sábado, 2 de agosto de 2014

Ocaso en Gaza y el epílogo de Núremberg





¿Cómo detener el propósito de Israel para el exterminio del pueblo palestino?




“Cuando el sol murió después,
bajaron a la tierra,
sobre los restos de sus hijos,
en el ocaso del silencio.” RSM



Cada día veo nuevas imágenes sobre el crimen contra el pueblo de Palestina. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu –según publica Cubadebate (2 de agosto de 2014) en referencia a un artículo de Página 12– , ha rechazado la solicitud de un alto al fuego y anunció que, en 25 días, ya mataron a 1 707 ciudadanos palestinos y continuarán hasta ¿”devolver la paz”? a Tel Aviv.
El siniestro personaje declara, con todo sionismo, que: “Estamos por terminar con la destrucción de los túneles” desde donde Hamas entra a territorio israelí, y solo después de concluir ese exterminio contra la población palestina, al cual llama “tarea”, evaluará qué hacer.
El texto señala que Israel comenzó a retirar algunas tropas de zonas urbanas de la Franja de Gaza, aunque aún no cruzaron la frontera hacia Israel, según informaron medios israelíes. Pero de ninguna forma puede considerarse “el primer indicio de un retroceso” en el bombardeo genocida. Tampoco puede considerarse cierto que “los militares israelíes podrían dar a conocer en las próximas 24 horas la completa destrucción de los túneles de Hamas”.
Todos son pretextos, argumentos apoyados en declaraciones ambiguas y contradictorias. Los ataques con misiles continúan. Los aviones israelíes incursionan, para realizar sus ataques con total impunidad. En este sentido me refiero a la actitud cómplice de las naciones que apoyan a Tel Aviv, y la falta de acción concreta por parte de la ONU y del Vaticano. Más allá de cualquier lógica, el mundo se convierte en cómplice si no se detiene el genocidio.
Los reportes del Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza confirman la muerte de 87 palestinos por ataques israelíes por tierra y aire, lo cual elevó la cifra de fallecidos a 1707. El comunicado agrega que los heridos contabilizados desde el 8 de julio ascienden a 8.920.



La farsa de las potencias mundiales resulta evidente. Los tres círculos del poder en el planeta están cada vez más alineados y definidos. Es una muestra de la obsolescencia de la ONU, del Tribunal de la Haya, y de cualquier otra regulación internacional para la coexistencia pacífica, entre las naciones, que no sea destruida (letra por letra) en cada bombardeo, en cada víctima: muertos o mutilados. La evaluación de las pérdidas y la destrucción sobre Gaza es incalculable. Eso lo sabe el gobierno de Tel Aviv. Resultará muy difícil volver al 2014. Cada misil, cada bomba, cada muerte hace retroceder a Palestina hacia una vida cavernaria, como efecto colateral también muere la sensibilidad de los hombres y mujeres en el resto del planeta, aun cuando ni siquiera conozcan qué sucede debido al velo de silencio mediático impuesto por las transnacionales que dominan y controlan la información a escala planetaria.
Tamaña farsa de las potencias mundiales, principales aliados de Israel, me obliga a evocar el proceso de Núremberg. Era un adolescente cuando ese libro estuvo en mis manos. No podía comprender su contenido más allá de la palabra nazi y de inmediato las imágenes de los campos de concentración diseminados por toda Europa.
En aquella ocasión la coalición para detener a Alemania fascista se acordó por un propósito muy diferente a la necesidad de detener los crímenes de los nazis. De hecho el control del Tercer Reich, sobre la comunidad internacional, establecía fuertes lazos (muchos de ellos en secreto) con las naciones que los combatieron en un frente unido, después que el ejército soviético había, prácticamente, dado el tiro de gracia al fascismo alemán con la ofensiva hacia Berlín.
De hecho muchos de los principales encartados en la política del gobierno de Hitler fueron “desaparecidos (trasladados a las naciones que, actualmente, conforman la coalición imperial con los Estados Unidos)” por acuerdo de los que iniciaban, esa especie de gobierno en los círculos de poder mundial. Precisamente en estos círculos de poder mundial, como ocurrió durante la mitad del pasado siglo, ya comenzaban a mover sus hilos los controladores de las finanzas o banqueros de origen judío. Los mismos que hoy forman una de las fortalezas financieras en la cual se apoyan los cimientos del gobierno en Washington, incluso con una influencia determinante en las decisiones del Departamento del Tesoro.
En el cuestionado, por los expertos, juicio de Núremberg, se imputaron tres delitos (todos ellos tipificados en las acciones de Israel y Estados Unidos en sus guerras imperiales) a los acusados:
  1. Crímenes de guerra, la existencia de asesinatos, torturas y violaciones, hechos contrarios a las Leyes de la Guerra.
  2. Crímenes contra la humanidad, cuando se enfrentaba el exterminio y la muerte en masa. Este delito incluye Genocidio, cuando se daba muerte a todo un grupo étnico determinado.
  3. Guerra de agresión, sobre la base de una premeditación para alterar la paz y entendida como el proceso para atentar contra la seguridad interior de un Estado soberano.
En el caso de Núremberg, algunos señalan que los acusados fueron definidos criminales después de haberse cometido el crimen, según una tesis apoyada en el pensamiento positivismo legal defendido por Quincy Wright quien anotó (18 meses después de la conclusión del juicio a los fascistas alemanes):
“Las suposiciones subyacentes en la Cámara de las Naciones Unidas, el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, y la Cámara del Tribunal de Núremberg están lejos de eliminar del positivismo suposiciones que están muy influenciadas por el pensamiento de los juristas internacionales del siglo XIX. En consecuencia, las actividades de estas instituciones han sido frecuentemente criticadas por los juristas positivistas… han preguntado: ¿Cómo pueden los principios enunciados por el Tribunal de Núremberg, por tomarlos de ejemplo, tener valor legal sin que hasta entonces la mayoría de los Estados haya estado de acuerdo en admitir a un tribunal con jurisdicción [internacional y mundial] para hacer cumplir estos principios? ¿Cómo pudo el Tribunal de Núremberg obtener jurisdicción para encontrar a Alemania culpable de agresión, cuando Alemania no había prestado su consentimiento a que existiese tal Tribunal? ¿Cómo puede la ley, por primera vez promulgada explícitamente en la Carta de Núremberg de 1945, haber sometido a los imputados en el juicio cuando años antes [de que existiera esa ley] cometieron los actos por los que fueron acusados? “
Esta reflexión demuestra la necesidad de llegar al acuerdo conocido por Carta de Londres o Estatuto de Londres del Tribunal Militar Internacional firmado en 1945 entre Francia, Estados Unidos, Reino Unido y la ex Unión Soviética. Tal documento fijó los principios y procedimientos por los cuales se rigieron los Juicios de Núremberg. Fue publicada el 8 de agosto1945  considerado el Día de la Victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, como anexo al Acuerdo de Londres.
Según las referencias de analistas en términos legales, la Carta de Londres estableció que el Tribunal sería competente para conocer de los crímenes de guerra, contra la humanidad y contra la paz. Y, aun cuando las reglas contenidas en su parte sustancial estaban previstas inicialmente sólo para los procesos contra los líderes de la Alemania nazi, fueron aplicadas en el enjuiciamiento de crímenes internacionales y sirvió, también, como base para la creación del Estatuto de Roma, que creó la Corte Penal Internacional el año 1998.
¿Cómo detener el propósito de Israel para el exterminio del pueblo palestino?
Es una pregunta que exige la respuesta inmediata y efectiva de los gobiernos en cada una de las naciones.

Es la hora de los pueblos y deben despertar a sus gobiernos para rechazar el genocidio y el exterminio de Palestina.

En la foto se muestra cómo eran las relaciones de uno de los más fuertes hombres de la economía norteamericana (Ford, admirado por Hitler) con el Tercer Reich.