sábado, 13 de noviembre de 2010

¿La guerra o la Paz?

Había prometido escribir un artículo titulado: El punto cero de un presidente de los Estados Unidos. Contrario a lo que imaginé (en eso de anunciar, antes lo que se pretende hacer) algunos lectores me escribieron porque imaginar que abordaría la disyuntiva que enfrenta cualquier mandatario (de cualquiera de los ¿dos? únicos partidos en los Estados Unidos. Lo cierto es que (mi artículo anunciado) tenía otros propósitos. Sin embargo, encuentro en mis archivos este que fuera publicado la versión digital de el habanero. Tan actual que vale la pena retomarlo. Sobre todo ahora que el señor presidente Obama llega al momento en que se cruzan los caminos para cualquier presidente de los Estados Unidos: ¿La guerra o la Paz?, ¿Cumplir los sueños de millones o del sueño (de unos pocos) americano? Realmente es muy difícil ser el presidente de los Estados Unidos. ¿No entiendo por qué tanto esfuerzo para alcanzar, con gastos millonarios, el sueño de la silla presidencial?


Luto en Arizona
Por Raúl San Miguel

[29.04.2010]- Actualización 10:00 am de Cuba

La fotografía de una soldado estadounidense muerta en Iraq sobre el pecho de una madre latina que llora de impotencia es impresionante. El rostro de un policía que sonríe, mientras hace su "trabajo" de capturar latinos indocumentados es preocupante. La mirada sentenciosa del sacerdote que denuncia el atropello de la nueva ley racista y discriminatoria, recuerda la cacería de los judíos por los fascistas alemanes y el inicio legal de manifestaciones xenófobas en el estado de Arizona.
El luto y la decepción corre en las lágrimas de miles de latinos que observan consternados cómo se esfuma el "sueño americano" y las posibilidades de establecerse definitivamente en "un país al que le hemos dado todo", aseguró un manifestante.
El contraste es más que elocuente. Los telediarios acusan al presidente Barack Obama de traicionar las esperanzas de quienes contribuyeron a edificar a la gran nación norteamericana y esperaban el apoyo de quien les prometió un cambio durante el proceso de elecciones hasta la Oficina Oval en la Casa Blanca.



Realmente, es señor Obama no los traicionó. El cambio no era en el sentido que millones de ciudadanos esperaban. Su posición al lado de los más fuertes se puso de manifiesto justo cuando firmó medidas de saneamiento financiero en las cuales los mayores beneficiados fueron los ricos con sus bancos, empresas y negocios. En definitiva el dinero busca el dinero.
El mandatario mexicano se pronunció en contra de la ley aplicada en Arizona y la cancillería llamó a sus compatriotas a solidarizarse con aquellos que sufrirán la persecución y los abusos en el vecino país. Incluso, otras voces (dentro del estado de Arizona) protestaron, pero el presidente norteamericano no hace, ni piensa hacer nada (así lo confirma el vicepresidente del Parlamento Latinoamericano (PARLATINO) Carolas Wimmer), para evitar que en 90 días, la policía pueda detener y sancionar a cualquier inmigrante que se encuentre ilegalmente en ese Estado, aún cuando se encuentre en la tramitación de sus papeles y tenga un trabajo reconocido. En este caso su empleador (no importa si fuese estadounidense) también sería sancionado.
¿Acaso no recuerda este pasaje lo ocurrido en la Europa ocupada por los fascistas alemanes?



Sin embargo, en los gritos de los manifestantes también se podía escuchar un mensaje nuevo: "el pueblo unido, jamás será vencido". No lo podía creer. Siempre escuché esa consigna como algo propio de quienes aprendimos a ver el mundo desde una posición de soberanía e independencia.
No es que la frase encierre una toma de conciencia política en relación con el inicio de una lucha, pero invita a la reflexión de qué ocurrirá cuando se expanda (es inevitable) el sentimiento xenófobo hacia otros estados de la Unión, mientras el presidente Barack pudiera recordarles a los millones de latinos _ que hicieron acto de presencia en su histórica toma de posesión _ que "asumiría su responsabilidad con el pueblo de los Estados Unidos".
Por supuesto, los inmigrantes indocumentados, mexicanos fundamentalmente, sufren por las presiones excluyentes de leyes migratorias norteamericanas que, sin embargo, ofrecen la posibilidad de pies secos en una ley extraterritorial (exclusiva para incrementar las diferencias con el Gobierno de Cuba).
"Yo tengo un sueño", le escuché parodiar meloso al señor Barack cuando recibió la noticia de la muerte de su abuela en plena campaña de elecciones. Y lo alcanzó. Se convirtió en el primer afroamericano que logra esa posibilidad en los Estados Unidos. Que nadie lo dude, solo que su sueño (el sueño de Obama) no alcanza para todos.