martes, 4 de enero de 2011

Ocaso de un sortilegio y la "transgresión" de la modernidad

Raúl San Miguel



Asistir a la fundación de sendas provincias y dos semanarios es un privilegio. Sobre todo por la expectativa que provocan los cambios, en cualquier dirección: los “a favor” y los “en contra”, pero no es el asunto que me lleva a escribir estas líneas. Se trata de algo más orgánico y ligado a la propia vida profesional. Lo digo por la experiencia acumulada como periodista. Ver fenecer a un bisemanario de casi 24 años, uno de los más jóvenes en Cuba, resulta específicamente difícil para quienes hemos entregado parte de nuestra vida en hacer de esta publicación el reflejo de una provincia que se llamó La Habana.

Quizá no me sentiría tan mal, lo confieso, a no ser porque escuché a una de las especialistas anunciar los nuevos semanarios: Mayabeque y Artemisa, con una disertación “avanzada” en términos modernos de la comunicación social, exactamente con la palabra "transgresión". Tal parece que es un poco chic, y suena bien repetir que (en el detalle de una fotografía) el anillo en el dedo pulgar de un (supongo investigador) refiere que se trata de un joven y "como todo lo joven debe desplazar lo viejo...", pues me hizo sentir un verdadero ocambo (vegete) cuando me aproximo al medio siglo.

Tal parece que la palabra "transgresión" es una especie de sortilegio para impresionar, aunque considero _precisamente en el oficio del periodista_ se alcanza la madurez de un órgano de prensa, mediante la combinación armónica de la experiencia de sus más antiguos reporteros y los que llegan nuevos...Pero, sobre todo, porque _excepto el proyecto presentado para las nuevas publicaciones_ la especialista aseguró que las normas empleadas (redacción, estilo y diseño) del resto de las publicaciones provinciales (actuales), sencillamente “tiene más cráteres que la luna”.

Fundar es avanzar, no lo dudo. Fundar a partir de la crítica a lo que un colectivo (o muchos en toda la Isla) realizan con esfuerzo, experiencia y muchas cosas que no son recursos materiales, sino de inteligencia, tampoco es loable. Perdónenme la incidental.

Finalmente, dejó a un lado su "transgresión" (intento de impresionar en la disertación) con la solicitud de ayuda al colectivo que concluye, este viernes, su trabajo en la edición impresa de "el habanero". Así que tendremos el privilegio de ver el nacimiento de dos nuevos soles y espero, como logró hacerlo “el habanero” que la luz sea tan auténticamente propia como para dejar sus huellas por mucho más tiempo.