DavidSamuells
Fotos:
Alba León Infante.
Sobre La Plaza
de la Revolución, el azul del cielo es más intenso y la mañana fresca se expande
en el silencio de los afluentes de pueblo que convergen dentro del Memorial José
Martí, para rendir homenaje eterno a quien ofreció como legado el ejemplo de su
vida.
Entre los rostros,
de varias generaciones, los más bisoños parecían banderas.
Nunca vi tanto
orgullo en las nuevas simientes de la Patria. Más que dolor había gratitud y
entereza. Son, precisamente, los jóvenes quienes han crecido en este empuje que
nos recuerda a Mariana, la madre de los Maceo, cuando convocó al más pequeño a
empinarse para luchar por la independencia de Cuba.
Volver
adonde Fidel, en el escenario de tan épicas batallas, no puede describirse con palabras.
Los enemigos de la Revolución cubana lo observan erguido en cada rostro cuando
toda la gloria del mundo cupo en un grano de maíz que ahora germina y alimenta
con nuevos bríos a continuar la obra grande por la que todos luchamos. ¡Hasta
la victoria siempre, Fidel, Comandante en Jefe!
Oda al
reparador de sueños
(A Fidel Castro Ruz)
La
noche se despidió con tonos grises,
en la cama descansa el reparador de sueños,
las palabras se enredan entre sí,
en la cama descansa el reparador de sueños,
las palabras se enredan entre sí,
se
atropellan en una marea sin sentido.
¿Cómo describirte, jinete del alba,
cuando todos los vocablos parecen agotados?
¿Cómo describirte, jinete del alba,
cuando todos los vocablos parecen agotados?
****
Hoy las
palabras se niegan a nacer,
es forzoso hacerle una cesárea al alma
para intentar forjarte un traje,
las manos rebuscan, ansiosas de verbos,
en ese río invisible que nos une,
soy uno de los millones de hijos
que nunca conociste,
de esos afortunados que pusieron,
es forzoso hacerle una cesárea al alma
para intentar forjarte un traje,
las manos rebuscan, ansiosas de verbos,
en ese río invisible que nos une,
soy uno de los millones de hijos
que nunca conociste,
de esos afortunados que pusieron,
al lado
del nombre de su progenitor, el tuyo.
****
Las
sombras se ciernen sobre la ciudad,
intentan corromper los recuerdos,
pero el guerrero se niega a morir,
como sesenta años atrás,
toma el timón del Granma
intentan corromper los recuerdos,
pero el guerrero se niega a morir,
como sesenta años atrás,
toma el timón del Granma
y pone
rumbo a las estrellas.
El reparador de sueños se ha vuelto lucero,
en su testamento no escrito,
solo hay cuatro palabras:
¡hasta la victoria siempre!
El reparador de sueños se ha vuelto lucero,
en su testamento no escrito,
solo hay cuatro palabras:
¡hasta la victoria siempre!
Oscar
Álvarez, Yoscar,/26/11/2016