sábado, 12 de febrero de 2011

Morir mañana



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

El reporte de Luis Alfonso Lugo, de la Associated Press, y publicado el pasado 8 de febrero, es una muestra de lo que se esconde detrás de la vidriera que más recauda millones de dinero y muertos en el mundo: el mercado de las armas posibilitó el registro de 650 000 millones de armas cada año, a nivel global, en función de las actividades criminales.

Según el reporte, en este mercado al cual se adjunta el tráfico ilegal de bienes, personas, armas y recursos naturales perjudica principalmente a las naciones en desarrollo y cita como ejemplo que “el narcotráfico y el contrabando son los dos renglones criminales más rentables porque generan cerca de 320.000 y 250.000 millones de dólares” según, indicó el reporte difundido por Global Financial Integrity, una organización dedicada a propiciar políticas más severas contra el lavado internacional de dinero.

El estudio analiza la magnitud, flujo, distribución de dividendos e impacto del tráfico ilegal de 12 artículos: drogas, seres humanos, fauna silvestre, contrabando, órganos humanos, armas pequeñas, diamantes, petróleo, madera, pescado, obras de arte y oro.

El documento, elaborado por Jeremy Haken, señala que estas actividades criminales se originan principalmente en naciones subdesarrolladas y se aprovechan del vacío creado por la pobreza, la desigualdad social e instituciones débiles, perjudicando el bienestar económico de millones de seres humanos en el planeta.

El informe explica que sofisticadas organizaciones criminales usualmente retienen la mayor parte de los dividendos, y menciona como ejemplo que los cocaleros en América del Sur apenas perciben 2% del precio que paga el consumidor final.

Después de las drogas y los seres humanos, los bienes ilícitos más rentables son los órganos de personas (32.000 millones de dólares), el petróleo (11.000 millones de dólares) y la fauna silvestre (10.000 millones de dólares).

¿Quién da más? Sería la pregunta de estos comerciantes depredadores de seres humanos. ¿Quién puede morir mañana víctima de estas armas? Eso nadie lo sabe.