa, burdamente, de su falta de conocimientos para
impartir clases de historia a sus alumnos de los primeros grados de la
primaria. ¿Estamos ante un fenómeno generalizado?
Casi ha
pasado una década después que la ACRC, los historiadores, bajo la rectoría de
los departamentos ideológicos del Partido (municipio y provincia) conformaron
un programa para el rescate de testimonios, ubicación de sitios históricos,
prácticamente desconocidos, y la preservación de documentos, así como la
identificación de los caídos durante la última etapa de la lucha por la
independencia definitiva de Cuba y alcanzada con el triunfo de la Revolución,
en enero de 1959. Recuerdo que uno de los propósitos era el no excluir siquiera
a los que formaban parte del ejército de la tiranía de Batista.
Recordar los
eventos de Playa Girón en los que participaron representantes de la brigada
invasora y mercenaria, en la agresión directa de Estados Unidos contra Cuba y
que fue estruendosamente derrotada en menos de 72 horas.
¿Cómo
ocultarle a las nuevas generaciones que estuvimos a punto de desaparecer del
mapa durante la crisis de los misiles nucleares? El gobierno revolucionario de
Cuba, derribó uno de los U-2, norteamericanos que sobrevolaban la Isla en
misión de espionaje.
En
Washington se armó el alboroto y N.Krushev, negoció, sin consultar con La
Habana, la retirada de los cohetes nucleares que se encontraban en la Mayor de
las Antillas, previo acuerdo entre la entonces Unión Soviética y Cuba.
¿Por qué no
insistir en la preservación de la memoria histórica cuando se trata de una de
las bases sobre la cual se erige cualquier nación?
Durante la
seudorepública y, hasta hace muy poco, Hatuey, fue la marca comercial de una
cerveza cubana. Confieso que llegó a confundirme en mi adolescencia. No
entendía como el nombre de ese indígena que mostró su rechazo a la colonización
española, tuviera esa degradación histórica hasta convertirlo en un símbolo de
consumo. Dejo, a los ciberargonautas de
mi blog, estas palabras escritas por mi colega Demetrio. Cito:
“Alguien
habló desde hace unos días de la historia y los jóvenes, pero lo hizo tan desde
el corazón que nos puso a reflexionar sobre algo en lo que, de una u otra
manera podríamos incidir todos, desde diferentes eslabones de la cadena. El
comentario vino desde la siguiente interrogante ¿por qué una parte de los
jóvenes no se interesa por la historia de Cuba, y les resulta poco atractiva?
Con la riqueza que está presente en tantos años de lucha revolucionaria, y las
bellas páginas que ha vivido este país en todas sus generaciones, es una
pregunta que convoca a hacernos otra interrogante ¿es que acaso se ha perdido
la virtud de encantar a través de nuestras propias historias, en las que muchos
jóvenes han sido protagonistas principales? De ahí parte este comentario,
reflexiona el periodista Demetrio Villaurrutia. La historia es una esencia, que
se acuña desde sus detalles, antecedentes, evolución, lo que deja en una etapa
de la vida y actúa como causa y efecto que hace evolucionar el mundo. Ahora
bien, la originalidad y creatividad, el poder contar esas esencias de vida,
heroísmo o sencillez, quizás de modestia en un momento determinado, depende
mucho del ser humano que la dé a conocer o de aquellas personas que escriben
una y otra vez la historia, convirtiendo a sus protagonistas en seres de carne
y hueso. A veces miramos con dolor como la asignatura Historia de Cuba es
relegada por los propios estudiantes, y más aún por los mismos padres,
considerándola como algo más, cuando en realidad, es el soporte mismo de todo
lo demás, del cómo nacimos, qué somos y desde donde partimos, por qué
sustentamos hoy principios éticos que van desde el altruismo, la solidaridad,
el humanismo, entre tantos otros. Si somos capaces de trasmitirlo de esa
manera, con la mirada aguda para poder captar las esencias, pero siempre de
modo diferente y atractiva, no aburrida, sino original y auténticamente cubana,
entonces ante la mirada de los jóvenes estaremos ganando la primera parte de la
batalla; de lo contrario estaremos igualmente contribuyendo a subestimar un
arma importante para nuestro propio reconocimiento, de identidad nacional y también,
por qué no cultural. La Historia de Cuba es bella, pero eso hay que trasmitirlo
para poder enamorar a los demás, y estimular su conocimiento. (Noticiero
Nacional de Radio).”
Más información: http://www.radiorebelde.cu/noticia/por-una-parte-jovenes-no-se-interesa-por-historia-cuba-20150319/[/url]
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