miércoles, 20 de octubre de 2010

El duende de la Sierra y las zapatillas de Alicia

Raúl San Miguel

Fotos: National Geographic (cortesía del artista)

Mi esposa sonríe. Ha recibido la invitación de Jorge Duporté, el duende de las orquídeas, para una exposición que tendrá lugar con motivo del aniversario noventa de la primera bailarina Alicia Alonso. Sonríe porque Duporté le confesó que ya estaban terminadas las zapatillas que calzaría la diva del ballet cubano. En realidad son hermosas. Tanto como sus anécdotas llenas de ese sabor tan particular para contar su vida en el retiro de las montañas. Dicen que está atrapado por la exuberante flora y fauna del lugar; pero sabemos que es esta reserva de la biosfera (declarado en 1985, en la Sierra del Rosario, por la UNESCO) el sitio, perfecto, para extender las raíces profundamente martianas de este artista de la plástica.

“La invitación tiene un sentido formal. La hice llegar por correo electrónico a las personas que consideré las recibirían como una muestra de afecto. Es verdad que me sería imposible llegar a todos los amigos y amigas que tengo en el mundo; pero confío en que la idea de publicarla en la internet tendrá ese efecto íntimo y personal”, dijo y su voz, peculiar, acaricia como un pincel sobre el lienzo. No pudiera describirse de otra manera. Es un estudioso de la flora cubana y un especialista en las orquídeas, entre las cuales descubrió una especie muy singular que atesora entre sus lienzos.



Según rememora su llegada a Las Terrazas resultó perfecta. “Nadie podía concebir que me saliera del circuito donde estaban concentradas las salas expositivas en la capital. Sobre todo porque formaba parte, aún con un trabajo muy diferente, de una generación de artistas que ha sido referencia en las escuelas de artes” por su valioso testimonio pictórico contemporáneo y como muestra de la trascendencia y desarrollo de las artes visuales en una nación cuya autenticidad se establece en la identidad alcanzada con su absoluta independencia y soberanía.
Precisamente en el Día de la Cultura Cubana, hacemos referencia a este cubano descendiente de mambí y martiano por naturaleza. Así lo define en la colección _que podrá ser apreciada en el contexto del Vigésimo Segundo Festival Internacional de Ballet_, con sede la capital cubana del 28 de octubre hasta el 7 de noviembre.
Cuando se le pregunta por qué decidió pintar estas zapatillas para Alicia Alonso, recuerda la crónica del Héroe Nacional de Cuba en Nueva York, tras visitar una exposición de flores naturales que exhibía entre otras, un jardín de orquídeas y en cuyo texto describe más de 18 especies de orquídeas y su impresión por un grupo específico: los cypripedium, conocidos comúnmente como Zapatillas de la Reina o Sandalia de Venus.

En el colorido del ave del paraíso, la caoba, la flor de la pasión de Cristo o pasiflora, cuyo dibujo le fuera obsequiado al Papa Juan Pablo II durante su visita a Cuba en 1998, puede respirarse el sentimiento martiano, cuyo ideario constituye referente, guía y luz para el creador.
De la misma forma en que la orquídea impresionó al Apóstol de Cuba, nuestro Jorge Duporte asegura que la naturaleza creó esa flor con la forma de una zapatilla para el pie de Alicia.
Son continuas las visitas a su casa-estudio. Son muchísimas las personas que convergen en recibir el aliento de quien posee decenas de obras en colecciones personales y colectivas en Cuba y en el extranjero. Su trabajo en el vitral y el granito exponen esa irresistible tendencia a explorar y renovarse en nuevos proyectos. En una entrevista para Telepinar, aseguró que ''...el dibujo sigue siendo realista, sigue siendo naturalista pero he ganado una libertad tremenda y eso me ha hecho sentir bien porque le encontré un sentido verdadero a mi trabajo..."

En estos momentos Jorge Duporté trabaja una colección con las 22 plantas que constituyen símbolos nacionales de los países iberoamericanos y que forman parte de un proyecto que apoya el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y que pretende hacer confluir entre los árboles que forman parte de la Quinta de los Molinos, donde tuviera su residencia el Generalísimo Máximo Gómez. “Deseo que sean los niños los primeros en descubrirlas y estimular su pensamiento como un regalo en la formación de una conciencia humanista y naturalista como le corresponde al hombre del futuro en correspondencia con los desafíos de estos tiempos.