martes, 7 de septiembre de 2010

La muerte de un soldado


Raúl San Miguel

Fotos e ilustraciones tomadas de la Internet

Quizá a muchos le sorprenderá el término soldado para definir al amigo y caricaturista que la muerte nos arranca de nuestras vidas en un trágico empeño por borrar de la memoria gráfica de Cuba, la continuidad del trabajo realizado por Tomás Rodríguez Zayas, calificado como uno de los más relevantes humoristas y agrego: luchador por la Paz que haya conocido el mundo.
Certero, clarificado y seguro, este excepcional soldado de la opinión gráfica, fustigó y denunció la barbarie imperialista con argumentos capaces de convencer más allá de los idiomas e incluso de las diferencias sociales establecidas por años de agresiones mediáticas y seudoarte y comunicación contra Cuba.
Nadie, ni siquiera los enemigos jurados de la Revolución cubana tuvieron argumentos para cuestionarle. Tampoco se le vio, entre los que tuvimos el privilegio de conocerle, perder su sonrisa, su palabra y su arte queda como un legado para las nuevas generaciones de humoristas cubanos.
Ha muerto Tomy. No disfrazaré las palabras que escribo. Confieso el dolor infinito que provoca esta pérdida y la comparo, sin medir las distancias, ni el tiempo.

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