jueves, 23 de diciembre de 2010

Las navidades y el desafío al silencio

Raúl San Miguel

Fotos: Tomadas de la Internet

Por estos días el ciberespacio tiene un color rosado e irradia con las postales virtuales para la navidad. Millones de tarjetas surcan en un arcoíris multicolor esta dimensión sin ningún huso horario establecido. En los Estados Unidos, un pavo espera el indulto presidencial que le permitirá alargar su vida bajo los cuidados del personal de servicio en la Casa Blanca. La familia del presidente Barack Obama estará feliz junto a su mascota y escribirán (por supuesto) correos electrónicos a sus amigos.



Otros _ los ciudadanos norteamericanos en naciones invadidas por este ejército_, recibirán mensajes y pedirán a Dios (en silencio) el final de esa agonía vivida no solo entre las personas que se encuentran en zonas de conflicto bélico y saben del peligro letal para sus vidas. Muchos, esperan el final de la existencia azotados por las carencias de alimentos, agua y atención médica imprescindible.



En Haití, continúa la tragedia. Más al Sur, en el continente sudamericano aún se fragua el magnicidio contra el presidente bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías. Precisamente en ese país, la oligarquía prepara un feroz ataque apoyada desde el exterior. En el Ecuador el reciente intento de “gorilazo” ha puesto al descubierto la presencia de la maquinaria golpista que tampoco se detendrá. Bolivia no es la excepción. Millones de personas en todo el mundo ni siquiera tendrán motivos para celebrar.



En cinco estados de la Unión, Cinco Héroes cubanos son mantenidos prisioneros por luchar contra el terrorismo que apoya el gobierno de los Estados Unidos en su guerra de más de medio siglo (podemos tomar como referencia el primero de enero de 1959) para destruir a la Revolución en la Mayor de las Antillas.



Por supuesto, no habrá espacio para estas u otras noticias durante los días de festejos, salvo la casi habitual desclasificación de “noticias” por Wikileads, convertida en el “eslabón perdido” de las transnacionales de la desinformación en occidente.



Los retos para el próximo año 2011 serán acuciantes para toda la humanidad. Se precisa de unir voluntades de pueblos y gobiernos. Es la única forma de enfrentar los serios desafíos que impone un planeta financieramente inestable, ecológicamente resentido, climáticamente deteriorado y seriamente amenazado por una guerra nuclear que se ha detenido, momentáneamente, porque el escenario militar ha trasladado sus operaciones bélicas al ciberespacio.



Los “targets” somos todos los que pensamos diferente en “algún oscuro rincón del planeta”, concluyo al citar las palabras del ex presidente George W. Bush cuando habló en la Academia Militar de West Point, con el propósito de anunciar la nueva escalada que ha llevado a la destrucción de Iraq. Estrategia que marca un punto de partida en los criminales ataques terroristas contra el World Trade Center, en Nueva York, pero aún funcionará en esta y las siguientes administraciones como un propósito importante en la política exterior del imperio. Las siguientes imágenes hablan por sí solas. Constituyen más que “mil palabras” un verdadero desafío al silencio.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Una maestra llamada Alicia

Día del Educador en Cuba




Raúl San Miguel

Fotos: Tomadas de Cubadebate

Tuve referencias de Alicia Alonso, la Prima Ballerina Absolutta de Cuba, en la voz de mi padre. Él, un sencillo trabajador del entonces Consejo Nacional de Cultura (hoy Ministerio de Cultura de Cuba) visitaba su casa, me hablaba de ella. Lo hacía como si contara un relato, pero en realidad nos educaba. No se cansaba de hacer referencia a la sencillez de esta mujer que danzaba, y aún lo hace en los miles de sueños compartidos durante su magisterio de genuina enseñanza. La profesora que se convirtió en el alma de una Escuela de Ballet que ha inscrito hermosas páginas en los escenarios de casi todo el mundo.

Exactamente podría describirse a Alicia como lo hizo Amaury Pérez Vidal. “Alicia es Cuba” y ella, modesta, sencilla e inmensa correspondió con una frase: “Es demasiado”. No, es demasiado. Alicia es una Maestra y es Cuba, porque toda Cuba ha danzado con ella y aplaudido desde las raíces de este pueblo noble y hermoso.
Hoy que se cumple un aniversario de aquella gran victoria sobre la ignorancia: La declaración de Cuba como primer territorio libre de Analfabetismo en América Latina, me parece ver las imágenes de esos adolescentes y jóvenes alfabetizadores y una fotografía de Alicia Alonso, vestida de miliciana junto al líder histórico de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
No sería posible sin una Revolución haber logrado el sueño de tantos jóvenes cubanos que ingresaron en la Escuela de Ballet creada junto al Maestro Fernando Alonso. A todos los que aún hacen posible y mantienen este alto nivel de enseñanza, expreso mi profundo reconocimiento.
Es por eso que traigo a mi blog esa entrevista hermosa de Amaury, a quien le agradezco tantos recuerdos de mi infancia que llegaron anoche, mientras veía la televisión y tuve la posibilidad de tener la presencia de otro maestro, el pintor Jorge Pérez Duporté, quien me pidió escribir las palabras de apertura a su exposición realizada como homenaje a la Prima Ballerina Absolutta, en su nuevo cumpleaños y a mi padre, ese otro gran maestro, eterno y presente, el primero nos habló como si contara un cuento, de la Maestra Alicia.



“Es un honor, es un privilegio. Me da una emoción…, tengo todo el cuerpo erizado porque tengo delante de mí a una de las personas que más he admirado en toda mi vida. Multitud, millones de cubanos, millones de seres humanos en el mundo la admiran, la quieren, la respetan, la veneran. Está con nosotros nuestra primerísima bailarina. Dicen absoluta, es más que absoluta, es extraordinaria, es lo más grande, es Cuba, es Alicia Alonso. Señora, muy buenas noches, ¡qué privilegio tan grande que haya accedido nuevamente a estar con su amigo Amaury!
Alicia. Gracias, pero qué injusto eres con tanta presentación, qué palabras puedo decir yo.
Amaury. Déjese homenajear, déjese querer por mí que es lo que voy a hacer durante todo este tiempo que estaremos juntos. Hoy, 21 de diciembre, es una fiesta de cumpleaños, un cumpleaños más y a usted siempre le gustan los cumpleaños, siempre ha disfrutado los cumpleaños, la he llamado…
Alicia. Siempre, siempre celebro los cumpleaños.
Amaury. Es una manera de celebrar la vida, ¿no?
Alicia. Es una manera de recordar lo que hemos vivido y lo mucho que tenemos que vivir.
Amaury. Bueno, usted me dijo hace 14 años, en 1996, cuando me concedió el honor de confiar en mí -en aquellos momentos en que nadie confiaba, ahora un poquito más- usted me dijo: Yo voy a vivir 200 años.
Alicia. Y lo estoy cumpliendo.
Amaury. Y lo está cumpliendo.
Alicia. Sí. (risas)
Amaury. Lo está cumpliendo. Yo estoy pensando, porque ya usted me entusiasmó con esa idea también a mí…
Alicia. …Yo espero, yo no quiero estar sola con esa edad.
Amaury. No, no, yo voy a hacer lo posible, le juro, me voy a cargar de energía de la suya a ver si puedo llegar un poquito más y hacer una próxima entrevista, al menos, dentro de 14 años. ¿Qué ha pasado en su vida en estos últimos 14 años en que nos hemos visto, pero que no hemos estado en televisión juntos?
Alicia. ¿Qué ha pasado?, ¡¿Qué no ha pasado?!
Amaury. ¡Qué no ha pasado! (risas)
Alicia. Hemos hecho de todo. Hemos dado la vuelta al mundo, hemos bailado muchísimo, hemos hecho festivales internacionales de ballet, hemos hecho muchas coreografías. Yo no sé cuántas cosas. La verdad que se me ha olvidado todo lo que hemos hecho. Lo que pasa es que, para mí, lo más importante de mi vida es bailar o hacer bailar.
Cuando yo bailaba, yo daba felicidad, alegría, y sobre todo, pensaba que estaba dando vida, porque como yo la sentía, yo la entregaba y sobre todo, algo muy importante para mí, que creo que a través de las artes en general, de todas las artes, y en especial a través de la danza, el ballet se da una belleza, un sentido de creatividad, un sueño.
Porque piensa la gente: ¡oye, qué difícil es hacer esto! Y otros se olvidan de todos los dolores de cabeza que tienen y van hacia adelante en la vida. Eso es muy lindo, muy lindo.
Amaury. Señora, ahora, este año, a usted le hicieron un homenaje en el American Ballet Theatre.
Alicia. Sí.
Amaury. Un homenaje que fue…, bueno, aquí vimos algunas imágenes en los noticieros. Para usted ¿qué significó ese homenaje y qué significó el American Ballet Theatre en su vida?
Alicia. Fue muy emocionante el homenaje. Hacía unos cuantos años que ya no iba a los Estados Unidos y el American Ballet, no, el Ballet Theatre, como le llamamos nosotros al principio, el Ballet Theatre y después le pusieron American Ballet Theatre, fue la compañía donde yo empecé como cuerpo de baile y me hice primera bailarina. Ahí hice mi carrera, ya que en Cuba no había compañía de ballet profesional. Eso me dio fuerzas para poder ayudar aquí en Cuba a hacer la Compañía. Compañía de Ballet, lo que hoy tenemos como Ballet Nacional de Cuba.
Al volver allá y a ese teatro donde bailé allí por última vez y al sentir este homenaje, no podría decir con palabras. Soy bailarina, soy artista de la danza, pero no de la palabra. Ojalá que pudiera expresarla mejor. Dicen que el corazón se siente feliz, mi corazón se siente feliz y se supo reír.
Amaury. ¡Ay, Alicia, qué alegría! Todos aquí nos alegramos mucho cuando nos enteramos de que le iban a dar el homenaje. Pero claro, esa pregunta me lleva a recordar cuando usted funda la Academia Alicia Alonso.
Alicia. Años atrás, con Fernando Alonso, que era mi primer esposo. Hicimos la Academia de Ballet Alicia Alonso, para hacer como debían, hasta cierto punto, estudiar los bailarines para profesionales. Entonces como habíamos sufrido en nuestra carne el no poder ser profesionales en Cuba y tuvimos que ir fuera de Cuba para hacerlo, empezamos aquí en la escuela bien duro. A hacer una escuela fuerte para ser profesionales.
Fernando se quedó aquí, yo venía aquí cada vez que tenía vacaciones del Ballet Theatre o cada vez que me podía escapar. Traía el dinero que ganaba y con eso sosteníamos la Escuela y así fuimos creciendo y así fuimos llevando discípulos, porque no admitíamos discípulos por dinero, sino por talento. Había veces que había más discípulos que no pagaban nada, nada, nada, que discípulos que pagaban algo en la Escuela. Pero éramos felices, porque se desarrollaron mucha gente de talento.
Ahí fue la unión de las famosas, después, más adelante, cuatro bailarinas, que se le llamaban “Las cuatro joyas”. Dos estaban estudiando en Pro Arte y dos estaban estudiando en escuelas públicas. Las escogimos y vinieron a estudiar con nosotros y ahí se unieron y ahí hacíamos pequeñas funciones en el propio Estudio y recolectábamos dinero para esto. Y en el propio Estudio…, ahí se hizo tanta historia. Dimos funciones en secreto para la Revolución y se recogía ese dinero y se llevaba. Eso fue una parte de la vida nuestra.
Otra parte fue cuando tuve un contrato para ir a California a montar Giselle y Coppelia, y entonces yo me quería llevar a las cuatro bailarinas y me las llevé. Pero entonces, era muy caro el viaje y yo no podía pagarle a todo el mundo. Entonces hicimos una rifa. Se rifaron un par de zapatillas de punta mío y una pintura que yo había hecho, porque yo pintaba entonces, como aficionada, y se rifó, y con eso, pues ayudamos y las madres y los padres de ellos pusieron cierto dinero, y con el que pusimos nosotros y con eso, las pudimos llevar para allá conmigo
Amaury. ¿Y fueron las cuatro? Loipa, Aurora…
Alicia. Las cuatro.
Amaury. Mirta y Josefina
Alicia. Sí, entonces había dos más, Ramona de Sáa y Margarita.
Amaury. Claro, la hermana, la gemela.
Alicia. La gemela.
Amaury. Ahora, usted ha bailado con los mejores bailarines del mundo. ¿Con cuál de esos partenaires se sintió más cómoda? ¿Con quién se sintió así, que recuerda y dice: yo me sentía en brazos de Fulano, más cómoda, más segura?
Alicia. Yo entiendo lo que me quiere decir, pero le voy a decir: si uno está atento, cada uno tenía algo que dar a su compañera y uno tenía también que enseñarle a su compañero. Estábamos siempre intercambiando. Desde luego, cuando alguno era muy joven, como Esquivel, yo le estaba enseñando todo, ¿no?, pero él aprendía porque era muy artista. Esquivel era muy artista… Él, enseguida, era como un secante, enseguida se daba cuenta de todo lo que uno le decía y lo enriquecía él mismo en su proyección, en sus gestos. Cuando yo le decía la reverencia, cuando la tomes, acuérdate que si yo hago así, tú tienes que darme una mano, o sea, le decía el detalle. ¡Oiga!, y él enseguida, no tenía que decirle más nada. Él inmediatamente, por instinto, ya hacía así y ya lo veía usted. Él era un gran artista, fue muy bueno. Él era un jovencito que lo cogimos de la beneficencia y como él tuve un grupito de ellos.
Bueno, yo he tenido muchos, muchos compañeros… Ígor Youskévitch fue compañero mío durante 10 años en el Ballet Theatre. Yo bailé en el Ballet Theatre con él… Cuando bailamos El Cisne Negro” y todo…, únicamente después que hacíamos una función, nos sentábamos y nos poníamos a discutir: esto, lo otro, aquello no salió bien, aquello. Siempre, siempre teníamos discusiones y siempre decía: tu culpa, la culpa… A mí no se me olvidará jamás que un día estábamos haciendo El Cisne Negro y esto es una cosa que pasó muy graciosa: él hizo así en el final yo brincaba, salía corriendo, brincaba y él me agarraba, en un pescado así, yo brincaba así y ¡brum!, en el aire, y él me cogía y seguía caminando conmigo.
Y él me decía: tú da un brinco bien alto, un brinco bien alto, porque yo te cojo, porque él era muy fuerte, porque yo te cojo y yo, bueno, está bien, está bien. Pero bueno, siempre seguíamos y seguíamos y decía: más alto que yo te cojo, más alto. Y ese día, él estaba mirando a una muchachita en la primera fila, que empezaba a coquetear con él y le hacía señitas, y yo no, yo estaba bailando, vi aquello y digo: ay, ¿estará distraído? Seguí bailando, tan, tan, y él siguió y hago así y, ahora lo voy a hacer bien alto, bien alto y diga usted que me cogió por el tutú (risas de Amaury) me cogió por el trajecito en el aire y yo con los pies en el piso y con las manos en el aire mirándolo así, con unas ganas de matarlo. El director de escena nos cerró la cortina y enseguida dijo: ¡no se fajen, no se fajen! Pero no, esa fue la única vez en mi vida que me pasó. Eso fue único con él. Ya después estuvo muy atento siempre, es más, no me quitaba los ojos y sabía dónde yo iba a hacer el piruet y hacía así: ¡ram!, y me agarraba. Hacía las vueltas, las vueltas y me agarraba en el momento.
Amaury. ¿Y usted no se garantizó que la muchachita aquella no fuera nunca más…?
Alicia. No, no, no, porque eso nos pasaba mucho. El propio público se ponía a tratar de llamarnos la atención, jovencitos, tanto hombres como mujeres, en los Estados Unidos hacían eso muy a menudo. Pero yo le hablo… también tuve a André Eglevsky, un hombre muy fuerte, muy musculoso, muy buen compañero también. Johnny Kriza, que era muy ligerito él, muy del estilo norteamericano, así, de playboy, era más ligero, pero yo no bailé mucho con él, bailé un poquito. Está Erik Bruhn, el danés, que era un príncipe, muy elegante. No, yo he tenido compañeros que cada uno me ha dado algo, y yo he podido, pienso, entregarles algo también de mis conocimientos. Hemos intercambiado nuestras experiencias artísticas y ha sido siempre muy útil y muy bueno…, después tuve a Azari Plisetski
Amaury. Azari Plisetski
Alicia. Azari Plisetski que estuvo aquí. Azari Plisetski venía muy jovencito como un bailarín solista, pero aquí se hizo mucho… entendió mucho la escuela cubana, la forma nuestra de bailar, del ballet de Cuba y él lo asimiló muy bien, muy bien, muy bien y fue otra cosa, ya era otro estilo, otra cosa, que yo me acomodaba a él más que él a nosotros. Estuvo Rodolfo Rodríguez, argentino, y estuvo…, no quiero que se me quede ninguno porque todos fueron muy buenos, cada uno tenía sus cosas. Pero el último con quien yo bailé aquí fue… Vladimir Vasíliev.
Amaury. Cuándo hizo Giselle, ¿no?
Alicia. Hice un Giselle. Eso fue una cosa que… ellos tienen una versión de Giselle y nosotros tenemos otra y él me dijo: son diferentes. Yo le dije: yo lo sé. Dice: pero yo voy a hacer tu versión, e hizo todo, todo, todo, entonces yo tuve que hacer mi pantomima un poco fuerte para nivelarnos, ¿no?. La escena de la locura la tuve que hacer más fuerte, un poquito más fuerte, para poder balancear, pero creo que salió muy bonita la función.
Amaury. Sí, fue una función extraordinaria. Yo creo que a todos los que nos gusta el ballet, estábamos en el teatro. Yo tenía la impresión de que ese teatro estaba más grande que nunca. Alicia, ¿ha cambiado la manera de bailar en nuestros bailarines desde la época en que usted estaba en el American Ballet Theatre cuando fundó la Academia Alicia Alonso, a los bailarines nuevos de hoy? ¿Ha cambiado, aunque sean los mismos pasos, los mismos ejercicios?
Alicia. ¿A qué bailarines?
Amaury. No, los bailarines jóvenes, quiero decir, ha cambiado el estilo, la manera de bailar.
Alicia. ¿Del Ballet de Cuba?
Amaury. Sí, de aquí, de Cuba.
Alicia. Bueno, el Ballet de Cuba ha ido moldeando su estilo. Porque una cosa es aprender los pasos; los pasos, la técnica de los pasos son iguales en todas partes del mundo. Para hacer un paso cuando uno pone los brazos y la fuerza con que uno dirige los brazos y como lo hace…, pero el estilo para llegar a los pasos… Por ejemplo, hay quien pone los brazos así, hay quien pone los brazos asao, o los ponen así, los ponen asao (hace los gestos); no, nosotros los ponemos así (hace los gestos) es otra cosa y el estilo con que se baila el ballet, y hoy en día, usted ve un ballet de una compañía bailando un buen Giselle, y usted lo ve y dice: qué buen Giselle, me gustó. Y usted ve el Ballet Nacional de Cuba y dice: qué buen Giselle, me gustó mucho y bailan diferente.
Y no cambiamos la historia, nadie cambia la historia, pero es la forma. ¿Cómo podríamos explicarlo? Es como el idioma: hablamos, nos reímos, lloramos, decimos poemas y todo en español. Pero también se hace en inglés, o se dice en otro idioma.
Amaury. Claro, qué lógico, que lógica reflexión.
Alicia. Es el sentido del ser humano, lo que siente lo expresa de forma diferente. Cuando yo les enseñaba a “Las Joyas” a bailar los ballets, porque yo siempre he tenido muy buena memoria y he sido la que he hecho todos los ballets, los he puesto en escena, porque me acuerdo de todo, todo, siempre, los he tenido aquí y lo sigo teniendo aquí (se señala la frente).
Yo me preocupaba que cuando les enseñaba a bailar un ballet, les enseñaba como era el estilo, la mano, la pose, todo eso. Pero yo las observaba. Yo les decía: miren, es un clásico, lo pueden hacer así, pero si quieren, lo pueden hacer así. Les decía: ¿cómo tú te lo sientes? o si quieres puedes poner las dos manos así, entonces ellas escogían inconscientemente en cuáles poses se sentían más cómodas, pero estaban en el estilo.
Amaury. Claro, le daba las opciones.
Alicia. Cada una escogía su propio estilo dentro de lo que yo les decía, pero en el estilo del ballet. Por eso ninguna bailó igual, cada una mantuvo su personalidad, porque dentro del estilo se podían poner de varias formas. Hoy en día yo todavía cuando voy y me pongo en algún ensayo y las veo, me doy cuenta de que son fuertes o son más débiles. La última vez que le tomé un ensayo a Viengsay le dije: ¡espérate!, para Giselle, no, no, y le agregué unos movimientitos, sencillos, nada más de Gisselle, del primer acto e inmediatamente que ella lo hizo, ella misma, automáticamente sintió otra cosa, que después todo el resto cogió su forma, su forma, muy bonita, por cierto, de su último Giselle que bailó, muy bonito.
Amaury. Pero las cuatro Joyas, que con las cuatro usted sabe que yo tuve…
Alicia. Un carácter completamente diferente.
Amaury. Diferentes, pero todas me dijeron en algún momento de sus vidas, que aunque usted les dio todas las libertades del mundo para dentro del estilo moverse, siempre el referente fue usted. Loipa me decía el otro día: sí, Alicia me daba opciones, pero yo siempre decía: voy a hacerlo como más le guste a Alicia.
Alicia. Sí, pero yo les llevaba trucos. Yo les hacía cosas a ellas, yo hacía otras posiciones, a mí me gusta así. El carácter de Loipa no era el mismo carácter que digamos, que el de Josefina. Eran dos bailarinas diferentes o de Mirta Plá que era más aniñada, más así, Josefina era más clásica. Aurora era más fuerte y Loipa era más dramática.
Amaury. Claro, por eso se lo pregunto
Alicia. ¿Usted comprende?
Amaury. Claro, claro.
Alicia. Yo las conocí a las cuatro y en dos segundos le he descrito a las cuatro.
Amaury. Sí, sí, es que lo ha descrito de una manera tremenda (risas). Eso es saber. Ahora, yo le quería preguntar esto: Después que una bailarina tiene, fíjese: la técnica, tiene el estilo, tiene el personaje, de repente ¿qué es lo que la convierte en algo especial?, ese glamour, por ejemplo, que lo tenía usted ¿Cómo usted lograba eso?
Alicia. Eso no se compra ni se vende, con eso se nace. Uno nace con esas cualidades…, personalidad… porque mucha gente nace con todo eso pero no saben cómo desarrollarlo. Hay que educarlos, hay que enseñarles los modales para que sea correcto y le saque más partido. Usted sabe, usted es artista, usted sabe lo que es eso. Usted sabe que cuando se abre la cortina, usted va a salir a escena, usted tiene que sentir, antes de salir a escena, uno se para ahí, piensa y sale y tiene que llevar con uno esa fuerza de agarrar al público…, y uno sale…, no importa el personaje que uno tenga, dentro del personaje que uno tiene. Uno tiene que sentir el personaje y entregarlo al público inmediatamente.
Si va a salir en Giselle es la alegría de Giselle. Si va a salir en Carmen es la sensualidad de Carmen, parada ahí, la cosa de Carmen, ahí, vencer a ese público. Pero lo tiene que sentir, enseguida que se abre la cortina y el público ya está ahí y choca con él y lo recibe y lo sigue.
Y a eso se llama “la personalidad”, saberlo…, la magia esa de agarrar al público. No es despacio, salir, irlos conquistando lentamente, no, por lo menos no en el ballet. En el ballet uno sale y ya tiene que dominar al público y atraerlo aquí y ya, atención en la escena.
Amaury. Bueno, eso pasa también en las demás manifestaciones.
Alicia. Bueno, yo no quería decir que sí porque no me voy a meter con eso, pero yo estoy segura que sí.
Amaury. Sí, si no funciona en la primera canción -en el caso de los que cantamos- no va a funcionar en la segunda.
Alicia. Si no funciona en la primera, le entra a uno una depresión. Y una cosa por dentro que…
Amaury. Hace 14 años, yo voy a ir recordando cosas que usted me dijo y usted me dice si todavía conserva aquellas cosas de que me hablaba. Usted me hablaba de que pintó, pero aquella vez se me quedó por preguntarle ¿cuántos cuadros de aquellos conserva usted todavía?
Alicia. Como nueve creo, como nueve.
Amaury. Y no se pueden ver, digo, yo puedo ir a verlos a su casa…
Alicia. ¡Ay, no, no!
Amaury. ¿Los tiene escondidos?
Alicia. Sí.
Amaury. (risas) Eran muy buenos, Alicia. Usted llevó uno aquella vez al estudio y era un cuadro precioso. Espero que Pedro (Simón) un día se los pida para ponerlos en el Museo de la Danza, en una exposición.
Alicia. Sí, él los está pidiendo todo el tiempo. Se lo tengo prohibido
Amaury. (risas) A ver, usted me habló de que le gustaba, es que yo he vivido fascinado con esas cosas y nuestro pueblo que recuerda aquella entrevista, pero ahora hay una generación o dos generaciones de personas que no la vieron. Usted me habló de las comidas, lo que le gustaba comer y me habló de los platanitos maduros fritos…
Alicia. ¡Ah, sí!
Amaury. ¿Qué es lo que le gusta comer?
Alicia. Yo soy muy criolla.
Amaury. Sí.
Alicia. Plátano maduro frito, arroz, frijoles negros dormidos así, bien espesitos, ¡ay, qué rico!
Amaury. (risas) Y además ahora puede, ¿usted está haciendo ejercicios? Porque la veo delgada, en realidad la veo delgada.
Alicia. He engordado, en estos últimos días he engordado, he comido mucho.
Amaury. ¿Verdad?, pero ¿usted hace ejercicios?
Alicia. Me he pasado de dieta.
Amaury. Ah, bueno.
Alicia. Yo no tengo dieta, pero me cuido un poco. Me debía cuidar un poquito más todavía. Yo estaba más delgada.
Amaury. Yo la veo espléndida, señora. Realmente, ya usted sabe que yo soy un fan irrenunciable, un devoto perpetuo, pero yo la veo preciosa y quiero decirlo en cámara, después, como hablaremos de Pedro más adelante, no quiero que se ponga celoso (risas de Alicia), pero usted sabe que es mi amor imposible. Lo ha sido siempre. Ahora, usted me habló en aquella época, hace 14 años, que tenía un gallo blanco, que cantaba por las mañanas y que le alegraba la vida cuando cantaba.
Alicia. Me han encantado los animales toda la vida y en estos momentos ya hay una cría, en aquella época era una cría grande de pollos blancos ponedores, que eran maravillosos. Se me han acabado, pero ahora los tengo criollos, de todos colores, tengo un gallo colorado que es una maravilla, y me encanta cuando canta. A mí me gusta oírlo cantar por la mañana. Yo oigo un gallo cantar y entonces me sonrío automáticamente, porque me parece que le está cantando a la vida. El gallo canta porque ya se despertó, porque es la vida, porque está el día, porque empieza a vivir. ¡Qué cosa tan linda, qué belleza! A mí oírlos cantar a los gallos no me molesta, me gusta muchísimo, así que en mi casa siempre hay que tener gallos.
Amaury. (risas) Pero usted ahora, me va a permitir, hay un tema del que nosotros no hablamos hace 14 años.
Alicia. ¿Cuál?
Amaury. Y es que usted está a punto de cumplir 35 años de matrimonio con un hombre querido y admirado, escritor, crítico de danza, director del Museo de la Danza, director de la revista Cuba en el ballet y quisiera entonces que usted me hablara de Pedro Simón.
Alicia. ¿Qué yo le hable a usted de Pedro?
Amaury. Sí, que me hable usted de su amor por él, de su relación, en la medida de lo posible, sin ser indiscreto.
Alicia. No, yo le puedo decir que si yo no lo amase, o si no lo quisiese, ya no estaría con él.
Amaury. Yo me imagino, usted es una persona de convicciones muy fuertes.
Alicia. Sí. Yo creo que uno no le puede hacer perder el tiempo a nadie.
Amaury. Ni permitir que nadie le haga perder el tiempo a uno.
Alicia. Y a una persona, menos. Por lo menos…, yo sé que vivimos en esta tierrita por lo menos una vida, pero hay que vivirla linda, con trabajo, haciendo cosas, creando. Teniendo futuro, futuro en todo sentido. Pero, yo creo en el espacio.
Amaury. Eso me dijo.
Alicia. Sí, yo creo en el espacio, que hay vida en el espacio, en otros lugares. No sé cómo es la forma de vida, pero la hay. Porque me parece increíble, vanidoso, terrible, pensar que nada más que en este mundo, en esta tierrita pequeñita es donde único hay vida. ¿Por qué? ¿Qué tenemos? ¿Por qué vamos a ser nosotros los únicos? ¿Por qué?, miren para arriba y verán ¿cuántos planetas, cuántos universos hay?
Amaury. Bueno, ya hay gente que ha tenido contacto con extraterrestres.
Alicia. Eso he oído.
Amaury. Usted no. ¿Usted no?
Alicia. Yo no. Es una lástima, porque estoy loca porque hagan contacto conmigo (risas de Amaury). Yo sí quiero que lo hagan, yo no les tengo miedo ni nada. Ni les voy a tirar un tiro ni nada.
Amaury. Usted los enseña a bailar ballet.
Alicia. Ah, yo los enseño a bailar ballet. No, si yo espero que tengan algo para que me hagan así, plum, y me den la edad que yo quisiera tener para volver a bailar.
Amaury. Pero usted ha sustituido eso, porque está haciendo coreografías.
Alicia. Estoy haciendo coreografías.
Amaury. Y ahora me han dicho que está a punto de estrenar unas cuántas.
Alicia. Sí.
Amaury. Porque ya no es que Alicia va a estrenar una coreografía. Alicia va a estrenar varias coreografías. Es una vida constantemente en movimiento.
Alicia. Sí.
Amaury. Alguien me dijo: En una operación suya de los ojos, la primera, que usted estaba recuperándose y alguien me contaba, que usted marcaba todos los pasos con las manos mientras se recuperaba. ¿Cómo era eso, cómo es que usted recordaba los pasos con las manos?
Alicia. Porque yo bailo y yo puedo bailar, y bailar y hacer esto, los gestos (hace los pasos con los dedos de las manos) y el entrechat y todo lo que me da la gana, hasta cierto punto, pero eso lo hago entre bailarines que me van entendiendo. Cuando yo hago coreografías yo les explico, y entonces les digo. Además, usted sabe que todos los pasos tienen nombres.
Amaury. Sí, sí. Que son bellos los nombres, además.
Alicia. Por lo regular yo digo: este es el escenario, yo soy la parte de atrás, ustedes son la parte de alante, estos son los costados. Todo el mundo en una mesa y ellos se me ponen alrededor. Y entonces, con el salero y el no sé qué, entra por aquí, el otro, entra un tenedor, una… y los bailarines son tremendas cucharas, tenedores, cuchillos, todo lo que pueda encontrar.
Amaury. (risas) ¡Ay, Alicia!
Alicia. Pero así hacemos y así les explicamos y ellos van escribiendo. Por lo regular están Ana María, Javier Sánchez, está Svieta y todos ellos, copia y copia y me cogen la música y la cuentan y me le dan vuelta ¿entiende? Y después van y montan. También muchas veces cuando yo digo que hagan este movimiento así, con los brazos: a ver, repítelo. Me toman película. Tam, tam, tam, y entonces, al hacer yo el movimiento (hace el movimiento), ellos me van tomando película.
Amaury. Yo creo que hasta yo bailaría si usted me monta una coreografía de ese tipo, de esa manera (ambos ríen).
Alicia. Yo no podría cantar aunque usted me enseñe. Ojala yo pudiese cantar.
Amaury. Y ojala yo hubiera podido bailar. Hubiéramos bailado juntos seguramente. Yo nunca la hubiera dejado caer. Nunca hubiera estado mirando para la muchacha del público.
Alicia. Pues, no.
Amaury. Se lo juro. Ahora, Alicia.
Alicia. Usted sabe, él ya murió.
Amaury. Sí.
Alicia. Pero él nunca más miró a ninguna muchacha mientras bailaba.
Amaury. (risas) No se atrevió, no se atrevió. ¿Es verdad, Alicia, que (René) Portocarrero, una vez le quiso regalar unas flores y como no encontró las flores, las pintó?
Alicia. Exacto, eso fue precioso, precioso…, unas flores. Llega y me dice: no encontré flores, por lo tanto te las pinté. Yo le dije: ¡Ay, qué felicidad que no encontró flores! Así esto es eterno.
Amaury. Pero también las flores en el corazón de uno…
Alicia. Precioso, no, pero precioso. Él era.., tenía cosas muy lindas, muy exquisitas.
Amaury. Alicia, ¿qué ha sentido usted? Yo pensaba: sobre usted han escrito, bueno, (Juan) Marinello, Cintio (Vitier), Fina (García Marruz), Eliseo (Diego), Dulce María Loynaz…, Es que todos los escritores y los más jóvenes, yo recuerdo todos los poemas que le han escrito: Nancy Morejón, Miguel Barnet, Pablo Armando (Fernández), es que todos…, ¿qué siente uno cuando tantas personas, a quien yo sé que usted también quiere y respeta, la homenajean de esa manera?… Alejo Carpentier.
Alicia. Bueno, es como… uno siente… ¿pero qué tengo que hacer ahora? Porque tengo que hacer algo mejor yo. Yo tengo que superarme, yo tengo que hacer algo mejor, yo tengo que hacer algo bien, yo tengo… Entonces uno no ve lo que ha hecho, sino, uno se pone a mirar qué es lo que tiene que hacer, los pasos que tiene que seguir de ahora en adelante, no lo que ya hizo, ante cosas tan bellas que dicen aquellas personalidades tan importantes y tan lindas.
Amaury. Y que además muchos de ellos, bueno, yo creo, por lo menos de los que le nombré, llegaron a ser sus amigos.
Alicia. Amigos.
Amaury. No solamente eran sus admiradores.
Alicia. Bueno la palabra amigo es muy grande.
Amaury. Es muy grande, es verdad. También la palabra amor es muy grande.
Alicia. Pero es más ligero.
Amaury. ¿Sí?
Alicia. Amigo…, no, eso es muy profundo.
Amaury. ¿Usted cree que la incondicionalidad es absolutamente indispensable en un amigo? Ser incondicional.
Alicia. Un amigo es más grande que todo.
Amaury. ¿Usted cree que ahora se es un poco irresponsable a la hora de decir amigo?
Alicia. No, y besos, todo el mundo se está besando hoy en día.
Amaury. Ah, sí, todo el mundo se besa, pero eso es bonito ¿no?
Hablemos de Laura, de su hija y de sus nietos y sus bisnietos.
Alicia. Bisnietas, dos.
Amaury. Bisnietas. Me ha dicho alguien -y usted me dirá si es verdad o no-, alguien me comentó que los fines de semana son para ellos. Que usted se los dedica a ellos ¿es cierto?
Alicia. No.
Amaury. Cuando está de viaje no, por supuesto.
Alicia. No, no, pero yo las veo, cuando puedo, cuando están aquí, porque una está en los Estados Unidos. La otra ya está aquí con Laurita. Ahora está en Camagüey, con la otra abuela, que es Camila. Y la otra, Carmen. Las quiero mucho y son mis nietas. Ellas me dicen “bis”.
Amaury. ¿Qué le parece el trabajo que ha hecho su hija Laura al frente de su compañía?
Alicia. Ella trabaja muchísimo y se empeña mucho en ese trabajo y trata de hacerlo por su lado. Ella no quiere ser la hija de mamá o de papá, o que digan… Ella quiere hacer algo por ella. Ella quiere ser independiente. Que sea independiente. Desde luego que tiene a mamá al lado ¿sabe? En cualquier momento ella sabe que tiene a mamá.
Amaury. Claro, la hija de mamá. Usted siempre será su mamá y ella siempre será su hija.
Alicia. Sí, cómo no.
Amaury. ¿Qué sueños le faltan por cumplir, Alicia?
Alicia. Yo estoy empezando a bailar ¿qué le parece?
Amaury. No, yo estoy… mire, usted es… usted es un hechizo. Usted es una fuerza de la naturaleza. Nadie se puede comparar con usted, el que se compare con usted está loco, o sea, puede seguirla como ejemplo, pero esa fuerza, ese deseo de vivir, esas ganas de seguir adelante, ese estar siempre presente, mire, usted me perdona, y que me perdonen los televidentes, si quieren pensar que estoy adulando. Sí, estoy adulando a Alicia Alonso y me siento muy honrado también de eso. Por eso le preguntaba: ¿Qué sueño le falta por cumplir a Alicia?
Alicia. ¡Ay, tantos! Yo quisiera hacer más ballets. Tengo la idea de otros ballets, otras historias grandes, muy grandes. Quisiera visitar otros países, me faltan algunos. Tengo muchos deseos de ir al África, no he estado en África. He estado en el mundo entero y no he estado en África. Y quiero seguir viendo cómo avanza todo. Quiero seguir viviendo, quiero ser parte de la vida, quiero ser parte de la vida, de esta tierra, ahora.
Amaury. El otro día yo pensaba, yo estaba en Cienfuegos. Yo hago siempre una pregunta, casi siempre, vinculada con Cuba, con el amor a Cuba; y me preguntaron, en una entrevista en Cienfuegos, como yo la hago en el programa, me dijeron: Amaury ¿y para ti qué es Cuba?, la misma pregunta que yo hago y entre las cosas que dije, fue: Cuba es Alicia Alonso. Yo pudiera decir: amo a Cuba y es como amar a Alicia Alonso. Amo a Alicia Alonso y es como amar a Cuba.
Alicia. ¡Ay, por favor! Eso es bellísimo, pero eso es demasiado, es demasiado. ¿Usted se da cuenta lo grande que es Cuba?
Amaury. Y también me doy cuenta lo grande que es usted.
Alicia. Se acabó la entrevista, se acabó, ya.
Amaury. (risas) Está bien. Se acabó la entrevista. La voy a terminar con una canción. ¿Se acuerda que le hice una canción?
Alicia. Sí.
Amaury. Bueno, yo quiero entonces terminar la entrevista regalándole esa canción. Aquí tengo mi guitarra, la he traído, se la voy a cantar, ¿se acuerda que se llama Quisiera ser el viento?
Alicia. Quisiera ser el viento.
Amaury. Pedro ya se la sabe, me han dicho. A ver si se la canta.
Alicia. ¿Pedro?, ¿Pedro Simón?
Amaury. Sí, Pedro se la sabe.
Alicia. A él le encanta.
(Amaury le canta Quisiera ser el viento)
QUISIERA SER EL VIENTO
Quisiera ser el viento
que su espacio reclama
quisiera ser el viento
cuando se le derrama
quisiera ser el viento
cuando se encima y canta.
Quisiera ser el viento
que a su paso declama
quisiera ser el viento
que le fascina y habla
quisiera ser el viento,
podría ser la llama …
… Podría ser la luna
podría ser el agua
podría ser la lluvia
que la mece y la abraza
podría ser la espuma
podría ser la danza
pero quiero ser viento
para arrullarla.
Quisiera ser el viento
que la compulsa y alza
quisiera ser el viento
para desamarrarla
quisiera ser el viento,
podría ser la jaula …
Podría ser la luna
podría ser el agua
podría ser la lluvia
que la mece y la abraza
podría ser la espuma
podría ser la danza
pero quiero ser viento
para arrullarla
pero quiero ser viento
y enamorarla.

Amaury. Felicidades Alicia, muchas felicidades. Le beso las manos. Llego hasta usted. Muchas gracias, señora mía.

Alicia. ¡Ay, qué lindo ha estado eso! ¡Qué lindo!


lunes, 20 de diciembre de 2010

Post mienten


(Softcrack)

Raúl San Miguel

Foto: Imagen tomada de la Internet

Según refleja un cable confidencial redactado por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, se confirma que, en noviembre 2006, la misión estadounidense organizó una reunión con "jóvenes opositores" de toda Cuba para mostrarles un documental sobre el derrocamiento de Slodoban Milosevic en Yugoslavia (ahora Serbia) con la intención de facilitar un movimiento similar contra el gobierno cubano.

Así lo refleja en su artículo la abogada y periodista (de origen estadounidense) Eva Golinger, “el documental, "Derrocando a un Dictador", fue realizada por una productora estadounidense estrechamente vinculada con el Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado. La obra se trata de como un grupo de jóvenes financiados y entrenados por las agencias de Washington y otros organismos internacionales, como el Instituto Sociedad Abierta del billonario húngaro George Soros, lograron derrotar al entonces jefe de estado de Yugoslavia a través de una estrategia de "golpe suave". Los jóvenes fueron agrupados en una organización llamada "OTPOR" (Resistencia) que, siguiendo los lineamientos e instrucciones de varias agencias e institutos estadounidenses, como el Instituto Albert Einstein de Gene Sharp, el Centro Internacional para el Conflicto No Violento (ICNC) de Peter Ackerman y Jack Duvall, Freedom House, la USAID, la NED y el Instituto Republicano Internacional, ejecutaron una serie de acciones y mobilizaciones de calle para promover un estado de desestabilización permanente y provocar la "represión" del estado.



”Según la estrategia del golpe suave, que también se ha llamado "una revolución de colores", los jóvenes, bajo la bandera de la "no violencia" y empleando logo-tipos y tácticas de marketing que atraen a la juventud, fomentan pequeños disturbios en la calle para crear un ámbito permanente de inestabilidad y caos. Luego, atrayendo a la atención de los medios internacionales, los jóvenes guiados por las agencias de Washington, provocan la represión del estado (a través de actos violentos o ilegales), que luego es proyectada a través de la prensa como una violación de los derechos humanos y utilizada para justificar cualquier acción contra el gobierno.

”La estrategia del golpe suave tuvo éxito en Yugoslavia (Serbia) contra Milosevic en 2000, y luego fue utilizado en Georgia (Revolución de las Rosas 2003), Ucrania (Revolución Naranja 2004) y Kyrgyzstan (Revolución de los Tulipanes 2005) para debilitar al poder de los gobiernos socialistas o aliados de Rusia en esos países. Aunque la estrategia del golpe suave fue exitosa en su momento en todos estos casos, con la excepción de Serbia, se ha revertido durante los últimos años. En Ucrania, por ejemplo, el mismo presidente que fue derrocado con esta estrategia en 2004, Viktor Yanukovych, ganó la presidencia de nuevo en 2010 luego de que la "Revolución Naranja" fue desenmascarada como una táctica de Washington para instalar un gobierno títere en ese país”.



El trabajo de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos _ con el objetivo de reclutar a los jóvenes (de las naciones consideradas enemigas o contrarias a los propósitos expansionistas de Washington)_ no es algo nuevo. En toda la historia de los golpes de estado realizados en América Latina, detrás estuvo la mano de la CIA y, por supuesto, el trabajo sistemático de estas agencias de inteligencia para captar a los jóvenes; de acuerdo a estudios previos de comportamiento, precedentes histórico-sociales: conflictos, diferencias de origen étnico, regionales, entre otros factores de interés político.
En Cuba ese trabajo de zapa, logró crear situaciones de tensión entre el Estado y las representaciones religiosas, específicamente de la Iglesia Católica, en los primeros años de la Revolución. Incluso, el hecho más evidente resultó la Operación Peter Pan, cuyo propósito es harto divulgado. Incluso, algunos de los principales representantes de la mafia cubano-americana forman parte de aquella “operación”. Los ejemplos, son elocuentes.
No es difícil entender el por qué y cómo se fabrica un personaje a través de los medios de prensa occidentales con el objetivo de crear una imagen política en los llamados jóvenes disidentes en cualquier país considerado enemigo de la “democracia” estadounidense. Tampoco lo es entender las vías empleadas, solo basta conocer “la ruta del dinero”. Existen programas, becas, financiamiento; toda una estructura concebida para facilitar el trabajo de minado como lograron hacerlo en las naciones que integraban a la Europa Socialista del Este.
No quisiera poner ejemplos de cómo se logra activar a estas marionetas. En una ocasión, en este blog, escribí el artículo: “Palabras sin golpes”. Me refería a los profundos lazos históricos y de identidad que fundamentan los elementos de la cubana en la forja de una nación. Por supuesto, considerar a los jóvenes como parte de los objetivos de penetración de los servicios de inteligencia es un asunto priorizado. En el caso cubano el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno norteamericano no solo incentiva las carencias de recursos materiales, sino que también propone crear el malestar en la población y, en consecuencia, una actitud de oposición que se alimenta, en casos bien probados, con financiamiento directo en dinero o en especie (las llamadas jabitas entregadas por la SINA y que ahora se incrementa con la llegada del fin de año).
En cuanto al título de este trabajo, me tomé la libertad de hacer un juego de palabras. Primero el “Post” que significa después, pero también es utilizado (en mi caso) como una referencia a la prensa norteamericana (no especifico, advierto porque se usa en varios de sus diarios) y, en el entreparéntesis, la palabra: “Softcrack”, como “droga suave”, o sea (como decimos los cubanos) “empujarle o meterle la píldora”, a quien puedan con el mismo objetivo: embrutecer los sentidos y crear una total dependencia o adicción a una forma de comportamiento social consumista (sociedad de mercado), asumir _como propios y no importados_ aquellos elementos (gráficos o de conducta) que responden a los mecanismos de penetración de los servicios de inteligencia para lograr las bases (de nuevos mercenarios) en contra de la Revolución.

La tragedia de Elián González, en la foto, devino en un fuerte puente de solidaridad (sin precedentes)entre los pueblos de Cuba y los Estados Unidos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El convidado de piedra

Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Hace unos día compartía algunos criterios relacionados con la persistencia de la política hostil del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, y su estrategia para destruir nuestra Revolución, mediante todas las formas posibles: desde el magnicidio hasta los sabotajes y otros actos criminales realizados por mercenarios y agentes de sus servicios de inteligencia como es el caso de las bombas colocadas en instalaciones turísticas y la criminal destrucción, en pleno vuelo, de un avión de pasajeros con 73 personas a bordo el 6 de octubre de 1976.
Decía, a mis colegas, que todo el movimiento mediático de las transnacionales de la información pretende encubrir, en una imagen “patriótica” a terroristas confesos como Orlando Bosh y Luis Clemente Posada Carriles. Apunté que lo hacen en medio de las maniobras de la bancada republicana norteamericana para retomar el poder de la administración estadounidense.
Recordé que en los Estados Unidos no existen dos partidos, sino uno: el de los círculos del poder que reparten (a mitades) las tajadas multimillonarias que reciben como beneficios directos de las medidas aplicadas por cualquiera de las tendencias (partidos) administrativas en la Casa Blanca.
Por supuesto, en un asunto más reciente, no olvidé comentar que fue (precisamente) en el gobierno del ex presidente William Clinton que se aplicaron, contra Cuba, las leyes extraterritoriales: Torricelly, así como la Helms-Burton. Ahora, el señor Clinton, se ha convertido en un personaje de la política exterior estadounidense a través de la fundación que lleva el apellido de su clan. Es por eso que quisiera adjuntar esta reflexión del líder histórico de la Revolución cubana que bien pudiera, en el caso de Haití, haberse denominado: “El convidado de piedra”.



"Realmente me apena tener que desmentirlo. Hoy no es más que un hombre de aspecto bonachón consagrado al legado histórico, como si la historia del imperio e incluso algo más importante: el destino de la humanidad, estuviese garantizado más allá de algunas decenas de años, sin que por Corea, Irán o cualquier otro punto conflictivo estalle una guerra nuclear.
Como se conoce, la Organización de Naciones Unidas lo designó su "enviado especial" en Haití.
Clinton —que por cierto fue Presidente de Estados Unidos después de George H. W. Bush y antes que George W. Bush— por ridículos celos políticos impidió que el ex presidente Carter participara en las negociaciones migratorias con Cuba, promovió la Ley Helms-Burton y fue cómplice de las acciones de la Fundación Cubano-Americana contra nuestra Patria.
Sobre esa conducta existen sobrados testimonios, pero no por ello lo tomábamos demasiado en serio, ni éramos hostiles a sus actividades en torno a la misión que por razones obvias le asignó la ONU.
Veníamos cooperando con ese hermano país desde hacía muchos años en varios campos, especialmente en la formación de médicos y la prestación de servicios a su población, y Clinton no nos estorbaba para nada. Si le interesaba tener algún éxito, no veíamos razones para obstaculizar nuestra cooperación en tan sensible campo con Haití. Vino el inesperado terremoto que tanta muerte y destrucción causó y posteriormente la epidemia.
Hace solo dos días, una reunión que se realizó en la capital dominicana en torno a la reconstrucción de Haití vino a complicar las cosas. Alrededor de 80 personas, entre ellas varios embajadores, representando los donantes de más de 100 millones de dólares, numerosos miembros de la Fundación Clinton, del gobierno de Estados Unidos y el de Haití participaron en la misma.
Pocas personas hicieron uso de la palabra, entre ellos el embajador de Venezuela, por ser uno de los donantes más importantes, lo cual hizo brevemente, con sentidas y certeras palabras. Casi todo el tiempo lo utilizó Clinton en un encuentro que comenzó a las 5 y 30 de la tarde y terminó a las 12 de la noche. Allí estaba, como invitado de piedra, el embajador de Cuba a petición de Haití y Santo Domingo. No se le concedía derecho a decir una palabra, aunque sí ser testigo de un evento en el que no se resolvió absolutamente nada. Se suponía que proseguiría al día siguiente. Pero nada de eso ocurrió.
La reunión en República Dominicana fue una maniobra de engaño. La indignación de los haitianos estaba absolutamente justificada. El país destruido por el terremoto ocurrido hace casi un año, en realidad había sido abandonado a su suerte.
Hoy jueves 16 de diciembre un despacho de la agencia norteamericana de noticias AP, publicaba lo siguiente:
"El ex presidente Bill Clinton declaró su confianza sobre el esfuerzo de reconstrucción de Haití durante una visita de un día en medio de desórdenes civiles, un mal endémico y una crisis política inextricable.
"El enviado especial de la ONU a Haití viajó al afligido país un día después que la comisión de reconstrucción interina, cuya presidencia comparte, fue obligada a sostener una reunión en la vecina República Dominicana por la violencia que estalló después de las disputadas elecciones presidenciales haitianas del 28 de noviembre.
"Clinton visitó una clínica especializada en pacientes afectados por el cólera que administra "Médicos sin Fronteras", donde han sido tratadas 100.000 personas afectadas por la epidemia que estalló en octubre. A continuación fue a visitar la principal base de pacificación de la ONU para sostener reuniones con funcionarios haitianos e internacionales.
"En la reunión del día previo se aprobaron proyectos por unos 430 millones de dólares. Pero lo más notable fueron las expresiones de indignación por el lento ritmo de la reconstrucción y una carta enviada por frustrados miembros haitianos que afirmaban que se les marginaba de las decisiones y se quejaban de que los proyectos aprobados ‘no contribuían a la reconstrucción de Haití, ni al desarrollo a largo plazo’."
Observen lo que según el despacho añadió después en una conferencia de prensa:
"‘Comparto su frustración...’."
"... cientos de miles de haitianos hallarán vivienda permanente el próximo año y muchos más dejarán de vivir en tiendas y carpas de lona que han albergado a más de un millón de personas desde el terremoto del 12 de enero.
"Sin embargo esas promesas han sido hechas antes. [...] Sólo han sido entregados 897 millones de dólares de la ayuda prometida de más de 5.700 millones de dólares para el 2010-11."
Los 897 millones de que se habla no se ven por ninguna parte.
Constituye, además, una absoluta falta de respeto a la verdad afirmar que en una clínica administrada por "Médicos sin Fronteras" han sido tratadas 100 mil personas.
En una declaración a la prensa de la doctora Lea Guido, representante de la OPS-OMS en Haití, informó hoy que el número de afectados hasta el 11 de diciembre se elevaba a 104 918 personas, una cifra realmente sin precedentes que no podían ser atendidos en una clínica por "Médicos sin Fronteras".
Es evidente, y le consta al señor Clinton, que Europa, Estados Unidos y Canadá sustraen médicos, enfermeras, rehabilitadores y otros técnicos de la salud a los países del Caribe, y carecen del personal necesario para cumplir esa tarea, salvo honrosas excepciones.
Obviamente, Clinton con sus mentiras pretende ignorar el trabajo de más de mil médicos, enfermeras y técnicos cubanos y latinoamericanos que están llevando el peso principal de la batalla para derrotar la epidemia de la única forma posible, que es penetrando hasta los más apartados rincones del país. La mitad de sus casi 10 millones de habitantes viven en las áreas rurales.
Tan elevado número de personas, en tales condiciones, no habría sido posible atenderlas sin el apoyo de la eminente latinoamericana que representa a la OPS-OMS en Cuba y Haití.
Nuestro país se ha comprometido a movilizar el personal humano necesario para cumplir esa noble tarea.
Como ella indicó: "Los recursos humanos que está enviando Cuba están dirigiéndose en estos momentos a las zonas más aisladas de esta nación. Y eso es muy oportuno."
Ya están llegando y muy pronto estará allí el personal necesario.
En el día de ayer (se refiere al momento en que fuer publicado este artículo en Cubadebate y otros medios nacionales cubanos) se atendieron por la Brigada Médica Cubana 931 pacientes, con dos fallecidos, para una tasa de letalidad ese día del 0,2%".

jueves, 16 de diciembre de 2010

Babalú Ayé




Raúl San Miguel

Detrás de los rostros se advierte la esperanza. Miles de personas acuden cada víspera de la celebración del Día de San Lázaro, Babalú Ayé (en Yoruba) al “Rincón”, conocido como el hospital (leprosorio) ubicado en Santiago de las Vegas, a 20 minutos de la capital cubana.

Lo importante de esta celebración es el arraigo dentro de la religión practicada por millones de cubanos y en especial la creencia en este santo al cual se le ofrecen diferentes ofrendas que llevan, en algunos casos, del martirio del cuerpo y del alma en señal de agradecimiento por la concesión de un “milagro” del cual están eternamente agradecidos.

Es San Lázaro o Babalú Ayé, uno de los orischas más respetados en el Panteón Yoruba. Nadie le menciona por azar. La historia está preñada de anécdotas que son contadas de boca en boca como parte de la cultura tradicional popular. Sin embargo, este año existen mayores motivaciones y esperanzas. Los cubanos aprendimos a compartir el deseo de obtener la felicidad individual y familiar con los destinos del propio país.

Precisamente, en estos momentos, que se sesiona la Asamblea Nacional (Parlamento Cubano) y se discuten temas importantes para el futuro del país, la gente del pueblo ha decidido compartir la fe, desear un buen año 2011, donde las esperanzas de una vida mejor tiene aristas en la reconciliación, el perdón y el restablecimiento del puente comunicativo que aleja a las personas, convoca al egoísmo y a las guerras.

Desde las páginas de este blog, le dedico mis mejores votos a todas las cubanas y cubanos que se encuentran fuera de la Patria, a los que no podrán regresar hasta que no cambien los tiempos y desaparezcan las diferencias sembradas en el odio, a los que tienen fe y la manifiestan tendiendo la mano, compartiendo el pan de cada día o, sencillamente, con un saludo. “I bború, ibború, in boya, in boya, inbó che ché”.

Previsiones e incompatibilidades



Raúl San Miguel

Fotos: Tomadas de Cubadebate

Ningún productor, en ninguna economía del mundo, de cualquier sistema político o social, puede prescindir de la información relacionada con el mercado donde se cotizan estos valores. Precisamente, en mi criterio, una de las deficiencias de muchos empresarios cubanos ha sido por el desconocimiento de las fluctuaciones de precios en las bolsas internacionales y en consecuencia el país debe asumir pérdidas millonarias por estos errores.

Desde mi punto de vista, reitero, he tenido la oportunidad de entrevistar a directivos de empresas que requieren de (prácticamente) todo su consejo de dirección en el momento que se le formulan preguntas relacionadas con las finanzas y la economía de sus entidades. Otras veces, lamentablemente, los periodistas asumimos la “traducción” de una pirámide de cifras y por cientos que ofrecen una imagen rosada de estos productores en las páginas de los periódicos, la radio y la televisión.

Es cierto que durante casi medio siglo hemos resistido las embestidas del genocida bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos (en todas sus administraciones hasta la fecha), pero también hemos sido responsables por considerar la necesidad de mantener algunos cuadros de dirección empresarial (en otros puestos de dirección) después de cometer errores incompatibles con los propósitos de una producción, entiéndase falta de exigencia, control, disciplina tecnológica, gastos que elevan el costo de los productos, objetivos que no se cumplen y un sinnúmeros de otras tantas ineficiencias.


Durante la sesión del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en relación con los Resultados económicos del año 2010 y propuesta de plan para el 2011, así como la actualización de la política tributaria; elmiembro del Consejo de Estado, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, informó de un crecimiento considerable de las exportaciones (41,5%) y aseguró: “Lo que pasa es que aun cuando crecen (se refiere a estas exportaciones) se quedan por debajo del plan”.
Seguidamente argumentó: “Aquí hay un elemento que es importante discutir (en el Parlamento Cubano) (…) hubo productos exportables nuestros cuyos precios tuvieron un comportamiento en el mercado mundial por encima de lo que previmos en el plan; sin embargo, las producciones físicas no se lograron, entiéndase el níquel, que lo planificamos a 14 400 dólares por tonelada y el precio promedio del níquel va a dar por encima de 20 000 dólares por toneladas. ¿Qué significa esto? Que aun cuando los precios fueron favorables en comparación con lo que previmos en el plan, al incumplirse las producciones físicas hubo ingresos adicionales que nosotros no pudimos lograr, y es bueno también que se conozca. Eso nos costó 120 millones”.
“También hubo un producto que tuvo un precio promedio muy por encima de lo que previmos en el plan, que fue el caso de la tonelada de azúcar o la libra, como lo queramos poner, y al producirse un incumplimiento importante de la producción de azúcar exportable tampoco pudimos aprovechar la coyuntura de que en el mercado los precios estaban por encima de lo que nosotros planificamos. Y en el caso del incumplimiento de la exportación de azúcar no nos permitió obtener en el orden de 60 a 65 millones de dólares, si hubiésemos cumplido con la producción física que habíamos diseñado en el plan”.
Seguidamente hizo un llamado para (el próximo año 2011) el país pueda “concentrarse en los compromisos de exportación que tienen todos los organismos”. Apuntó: “No es correcto que nosotros no podamos aprovechar e incumplamos las producciones físicas en el plan, aun cuando los precios del mercado internacional son favorables”.
La advertencia del titular de Economía y Planificación no puede verse _ ante el debate nacional del Proyecto de Lineamientos para la Economía Nacional _, como una cuestión que no puede reiterarse. El propio Murillo lo explicaba: “Un incumplimiento de la producción física sobre un crecimiento de los precios en el mercado internacional denota un síntoma de poca previsión en la economía para estar preparado y poder aprovechar las coyunturas que ocurren en un momento determinado”.
Incluso, deja claro que “nos falta análisis (…) en la conducción de la economía, y esto es válido para todos los organismos y para todos los que tienen que ver con sus compromisos productivos, fundamentalmente los compromisos de exportación. Porque podremos tener mucha administración de la divisa (moneda convertible de uso internacional), mucha renegociación de la deuda (contraída con socios comerciales y favorecida por la posición solidaria de algunos gobiernos con relación a Cuba); pero si no cumplimos con los ingresos, las posibilidades de seguir administrando eso cada vez se van limitando más”.
La discusión de este tema en la Asamblea Nacional (Parlamento Cubano) es necesaria, como también urge tener en cuenta que los errores de dirección empresarial han sido discutidos durante décadas y es imprescindible erradicarlos. Disponemos de las condiciones necesarias para lograr este reto. Se trata de un país políticamente estable, con un alto nivel de instrucción y preparación profesional en su población, que dispone de centros científicos de prestigio internacional, de técnicos que han dado muestra de su potencial en el desarrollo de diferentes sectores de la economía y los servicios. Esa es una insoslayable realidad.

sábado, 11 de diciembre de 2010

¿No crecen los hijos?

Por RAÚL SAN MIGUEL

Foto: SAMUEL

“Los hijos no crecen”, es una expresión que suele utilizarse con frecuencia entre quienes asumimos la maternidad y la paternidad no solo como un privilegio biológico, sino como una responsabilidad espiritual, afectiva o al contraer un nuevo compromiso con otra persona que también tiene descendencia. Pero es tan solo una frase que encierra un concepto de amor sin límites e inevitable en los progenitores. Los hijos sí crecen y lo vemos a diario con la vara de la experiencia que nos da el conocerlos y hasta predecirlos en algunas de sus acciones o comportamientos.
Muchas veces _ cuando nos referimos a los más jóvenes_ escuchamos opiniones apocalípticas que nos excluyen de la responsabilidad ante la falta criticada. Aunque, insisto, generalizar no justifica ni aporta justeza a un argumento que pretenda cuestionar o compararlos con las generaciones precedentes. De ningún modo hemos sido perfectos (los padres y los abuelos desde el principio de todos los tiempos).



Errar es parte de la experiencia que se adquiere en la vida, repetir los errores acusa a la falta de previsión y la caducidad del pensamiento al enfrentar los nuevos retos que impone el mundo moderno.
Pudiera citar incontables ejemplos para ilustrar esta afirmación; sin embargo, no es el propósito. Más bien propongo una alerta y no confundirn(l)os al permitirles comportarse de una manera incorrecta o mostrar una conducta incompatible con las normas de convivencia sociales; porque los hijos no son exclusivamente de nosotros, forman parte indisoluble de la sociedad y deben comportarse como garantes, representantes y defensores de los valores que los y nos identifican.
Es por eso que prefiero la invitación a reflexionar en este sentido. Los hijos son la única oportunidad de perpetuarnos como seres humanos y trascender en la memoria como legado imprescindible no solo de cada familia, sino para su construir su propio futuro.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La Habana, en diciembre, es una plaza de toros



(el síndrome Tequila)

Raúl San Miguel

Fotogramas: Tomados de la Internet

Cuando León Serment, director de la película mexicana: Efecto tequila, se dirigía hacia el lugar más próximo a la ubicación del micrófono _para decir las palabras en la presentación de su filme_ no imaginé que al terminar la exhibición lo descubriría junto a la actriz Karla Souza, esperando la reacción del público habanero. Fueron apenas tres docenas de segundos, los suficientes para expresarle una felicitación personal, de un cinéfilo, a quien agradeció la posibilidad de venir a La Habana y participar en la Edición 32 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Y es que capital cubana, durante la celebración de este Festival se convierte en una verdadera Plaza de toros, en la cual las salas pueden abarrotarse o advertirse la retirada, en avalancha, de un público acostumbrado a ver cine. Catador por excelencia de las buenas facturas cinematográficas. Conocedor de aquellos directores, actores, guionistas y directores de fotografía que de solo mencionar sus nombres garantiza una acogida que se desborda en una enorme e interminable fila capaz de esperar horas la entrada a la sala de exhibición.



Esta vez, en el cine La Rampa, El efecto tequila, dejó de ser una historia de amor donde el dinero y el poder cobrarán, en este caso, la vida de un hombre que vendió (como en la historia del Fausto) su alma en una bolsa de valores. Por supuesto, la trama discurre a partir de una banda sonora (instrumental de un guapango mexicano) que perfila el epicentro de la crisis económica de 1994 y cuyos efectos aún se perciben en todas las “replicas” de las nueva crisis financiera internacional.
Claro está, el suceso que se toma de base y la forma en que se cuenta esta historia es solo el primer plano de una lectura más profunda y estremecedora. Quizá, en busca de una lógica realización comercial del filme (la necesidad de hacer arte y vender arte) llevó a Serment a la encrucijada de contar detrás de una historia de amor en la cual pudo simplificar o mejor eliminar la subtrama que se expone a través de la antigua relación (Diego) de la esposa del personaje protagónico (José) que se diluyó en una escena realmente inesperada y nada conmovedora.
De hecho el abandono del corredor de bolsa (José) a su familia era suficientemente contado en una trama ascendente que (reitero, converge en Fausto) le lleva a sumergirse en el peligroso mundo de la corrupción y el crimen organizado. Más. El protagónico femenino tenía todas las cartas para apoyar la intensidad de ese drama, a partir de la encomienda editorial de realizar un libro dirigido a los niños y en el cual se explicara, didácticamente, el por qué se divorcian los papás. Luego, cuando los matones registran la casa y cae el libro (ya impreso y con la carta de despedida de la esposa) era suficiente. No hacía falta, en mi criterio, más.
La película compitió en el Festival Internacional de Cine de Sao Paulo, en Brasil, que se realizó el pasado mes de octubre. Cuenta en los papeles principales con José María Torre, Juan Carlos Colombo, Julián Pastor, José Alonso y Karla Souza. El título del filme alude a la gran crisis económica que hubo en el año de 1994, que fue originada en México y que desató eventos similares en Sudamérica durante los meses siguientes.
Se dice que esta crisis fue provocada por la falta de reservas internacionales, causando la devaluación del peso durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo. Nada más lejos de la verdad. El efecto tequila es, por supuesto, un nombre que no define las causas exactas de la fuga de capitales provocada por una acción dirigida en los grandes círculos de poder que gobiernan y controlan los grandes capitales de la economía mundial. Incluso, en los fotogramas, conscientemente, pueden observarse las imagines del expresidente Carlos Salinas de Cortari. El uso de los cintillos, el flash de portadas de diarios y la fotografía del cuerpo abandonado con la cara cubierta y baleado es una historia real y tangible en estos tiempos de crisis.
Mexico se desmorona bajo una crisis actual. Los rostros de los principales personajes de la política nacional permanecen encubiertos. Pero no es México, el efecto tequila es real y puede advertirse desde hace mucho tiempo más allá de las bolsas de valores y las vidas de las personas.

Fotograma de la actriz protagónica de "Efecto tequila"

martes, 7 de diciembre de 2010

Curitiba: radiografía de una nación del Sur




Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Lograr una imagen encantadora y superficial de Brasil es común en las facturas de telenovelas que se producen en el gigante sudamericano; pero quienes hemos disfrutado, las diferentes historias, de la filmografía brasileña, de los últimos tiempos, encontramos en Curitiba una obra que nos muestra una incisión psicológica valiente, profunda y sutil en la vida social de ese país, a partir de cuatro historias de hombres pertenecientes a diferentes estratos sociales, pero con un denominador común: verdaderos seres humanos.
Mi encuentro con Eloi Pires Ferreira, director, de este filme, y los productores ejecutivos fue puramente casual. Estaban en el vestíbulo de la sala cinematográfica y la música de Xenon Pinheiro, se extendía en cada una de las imágenes y la fotografía excelente de Celso Cava Filho. De hecho los planos de picado abundan en la fotografía. Sobre todo ese salto al vacío que nos lleva al personaje de la primera historia.
El propio Eloi Pires, confesó (en la exhibición Premier en este Festival) sentirse “conmovido por estar en un evento del prestigio internacional” alcanzado por cada Edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Después aseguró que lo “disculpasen porque realmente estaba muy nervioso”. Pero los aplausos al concluir el filme resultaron la mayor aprobación de que las historias estuvieron bien contadas. En sus comentarios el público presente declaraba el haber descubierto una forma diferente de mostrar el Brasil, desde la difícil vida y las contradicciones que enfrenta cada personaje en su medio: el comerciante de autos (Edson Rocha), el chofer del ómnibus público (Jackson Antunes), el recogedor de desechos que vive en una favela (Lori Santos) y el motorista vendedor de pizzas (Diegho Kozievitch).
¿Cuáles fueron los papeles protagónicos y quiénes los secundarios? Todos los actores resolvieron interpretar sus papeles desde la difícil situación psicológica que propone el director de acuerdo con su guión, incluye la banda sonora y la fotografía que logra la magia y el intercambio con el espectador. ¿Protagónicos? Los fuertes contrastes entre las diferentes clases que existen en una sociedad capitalista, llena de matices como Brasil. ¿Los secundarios?, aquellos que cruzaron silenciosos por la pantalla y de los cuales no hizo falta el énfasis melodramático satirizar o acentuar la extrema pobreza. ¿Logro de este filme? La esperanza de cambiar, de ser mejores, a partir de la esencia que caracteriza al hombre como un ser humano, aunque dentro de cada uno de nosotros habite un lobo.

En la foto Eloi Pires, director de la película

domingo, 5 de diciembre de 2010

Carancho, un filme estremecedor



Raúl San Miguel

Fotogramas y cartel del filme Carrancho, tomados de la Internet

Resulta difícil hacer un juicio prematuro de una película en un Festival que en su 32 edición ha demostrado que el Nuevo Cine Latinoamericano resulta imprescindible para la cinematografía mundial. Por supuesto, existen temas pendientes que aún controla la gran industria norteamericana. Específicamente me refiero al Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano, del cual el psicólogo Pablo Ramos, especialista del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) es un gran promotor y activista. Específicamente desde los primeros años de la cita-festival internacional en La Habana.

Pero no es de este tema que quisiera referirme en el comentario. Deseo abordar una película dirigida y producida por Pablo Trapero, “Carrancho”, a quien debemos seguir muy de cerca y las actuaciones del actor Ricardo Darín y Martina Gusmán. Sencillamente un filme estremecedor que aborda un pequeño y sórdido panorama de la sociedad argentina en la actualidad.

La película no deja margen a la improvisación. Cada fotograma está justificado por una carga dramática y conceptual lograda, incluso en el uso de técnicas audiovisuales propias del documental y la fotografía. Por supuesto, un excelente guión conduce la madeja en un hilo que lleva varias lecturas: la visual, la de la historia contada por sus personajes, la psicológica y, entre líneas (muy visibles) el entramado de una sociedad que permanece sumergida en los conflictos y traumas de un país que padece todos las consecuencias, casi endémicas, de las políticas de gobiernos que no han podido (o no han querido) resolver los grandes problemas que padece el pueblo argentino en la actualidad.

El actor Ricardo Darín es una carta de ganador en las manos de cualquier director osado. Ya lo hemos visto, en La Habana, en filmes como: “El secreto de tus ojos”, que le ganó la simpatía de los cubanos, después de que lo descubrimos en: “Nueve reinas”. ¿Pero qué decir de Martina Gusmán? Solo hay que verla en la pantalla para reconocer su potencialidad más allá de cualquier propuesta en el esquema de la historia cinematográfica y del personaje que interpreta. Dije historia y personaje. Nada más real y justo ocurrió, cuando está actriz teje, a partir de su propia subtrama, varios enlaces a cuestiones relacionadas con el endeble sistema de atención médica que no alcanza para cubrir las expectativas de una población mayoritariamente marginada, pero sobre todo en la fotografía que logra buscar planos atrevidos, no solo los close-up, sino en las escenas violentas, toda una carga que hace al espectador permanecer atrapado (con todos sus sentidos) hasta el punto de llevarlo al lugar exacto donde se encuentran los Carranchos.



¿Cuántas historias? Digamos que solo en Martina Gusmán, en su papel de la doctora que se droga y es involucrada con estos Carranchos que nos llevan hasta un entramado donde una Fundación de Seguro y la Policía demuestran la putrefacción de instituciones en las cuales sobreviven verdaderos delincuentes, vampiros de una sociedad que fenece en cualquier ciudad del sureño país.

Esta ha sido en mi juicio, una de las propuestas que deberá ser tenida en cuenta por el jurado de este Festival en el cual participan 122 filmes concursantes, de los 515 títulos presentados, son concursantes en la 32 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que se inició el pasado día 2 de diciembre y tendrá lugar, en La Habana, Cuba, hasta el 12 de este mes.
La cifra de los filmes en concurso contempla: 21 largometrajes de ficción, 23 medio y cortometrajes, 24 óperas primas, 26 documentales y 28 animados; asimismo, 25 guiones y 18 carteles, optan por los Corales del Festival.
Entre las películas de ficción se hallan, además de Carrancho, de Pablo Trapero; Habana Eva, de la venezolana Fina Torres; Casa vieja (imagen), de Lester Hamlet, así como José Martí: el ojo del canario, de Fernando Pérez.
Lucero (Alemania), de Hanna Schygulla, actriz devenida realizadora, y Aché (Cuba), de Eduardo del Llano, figuran entre medio y cortometrajes.
El apartado de óperas primas, contempla títulos, entre otros, tales como Del amor y otros demonios (Costa Rica-Colombia), de Hilda Hidalgo, y Afinidades (Cuba-España), de los también actores Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, aquí, ahora, en rol de realizadores en tiempo real.
El documental, género siempre atractivo, trajo a esta 32 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, entre otros, los siguientes títulos: Memoria cubana (Brasil-Cuba-Francia), de Alice de Andrade e Iván Nápoles, referido, éste, a la monumental obra que, durante treinta años, desarrolló el Noticiero ICAIC Latinoamericano, y En el cuerpo equivocado (Cuba), de Marilyn Solaya, el cual aborda el tema transexual.
Entre los animados en concurso, figuran interesantes títulos procedentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, México, Perú y Venezuela.
En general, los países más representados en esta edición del evento son Argentina, México y Cuba. Habiéndonos ceñido aquí a las obras en concurso, en próximas ediciones ampliaremos las informaciones sobre todo lo que acontecerá en el 32 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

En el fotograma, aparece Ricardo Darín junto a la extraordinaria actriz argentina Martina Gusmán, convincente y real. En otro junto a la actriz Ariadna Gil, en el filme: Baile, Victoria.

sábado, 4 de diciembre de 2010

La profecía

Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Existe una tendencia a definir al cubano como ateo irreversible que lo sentencian con la frase: “se acuerda de Santa Bárbara cuando truena”. Nada más lejos de la verdad. La propia idiosincrasia de los nacidos en la Mayor de las Antillas y la formación de una cultura integrada por dos fuertes corrientes ancestrales: la española y la africana, desmienten tan absurda definición. El cubano es un creyente religioso consciente y activo. Lo demuestra en su comportamiento cotidiano. Se refuerza en los valores éticos, morales y religiosos adquiridos y fundamentados durante todo el proceso de forja de una nación. Incluso, podemos aseverar que son menos los ateos en Cuba en comparación con los creyentes y los religiosos.
En lo particular, en estos últimos conceptos, prefiero separar ambos conceptos. Creyentes, son la mayoría y debemos agregar la diversidad de tendencias de acuerdo con los intereses personales y de grupos. Religiosos, aquellos que de manera cotidiana ejercen el culto a sus deidades, teniendo en cuenta la fe que profesan por determinada religión.
Pero el asunto es que los cubanos son creyentes todos los días. Chango y Santa Bárbara son la misma deidad y lo refuerzan con una adoración que lleva a vestir los colores-atributos de esta Santa u Oricha, de acuerdo con las versiones católica y yoruba: rojo y blanco. Así lo reafirma nuestro Poeta Nacional (Ibbaé) Nicolás Guillén en La canción del Bongó”.



“En esta tierra mulata, de africano y español (Santa Bárbara de un lado, del otro lado Changó), siempre falta algún abuelo, cuando no sobra algún Don y hay títulos de Castilla y parientes de Bondó: vale más callarse, amigos, y no menear la cuestión, porque venimos de lejos, y andamos de dos en dos. Aquí el que más fino sea, responde si llamo yo”.

Según la profecía en el tablero Ifá, el traslado de miles de negras y negros africanos desde el África hasta América se debió al castigo de los dioses. Sin embargo, los propios orischas que permitieron a sus adoradores convertirse en esclavos, también colonizaron las mentes y los cuerpos de los conquistadores, a través de la mezcla de las razas y las dos prominentes culturas. En este sentido recuerdo con los propios colonizadores españoles habían sido invadidos por las tradiciones y la cultura de los moros durante varios siglos.
Es un hecho indiscutible que la celebración del 4 de diciembre, Día de Santa Bárbara, atrae a la mayoría de los cubanos a pedir deseos a Changó o Santa Bárbara, como lo hacen en la víspera y durante la celebración del Día de San Lázaro o Babalú Ayé, para los religiosos yorubas, que es decir la mezcla de todos los cubanos en dos religiones y culturas: la católica y la africana.
Tanto es así que diciembre se convierte en un mes de profecías y premoniciones. Los cubanos se preparan para concluir el año (cada año) con una fe incuestionable. La misma que lanzó, a los cimarrones, a escurrirse en las montañas y convocar a sus dioses para la guerra, la misma que movió a los criollos blancos y mestizos descendientes de españoles a unirse para la guerra por la independencia de Cuba, la misma que (en los días del Ejército Rebelde, en la Sierra Maestra) hizo con los guerrilleros portaran, junto a sus armas, los resguardos religiosos, collares dedicados a sus santos e invocaran a sus egguns (muertos) para que les protegieran en el combate.
Incluso, en el Santuario del Cobre existen evidencias de las promesas realizadas y algunas se concretaron después del Triunfo de la Revolución en Enero de 1959. Separar la cuestión religiosa de la vida del cubano es prácticamente imposible. Quizá, pudiera atribuirse “tal olvido” de que Santa Bárbara o Changó existe, por la propia dinámica de nuestras vidas que nos hace ver las cosas de una manera más científica, digamos, para más realista en cuanto a la cognición del mundo. No obstante, la religión en Cuba es, finalmente, una mezcla que se observa en la asunción de los dioses de ambas corrientes religiosas: católica y yoruba como un simbiosis que nos identifica, nos une y se extiende hacia las relaciones con otros pueblos del mundo; donde también atienden a sus dioses (orischas y egguns) los Iyabos (ahijados blancos, europeos).
Decía el rito a Santa Bárbara o Chango inicia diciembre y entra en su clímax con la celebración de Babalú Ayé o SanLázaro. Después los babalaos se reúnen y hacen la profecía de cuáles serán los dioses que regirán el próximo año. Desde entonces comienza todo un proceso religioso que nos involucra a todos de alguna manera, de acuerdo con las predicciones para la salud, las relaciones interpersonales y laborales; pero sobre todo cómo se proyectará el nuevo año para todas las personas en el mundo. Tanta fe religiosa de un pueblo capaz de mantener su independencia y soberanía política no puede ser ocultada.
Los asuntos pendientes, para cada individuo, deben resolverse antes que termine el año. Es lógico. En el caso de los cubanos coincide que cerramos, casi, el 2010 con el análisis del Proyecto de Lineamientos de la Economía Cubana para salvar la Revolución y el Socialismo. También tenemos el fuerte compromiso de Cinco compatriotas, Héroes de la República de Cuba, que son mantenidos prisioneros en cárceles de los Estados Unidos por luchar contra los planes y acciones terroristas de grupos contrarrevolucionarios que, basificados en la Florida, han recibido el apoyo directo (logístico y financiero) de los servicios de inteligencia (CIA) y el propio gobierno de la Casa Blanca.
Este año, se le pide a la actual administración norteamericana, al Presidente, señor Barack Obama, el indulto incondicional de estos compatriotas que han demostrado el valor para defender a una nación con el riesgo de sus propias vidas. Lo hacemos teniendo en cuenta la innegable manifestación de fe religiosa de un hombre de origen afroamericano que tiene fuertes raíces, en el África, como las nuestras; pero que también posee un criterio católico como lo ha demostrado.
La mayoría de los cubanos, tanto los residentes en los Estados Unidos como otras partes del mundo, añoran la posibilidad de que se levante el bloqueo y se eliminen las presiones que ejercen las leyes extraterritoriales estadounidenses: Helms-Burton y Torricelly, para reiniciar el camino sobre un puente normal de cooperación y entendimiento. Esa ha sido una constante en nuestra fe religiosa y nuestra lucha. Ha sido una posición sistemática y consecuente del gobierno revolucionario de Cuba en relación con los Estados Unidos. Tenemos argumentos suficientes. Existen numerosas razones. Son muchos los muertos que nos exigen continuar hacia un futuro soberano económicamente e independiente en la proyección social y política.
Fueron muchos los que cayeron por este sueño que es esperanza de vida y que vivimos y defendemos. Solo basta evocar los tiempos difíciles de las luchas en la manigua. La caída de uno de los grandes patriotas, el Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales, junto a su ayudante el Capitán Francisco Gómez Toro (ambos Masones como Martí), otro de los grandes ejemplos de jóvenes como miles que cayeron en combate en Cuba o en misiones internacionalistas en naciones de África, como parte del compromiso raigal que nos une a ese continente. Evocamos a los miles de compatriotas que murieron asesinados, durante la dictadura de Fulgencio Batista, en las llamadas “Pascuas Sangrientas”.
Los cubanos tenemos razones para creer, porque es lo que nos da la fuerza para luchar y continuar. La profecía se cumplirá. Nuestros Cinco Héroes prisioneros regresarán como aseguró nuestro líder histórico el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. No porque sea el pensamiento de un hombre, sino por un concepto más profundo y que nos recuerda las palabras del Apóstol José Martí cuando aseguró que “Cuba no anda de pedigüeña por el mundo, sino de hermana”, y lo ha demostrado. Pero también en las palabras de Fidel: “Este pueblo se merece un lugar en la gloria, este pueblo se merece un lugar en la historia, este pueblo se merece la victoria”. Changó, guerrero, Santa Bárbara, protectora, nos acompaña todos los días en este empeño.

En la foto, tomada de la Internet, la Capilla a Santa Bárbara en el barrio Legüina, al lado de la Casa de Tataguines, Güines, La Habana.