lunes, 7 de febrero de 2011

La guerra en el ciberespacio: consecuencias impredecibles



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de Cubadebate

Según publica el sitio Cubadebate, la periodista Ann Louise Bardach, testigo clave de la fiscalía norteamericana en el juicio contra Luis Posada Carriles en El Paso Texas, denunció haber sido víctima de un ciberataque.
La periodista _ quien hizo la entrevista en la que Posada Carriles y donde el criminal confeso le asegura ser el responsable de los atentados con bombas en La Habana que costó la vida al turista italiano Fabio di Celmo_, dijo que descubrió el ataque cuando una de sus cuentas de correo electrónico dejó de funcionar y sus iconos en la computadora comenzaron a desaparecer de la pantalla.

Añadió que buscó un contratista del Departamento de Defensa para que la ayudara. “El experto ha trabajado computadores hace años, instalando parches de seguridad para evitar hackings”. Los parches solucionan agujeros de seguridad y, siempre que es posible, no modifican la funcionalidad del programa.
El experto descubrió alguien “había eliminado los parches de seguridad y le había bloqueado la instalación de parches de seguridad nuevos. Un backup o copia de seguridad de emergencia de la computadora había desaparecido de repente”.

“Le pregunté qué tan a menudo pasa esto”, dice la periodista. “Muy poco”, le contestó el especialista, quien descubrió que el ataque era reciente y sofisticado. Bardach aseguró que está ahora preocupada por su seguridad (integridad física) en El Paso.



Sus entrevistas con Posada Carriles son evidencia clave en el juicio en El Paso, donde se procesa al terrorista por mentir a las autoridades de inmigración en Estados Unidos. Una de las mentiras es haber negado que organizó los atentados con bombas en La Habana en 1997, todo lo contrario a lo que dijo en la entrevista con Bardach, publicada en The New York Times.
Por otra parte, el diario caribeño Newsday, publica que, a pesar de las evidencias aportadas por la policía de Trinidad y Tobago a Estados Unidos que enjuicia a Luis Posada Carriles, los cargos contra el terrorista son, exclusivamente, por mentir y falsificación de documentos.

Buscado por ataques terroristas contra Cuba, uno contra el consulado de Guyana en Puerto España y las oficinas barbadenses de BWIA en 1976, Posada solo enfrenta cargos de perjurio, fraude migratorio y obstrucción de la justicia, asegura el periódico Newsday.

UN RECLAMO DE JUSTICIA
Durante años Cuba y Venezuela ha reclamado porque esos crímenes no queden impunes. De Venezuela, donde fue condenado a nueve años en prisión por cargos de conspirar con los que pusieron la bomba en el avión, Posada escapó sobornando a sus carceleros, siendo prófugo de la justicia venezolana.
Hernan Ricardo Lozano and Freddy Lugo, sicarios a sueldo de Posada, fueron arrestados horas después del atentado contra el avión cubano y confesaron al Vice comisionado de Policía en Puerto España que ellos eran responsables del crimen.

Hay un detalle de sus declaraciones, no publicado por la prensa de la época refleja (este es un asunto importante e interesante) que ambos dijeron ser agentes de la CIA y que tenían una lista de objetivos terroristas, muchos relacionados con Trinidad y Tobago. Sin embargo, estas pruebas que han sido mostradas en el juicio que tiene lugar en El Paso, Texas, no ha sido aceptada por la fiscalía.

Sin embargo, el informe manuscrito preparado por Ricardo y que fuera desclasificado por el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en 2007, contiene un reporte sobre las empresas, las embajadas y oficinas que mantenían relaciones con Cuba, suministrando descripciones detalladas de objetivos en Barbados, Colombia, Panamá y Trinidad Tobago.

Según Cubadebate, bajo el encabezamiento de Trinidad, los objetivos incluían las oficinas de la línea aérea BWIA (ahora Caribbean Airlines) y hasta las marcas, modelos, color y placas de los autos de funcionarios cubanos en esos países.

El primero de septiembre de 1976, antes de las elecciones de ese año, una bomba estalló en el Consulado de Guyana en Puerto España. Ese ataque ocasionó heridas a tres personas.

Unas semanas antes, el 14 de julio de 1976, las oficinas de la BWIA en Bridgetown, Barbados fueron atacadas. Los tres atentados implican a Posada. No obstante, el terrorista negó estar vinculado a la bomba del vuelo 455 de Cubana, sobre Bárbados el 6 de octubre de 1976, aunque fue delatado por sus empleados luego de ser interrogados por el entonces procurador Dennis Ramdwar en 1976, además de aparecer en los informes desclasificados de la CIA.

El informe del interrogatorio que tuvo lugar en la comisaría de policía de Puerto España también fue desclasificado por el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El periodista da cuenta con lujo de detalles de las declaraciones de Ricardo y Lugo.

Ricardo declaró al comisionado Ramdwar que él era miembro de la CIA y que fue reclutado en Venezuela entre 1970 y 1971, que fue entrenado en Venezuela y Panamá en contrainteligencia. También dijo que el grupo “Condor” que se adjudicó responsabilidad, era la fachada de otro grupo llamado el CORU, dirigido por Orlando Bosch. Sostuvo además que Posada era el jefe de una firma privada conocida como Agencia de Investigaciones Industriales y Comerciales, y que era su jefe.

Ricardo confesó que la bomba puesta en el consulado de Guyana en Puerto España fue colocada por un panameño naturalizado venezolano y otro miembro de una organización vinculado a Posada.

También dijo, según el reporte, que tanto él como Lugo estaban en Barbados cuando las oficinas de la BWIA fueron atacadas la semana anterior.
Posada Carriles negó estar involucrado con el atentado al avión de Cubana, (aunque tanto el como el terrorista Orlando Bosh, lo reconocieron públicamente) pero documentos desclasificados del FBI lo sitúan en dos reuniones efectuadas en Santo Domingo donde se planeó el acto terrorista contra el avión, cita el texto.

El periodista finaliza el artículo con un resumen de toda la actividad terrorista de Luis Posada Carriles, reportada en documentos desclasificados por Estados Unidos que lo vinculan con el caso Irán-Contras y, de acuerdo a algunos teóricos, lo involucran con el asesinato de John F. Kennedy y la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos.

Por otra parte, la guerra en el ciberespacio ya toma dimensiones impredecibles. Los ataques mediáticos (ahora predeterminados contra algunas personas y sitios) y la conspiración de los propietarios de las plataformas de comunicación digitales pudieran llevar al mundo a una dimensión de caos en el cual resultaría difícil establecer un orden coherente en medio del naufragio informatico en el cual la mayoría de los seres humanos quedaríamos sumergidos.