Raúl
San Miguel
Foto
tomada de la Internet (Cubadebate)
La agencia Reuter confirma lo que es, prácticamente,
consabido dentro de la estrategia del gobierno de Estados Unidos, para un
acercamiento diplomático a Cuba, que le permita garantizar el control de sus
principales rubros exportables como mercado directo, así como el resto de los
recursos de avanzada (naturales y de valor agregado: inteligencia)
desarrollados por la Mayor de las Antillas, a pesar del férreo bloqueo impuesto
por diferentes administraciones norteamericanas durante más de cinco décadas.
Según reporta la agencia de noticias Reuter “la
Corte Suprema de Estados Unidos concedió el lunes una victoria a una tabacalera
estatal cubana, al declinar intervenir en una batalla legal de larga duración
con un rival estadounidense por el uso de la marca Cohiba.”
No es un secreto el intento de Washington para el
apoyo a sus empresas en litigios con firmas cubanas, específicamente en la
producción de tabacos y rones.
La negativa a escuchar, por parte de la Corte
Suprema estadounidense, de una
apelación presentada por la compañía estadounidense General Cigar, que tiene su
sede en Delaware, ofrece un giro
inteligente al futuro control de ese mercado dentro del territorio
norteamericano con un proveedor legítimo (Cuba) y sin interferencias de
falsificaciones que posibilitan el escape de millones de dólares. El propio
cable cita que: “General Cigar vende en Estados Unidos tabacos Cohiba
producidos en República Dominicana”.
De
igual forma se resuelve el dilema, contenido en el bloqueo impuesto contra
Cuba, en los derechos de la empresa cubana exportadora de Cohibas para
“impugnar las marcas de General Cigar, pese al bloqueo comercial de Estados
Unidos”. Más adelante agrega que: “General Cigar es de Scandinavian Tobacco
Group A/S, la cual es propiedad, en parte, de Swedish Match AB”.
Lo
cierto es que estas señales de humo se realizan a partir de un cambio en la
táctica y la estrategia imperial de Estados Unidos en relación con Cuba,
después del anuncio del presidente Barack Obama, en diciembre pasado, en
relación con un supuesto “ cambio
de política hacia Cuba para flexibilizar algunas restricciones al comercio
y los viajes, aunque ha mantenido intacto el embargo económico”.
De
hecho la flexibilización de algunas restricciones de las leyes
extraterritoriales norteamericanas -aplicadas para reforzar el bloqueo contra
Cuba-, facilita a los visitantes estadounidenses (solo aquellos por convenios
académicos, no de turismo) puedan importar hasta 100 dólares en puros. Por
supuesto, mucho más baratos que en territorio norteamericano, hasta el punto
que una inversión de cien dólares posibilite, a uno de esos visitantes,
costearse el precio del pasaje de ida y vuelta en avión hacia la Isla, si
decidiera lucrar con esos cotizados tabacos cubanos.
Otra
de las señales se relaciona con el sector de las comunicaciones (que posibilita
el control de un mercado prácticamente virgen en Cuba, me refiero al acceso
masivo a la Internet y servicio de telefonía celular) así como la venta de
equipos agrícolas, en función de potenciar a las cooperativas de gestión no
estatal, fundamentalmente, y conseguir un cambio en la concepción de la
relación productor-mercado y, en consecuencia, el control de un sector ligado
al Estado (cubano) solo por la cuestión del pago de impuestos.
En
cuanto al otorgamiento de “una mayor
cantidad de licencias para los viajes de los estadounidenses a la Isla” que
permitiría establecer relaciones interbancarias, es obvio que la posibilidad
especulativa del dólar (cuyo dominio es ventaja de Estados Unidos como emisor de los billetes dólares) podría
aumentar o duplicar los intereses de cada inyección de dinero en bancos cubanos,
un asunto muy serio para el cual se debe preparar mi país, específicamente,
cuando en los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido, se
argumentó la necesidad de lograr el desarrollo de las fuerzas productivas
internas con el objetivo de ganar el espacio necesario que posibilite
garantizar el camino de la soberanía económica en la Mayor de las Antillas.
Según Reuter, “Cuba había acusado en abril de 2013, a Estados Unidos de
“robo” de marcas comerciales de la isla, tras un fallo judicial en un litigio
entre la empresa Cubatabaco y la compañía estadounidense General Cigar”.
En
realidad la agencia de noticias solo ofrece la primicia de un conflicto
generado por el gobierno de Estados Unidos en su política de bloqueo contra
Cuba.
La
cuestión relacionado con este fallo, en favor del genuino productor
(Cubatabaco) de los mejores habanos del mundo, entre los que destacan
Montecristo, Partagás, y Romeo y Julieta, además de Cohiba, producidos por la
corporación mixta Habanos S.A, quedó “resuelto” y se nombra General Cigar Co v.
Empresa Cubana Del Tabaco, U.S. Supreme Court, No. 14-512.
Esta
noche comienza en Cuba el Festival del Habano, la mayor vitrina al mundo del
tabaco cubano.
Es
muy seguro que, las fuertes presiones de empresarios estadounidenses, permitan
destrabar el asunto del litigio con el ron Havana-Club.
Por
ahora, estas señales de humo se anuncian como fumarolas de un volcán que
pretende verterse sobre la Isla. Los riesgos de este acercamiento diplomático
que, cada vez más acelera Washington, con Cuba, debemos asumirlos, pero con
inteligencia.
Como
decía el Che, al imperialismo no se le puede dar ni un tantico así. Creo que
los ejemplos sobran por todo el mundo. De ninguna manera podemos asumir estos
pasos como un cambio en las relaciones, sino de oportunidades como señala el
profesor y filósofo argentino Vicente Zito Lema, cuando asegura que: “…estamos
viviendo en un tiempo agudo de guerra por un lado, y también de reagrupamiento
a nivel internacional, donde ciertos acuerdos se están rompiendo y se están
forjando otros. (...) de lo que ocurre en Latinoamérica con la avanzada feroz
de Estados Unidos (…).”
Debemos
tomar todas estas señales de una supuesta normalización de relaciones
diplomáticas bajo la égida del bloqueo impuesto por Washington como señales de
humo (en mi criterio) y, por el momento, nada más.
El
reporte de El Nuevo Herald, confirma el tema que trato en mi artículo.