sábado, 25 de abril de 2015

Elegía a un pájaro azul y la culminación del dolor







“un viejo y un niño desnudos se ven
jugando en la arena en la orilla del mar
el viejo es muy viejo su barba es azul.
el niño es muy niño su risa está intacta aun.
y juegan al mundo a la historia. a la vida.
común. común…”
 (Generaciones, Silvio Rodríguez)


Raúl San Miguel

Foto: Samuel
Pensaba en Charles Bukowski, después de una noche escuchando a Silvio Rodríguez, mientras el noticiero de la televisión, desgranaba las mismas informaciones de todos los días: hay más sangre y dolor, cada vez, en las pantallas. La ciencia ficción ha dejado de ser una realidad para devenir en Sur-realismo. La muerte ha dejado de ser una quimera. Los ricos se la han apropiado y la reparten por doquier con sus bombas que destrozan la vida en el planeta.  El sujeto (el ser humano) ha dejado de ser definido como recurso importante de la vida. He pensado, en Charles Bukowski y quizá tenga toda la razón, para entender el uso de la inteligencia como la experiencia adquirida por el conocimiento para bien individual o colectivo, pero casi siempre (como ocurre entre los círculos del poder) resulta letal cuando se emplea en beneficio propio porque busca el fin como propósito, con independencia de la forma para lograrlo.
Uno de los ejemplos más conocidos lo describió Homero cuando Odiseo, increpado por el Cíclope -a quien privó de la visión para escapar y salvar a sus compañeros de la muerte-, respondió: “Nadie” y esa palabra, en el caso de la literatura, se extendió a la actitud asumida por el pueblo de Fuenteovejuna después de la muerte del Comendador.
El diccionario, la astucia, se define, a rajatabla, como la habilidad para conseguir algo, especialmente engañar o evitarlo. Sin embargo, en estos tiempos difíciles, su mayor empleo se relaciona con la primera acepción. De modo que la respuesta de Ulises pudiera atribuirse como un significado más cuando exime de la responsabilidad ante un hecho o acción, mediante una distancia salomónica e indefinida del individuo frente al problema o situación creada, a su favor, por supuesto. “Nadie”, es la indefinición del sujeto.
Entre los simuladores también se maneja la ironía, en el término griego(o eironeia)del que proviene, el pícaro o simulador, casi siempre finge ignorar aquello que conoce, utiliza esa habilidad para descubrir fisuras donde se expone la socialización del conocimiento colectivo para evitar el paso de la luz, a través de las palabras.
El filósofo Sócrates, utilizó hábilmente la ironía para desenmascarar a los sofistas. Se acercaba a ellos, como un humilde aprendiz, y les interrogaba sobre cuestiones que, en teoría, dominaban. Poco a poco y con sus preguntas ponía de manifiesto la ignorancia de los presuntos sabios y presumidos intelectuales.
De hecho, según cuenta la historia, la ironía es la primera de las fórmulas utilizadas por Sócrates en su método dialéctico en los diálogos psicopedagógicos. Desde una posición ficticia encumbraba a su interlocutor para dar a entender la contradicción evidente.
Recomiendo, cuando ayudamos o contribuimos a construir valores o destruir prejuicios y perjuicios, tener en cuenta que la verdad absoluta no existe, pero se puede encontrar aún a riesgo de nuestra propia vida.


Comparto estas dos joyas de un escritor de los llamados malditos Charles Bukowski

Culminación del dolor

"Oigo incluso cómo ríen las montañas arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua los peces lloran y toda el agua son sus lágrimas. Oigo el agua, las noches que consumo bebiendo y la tristeza se hace tan grande que la oigo en mi reloj. Se vuelve pomos en la cómoda, se vuelve papel sobre el suelo, se vuelve calzador, ticket de lavandería. Se vuelve humo de cigarrillo escalando un templo de oscuras enredaderas...Poco importa poco amor o poca vida, no es tan malo, lo que cuenta es observar las paredes. Yo nací para eso, nací para robar rosas de las avenidas de la muerte."

Pájaro azul

Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy duro con él, le digo quédate ahí dentro, no voy a permitir que nadie te vea. Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero yo le echo whisky encima y me trago el humo de los cigarrillos, y las putas y los camareros y los dependientes de ultramarinos nunca se dan cuenta de que esté ahí dentro. Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy duro con él, le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres hacerme un lío? ¿Es que quieres joder mis obras? ¿Es que quieres que se hundan las ventas de mis libros en Europa?
Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir a veces por las noches cuando todo el mundo duerme. Le digo ya sé que estás ahí, no te pongas triste. Luego lo vuelvo a introducir, y él canta un poquito ahí dentro, no le he dejado morir del todo y dormimos juntos así con nuestro pacto secreto y es tan tierno como para hacer llorar a un hombre, pero yo no lloro, ¿lloras tú?