Raúl
San Miguel
Foto
de la Internet
De niño
solía jugar en los alrededores y hasta en la propia entrada de Radio Marianao,
entonces ubicada en la avenida 124, entre 41 y 43. Sabía que allí se producían
algunos de los programas que escuchaba en las tardes de mi infancia después del
regreso de la escuela. De esta etapa me obligaré a escribir para no olvidar los
antecedentes de la circunstancia que me llevó a formar parte del equipo de
Radio Cadena Habana -cuando estaba ubicada en la avenida 51 y calle 130, pero que jamás los marianenses la dejamos de llamar: Radio Marianao- y también de algunos momentos imprescindibles en los cuales aprendí (en mis primeros pasos como periodista) secretos de la dirección y realización radial que fueron valorados por el realizador Armando Zaldívar, una autoridad entre los profesionales de la Radio Cubana, y me llamase “hombre-radio”,
una especie de categorización no oficial y mucho menos académica, al definir
la versatilidad alcanzada por quien llega a dominar este medio de prensa.
Sin
embargo, el hecho que me ha motivado a plasmar tan singular compromiso en mi
blog, tiene que ver con el logotipo que durante años ha identificado a Radio Cadena
Habana y que fue escogido como ganador de un concurso realizado por la
dirección de la emisora hace más de 20 años.
De modo
que escribiré sobre esos momentos que me tocó vivir, en los principios de los noventa, en la emisora que inició
sus transmisiones el 11 de noviembre de 1940. Un lugar con mucha historia y sobre todo porque fue donde, un grupo de
revolucionarios, grabó en una operación clandestina, realmente temeraria, el
himno del Movimiento 26 de Julio, el 15 de febrero de 1957. Y quizá, también, porque tal pretexto me permita contar algunas historias de ese
barrio que recorrí, en aquellas caminatas hasta los antiguos casinos de la playa, mientras nos dábamos un chapuzón intermedio en las aguas de El Laguito, cerca de donde se encuentra hoy el Palacio de Convenciones de La Habana.
Comienzo este periplo por la motivación: el logo que diseñé y que aún representa -con ligeras modificaciones, como la partitura musical, a esta reconocida radioemisora de la capital cubana.
Espero divertirme y tal vez, contribuir a que otros recuerden anécdotas como la estampida provocada por la elefanta Tana, cuando puso en vilo a quienes asistíamos a una función de circo en el Anfiteatro, o las relacionadas con personajes tan populares que se han quedado en la memoria para todos los tiempos.
En la imagen el monumento a José Martí, en la avenida 124, a unos metros del lugar donde se encontraba Radio Marianao. La foto pudo ser tomada desde el sitio ocupado por la emisora.
Espero divertirme y tal vez, contribuir a que otros recuerden anécdotas como la estampida provocada por la elefanta Tana, cuando puso en vilo a quienes asistíamos a una función de circo en el Anfiteatro, o las relacionadas con personajes tan populares que se han quedado en la memoria para todos los tiempos.
En la imagen el monumento a José Martí, en la avenida 124, a unos metros del lugar donde se encontraba Radio Marianao. La foto pudo ser tomada desde el sitio ocupado por la emisora.