viernes, 29 de noviembre de 2013

El grupito del Coco, en el "laboratorio" europeo



¿Por dónde le entra el agua al coco?*

Raúl San Miguel

Foto tomada de la Internet


En su viaje por Estrasburgo (Francia), el mercenario Guillermo Fariñas exhibe su nueva categoría profesional otorgada por un curso (seminario para utilizar medios técnicos de subversión) de la CIA. De ahí su petulante declaración al informar, en relación con los objetivos orientados (por la CIA) para los llamados periodistas independientes. Así, con el título de periodistas, llaman a los miembros de grupúsculos subvencionados por la SINA para enviar sus “reportes” a las redes sociales de la Internet. De ninguna manera el señor Guillermo, conocido por el “Coco”, no sé a quién pretende confundir con un título de periodista, puede hablar de realidad cubana si está en contra, precisamente, de esa realidad que ha sido transformada por la Revolución cubana para garantizar un país digno, a pesar de las limitaciones que impone el bloqueo genocida del gobierno de Estados Unidos.

Escribo desde mi blog, insertado en las redes sociales de la Internet. Nadie me dice qué o sobre qué escribir. Apoyo, cada artículo, con argumentos fundamentados. No es que defienda una verdad absoluta, pero no distorsiono esa verdad _defendida como el derecho soberano de mi pueblo a conservar su independencia_ frente a los ataques de mercenarios al servicio del gobierno de los Estados Unidos.  Por supuesto, sin excluir a sus aliados en Europa, por donde ahora ofrece sus declaraciones para un (cito su declaración a El Nuevo Herald) “laboratorio” sobre “El Periodismo de solución en acción”, dentro del Foro Mundial de la Democracia que organiza el Consejo de Europa (y donde), Fariñas contó cómo los periodistas independientes “evitan la censura del Gobierno”.

Recuerdo momentos de aquellas largas conversaciones con el desaparecido periodista cubano Guillermo Cabrera, en su modesta oficina del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Al Genio, como le apodara el Comandante en Jefe, Fidel, disfrutaba de intercambiarme sus ideas y proyectos, pero no dejaba de sorprenderme (nunca) con sus reflexiones, precisamente, acerca de la batalla que debíamos enfrentar en las redes sociales. Fue allí, donde me presentó una tarde, al periodista y escritor colombiano Hernando Calvo Ospina. Lo hizo con la solemnidad de un intermediario respetuoso y nos convocó a establecer una amistad duradera. Hernando puso en mis manos, dedicado, su libro: ¿Disidentes o mercenarios? que fuera escrito junto a Katlijn Declercq y publicado por la Casa Editora Abril, en el año 2000. Entonces, Guillermo Cabrera, maestro de periodistas, me dijo: "Léelo y no dejes de tomarlo como referencia." Así ha sido desde entonces. Nunca observé, entre mis colegas, el nombre del mercenario Fariñas. 

Mencioné estas evocaciones para ilustrar “por dónde le entra el agua al Coco”, una frase cubana popular para definir el entuerto de algo tan visible como la forma en que el mercenario maneja su lenguaje subversivo, tal como le fuera indicado por los servicios de inteligencia norteamericanos. Es la forma de graficar, que utilizo, en relación con el mercenario Fariñas y su exhibición (in)pública para hacer referencias a las salas de navegación, por Internet, en Cuba.

En su esfuerzo “para descubrir el agua tibia”, otra frase del argot popular, en mi país, el señor mercenario Fariñas, acaba de llegar a la conclusión, en su periplo europeo, de “que nos conectan con el mundo”. Es obvio. Se trata de un esfuerzo del Estado cubano para facilitar navegación ciberespacial, a pesar de las limitaciones y el costoso sistema a que nos obliga el gobierno de Estados Unidos por no permitirnos acceder a las comunicaciones internacionales, mediante los cables submarinos de fibra óptica que bordean la Isla. Es una verdad irrebatible.

Dentro de unos días, exactamente para el día 9 de diciembre, se espera el arribo a la rada habanera (Bahía de La Habana) del crucero Universe explorer, con más de 700 estudiantes norteamericanos que viajan en el buque universitario del programa Semestre en el Mar, auspiciado por la universidad norteamericana de Pittsburg, en coordinación con la Universidad de la Habana. Estos estudiantes, profesores, académicos y tripulantes, tendrán la posibilidad de observar algo cotidiano que tambien, ahora, "descubre", durante su viaje a Europa, el mercenario Fariñas
Me refiero a: “calles rotas, leche en mal estado, bajas pensiones…” que asegura formar parte de los reportes de los llamados periodistas independientes que obliga a la prensa oficial, hacer referencia.

Las calles rotas abundan en toda la Isla. Los esfuerzos por restaurarlas son evidentes. La crítica en la prensa cubana es permanente, sobre todo al llamado del propio Congreso (VI) del Partido. Diría que desde mucho antes. Solo basta leer, desde el primero de sus discursos, cada intervención del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante  en Jefe, Fidel.

No pretendo decir lo que no es. Por ejemplo, la leche en mal estado es la referencia a problemas locales. Supongo que se refiere a la leche que colectan las cooperativas agropecuarias para hacerla llegar a la población (en forma normada y priorizando, es otra verdad, a los ciudadanos de acuerdo a edades). La otra leche, la mayor parte, es adquirida con altos precios en el mercado internacional. El gobierno de Cuba, bajo ningún concepto, importaría leche en mal estado. En este caso, los suministradores de este producto pudieran demandar al mercenario Guillermo Fariñas por mentir con alevosía y provocar prejuicios a su mercancía. Claro, existe también la variante del bloqueo que persigue, entre otras cuestiones, los mercados (suministradores) en los cuales Cuba, logra comprar alimentos como la leche, por demás, subsidiados por el Estado en su comercialización dentro del país.

Lo de las bajas pensiones es cierto. No obstante, debió aclarar que se trata de un problema del valor del peso cubano. Otra causal condicionada por el bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos. Ningún salario en Cuba, es suficiente para adquirir los artículos y alimentos necesarios, pero nadie se muere de hambre. Eso lo sabe el “Coco” Fariñas.

Seguidamente cruza a otra dimensión y asegura que, para lograr comunicarse, “En este sentido, señaló, (…) habría que hacer un homenaje a las “memorias flash” (lápiz USB) porque “permite pasarnos toda la información que el Gobierno no quiere que tratemos”. ¿Entonces…, ve lo que ocurre en Cuba o debe verlo en una memoria flash? Pero no se conforma, hace otro descubrimiento, según El Nuevo Herald:

“Fariñas narró cómo durante las protestas la policía política se coloca donde hay cámaras de grabación”.

“Cuando las neutralizan, nos arrestan y evitan que lo pongamos en internet, porque el coste político sería muy alto”.

Bueno a favor del mercenario Fariñas, haré una pausa en cuanto a las dos citas de El Nuevo Herald (arriba, entre comillas). Primero, en todo el mundo existen cámaras diseminadas por toda la ciudad. Es normal. No requiero abundar sobre el asunto. Algunas, desde los satélites, espían para los servicios de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, no se ven, pero están ahí. Tampoco es objetivo de mi análisis. “Vacilo” al “Coco”, como diría en buen cubano. Ahora, un poco más, la cita que utilizo fue de El Nuevo Herald y dice (perdonen si reitero): “Cuando las neutralizan, nos arrestan y evitan que lo pongamos en internet, porque el coste político sería muy alto”. ¿Qué neutralizan? ¿Las cámaras en las calles? ¿Por qué los arrestan (a quiénes)? ¿Cómo lo evitan? Responderé, con honestidad, lo que no hizo el “Coco” Fariñas.

De ninguna manera pueden neutralizar las cámaras (en la ciudad) de lo contrario no hubieran sido colocadas. Por supuesto, no es para vigilar, como dice el “Coco” Fariñas, a quiénes tienen ideas contrarias al Gobierno cubano y la mayoría del pueblo que apoya a la Revolución. Es imposible. Pero si se refiere a las memorias flash, tampoco he visto un sistema de vigilancia para quitarlas a los ciudadanos. Es absurdo. Que arresten, en este caso, a los mercenarios o a personas cuando provocan desordenes públicos, es lógico. Lo haría cualquier gobierno de cualquier país con independencia de su sistema político. Evitar que los mercenarios coloquen su falacia en las redes de Internet, es casi imposible. Lo meno puede decir es eso, de lo contrario debería ser demandado por la propia SINA, al confirmar que los equipos de comunicación: teléfonos celulares, sistemas para conexión de Internet y otras facilidades dentro del paquete de la (USAID) de ayuda a la subversión interna, resultan obsoletos.

En cuanto a los ejemplos de corrupción, dentro de Cuba, no es la primera vez que se denuncian. Cuando se detectan la actividad ilegal de personas que utilizan los recursos de las empresas en beneficio propio, son procesadas, como debe ser en cualquier sistema social de todo el mundo. Cuba no es un país perfecto. Ninguno lo es. Construir una sociedad Socialista es difícil. Garantizar los recursos necesarios, en medio del genocida bloqueo impuesto, también provoca algunas formas de delinquir con las necesidades de la mayoría para beneficio personal.

Ahora el puntillazo lo ofrece la directora ejecutiva del Observatorio Audiovisual Europeo y moderadora del laboratorio, Susanne Nikoltchev, quien aseguró que, el mercenario Fariñas “ha consagrado su vida a la lucha contra la censura en Cuba y ha llevado a cabo huelgas de hambre a favor de la libertad de expresión”. El sello del “héroe” que fue capaz de, por cuestiones de economía personal, perder el mínimo vestigio de principio humano al fotografiarse junto al criminal terrorista y autor confeso de la voladura de un avión civil, sobre las costas de Barbados, el 6 de octubre de 1976.

Después, me parece verlo fingir la emoción, el “Coco” Fariñas, definió a Cuba como “la última dictadura estalinista de Latinoamérica”, afirmó que el periodismo en esa isla caribeña “está diseñado para que nadie pueda quitarle prestigio a la mal llamada revolución cubana”. Sino fuera porque dice: “mal llamada revolución (en minúscula) cubana”, quizá diría que, en esta afirmación, pudiera tener razón. Pero como, no es difícil suponer que el “Coco” en su cabeza lo que tiene es agua (otra frase del gracejo popular) prefiero agregar que no se trata de un diseño, sino de un concepto, le invito a que lea el concepto de Revolución que ofreciera el Comandante en Jefe, Fidel. Es breve, profundo y concluyente para cualquier ser humano en cualquier latitud del planeta.

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado…; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos…; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio…; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y de las ideas…, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”. (Fidel Castro Ruz, 2000).

Frase cubana del gracejo popular*