jueves, 24 de junio de 2010

El misterio de las mujeres de piedra





El misterio de las mujeres de piedra

Por RAÚL SAN MIGUEL
Fotos: ROLY MONTALVÁN

La Cueva de El Águila aún es una incógnita en el macizo de las Escaleras. La conservación de las esculturas en la roca despiertan el interés acerca de una artista fallecida en trágicas circunstancias

El motivo de la muerte de Ana Mendieta es todavía un misterio. Nadie puede explicar el por qué la artista plástica cubano-americana cayó desde un rascacielos en los Estados Unidos, país al que fue llevada durante la tenebrosa operación de la CIA denominada Peter Pan.
Sin embargo, varios años después de la tragedia la obra artística de Ana Mendieta vuelve a ocupar el interés de estudiosos y especialistas estadounidenses y europeos. Incluso algunos han visitado el lugar donde realizó las singulares esculturas en la roca que guarda celosamente el macizo montañoso, ubicado en el parque turístico Escaleras de Jaruco.
Cuentan los lugareños que las primeras "expediciones" de extranjeros a la zona donde se encuentra el trabajo de la artista corroboró la autenticidad de las esculturas fotografiadas por Ana y guardadas entre sus pertenencias como un legado imperecedero, acerca de su diálogo con la naturaleza para "encontrar" la figura de la mujer entre las sinuosas y caprichosas grietas de formación coralina.
Estas primeras visitas despertaron la leyenda referida a una persona silenciosa, menuda, que salía al amanecer y caminaba hasta las grutas al pie de la montaña. Alguien que solía compartir los escasos momentos de ocio con algunos de los trabajadores del hotel Escaleras de Jaruco. La muchacha que regresaba al atardecer, antes de la puesta del Sol, y se retiraba a la habitación 108 para sumergirse entre los imaginarios bocetos de una nueva visión, sobre las huellas antiguas del mar, en el filoso arrecife.
Elia Díaz Llanes, trabajadora del hotel, la recuerda muy bien. Tanto que no puede esconder un sentimiento de pena hacia la desaparecida artista cubano-americana.
"No sé cómo pudo ocurrir su muerte. Esa muchacha tenía el don de despertar simpatía entre los que la rodeaban o conocían, una especie de cariño inevitable y espontáneo a pesar de su escaso hablar. Solo había que mirar dentro de sus ojos", recuerda.
-¿Cómo usted la conoció?
-Cuando venía a Cuba se hospedaba en nuestro hotel. Desde aquí salía cada mañana para hacer sus esculturas. Incluso nos mostró aquellas figuras de mujeres que moldeaba en la piedra con el cincel y el martillo. Decía que estaban dentro de la rocas, Después utilizaba tintas negras y verdes para reforzar sus contornos. Parecían dibujos realizados por hombres primitivos, pero resultaban interesantes cuando ella explicaba su esencia.
-¿...?
-Sí, la belleza y el misterio en el cuerpo de la mujer. La fertilidad y la maternidad. Allí se observaban los senos, el vientre, la vagina. Incluso hay una estalactita que semeja un órgano reproductor femenino sobre el cual gotea el agua que filtra desde arriba.

"Si te acercas puedes ver que se mantiene lleno y chorrea, suavemente, por sus bordes."
-¿Pero algunos dicen que tiene forma órgano reproductor masculino?
-No lo creo, aunque cada cual tiene su punto de vista sobre la temática de Ana. Sin embargo, ella solo hacía figuras de mujer. Al menos solo nos enseñó sus tallas del cuerpo femenino. No puedo afirmar otra cosa.
-¿Conoces otros lugares del parque donde se encuentren obras de Ana?
-Sé que existen. También se habla acerca de un lugar llamado "La cueva del Águila". Nunca lo he visto. Tampoco la gente de aquí lo conoce por ese nombre. Quizás alguien pueda aclarar, algún día, donde se encuentra... Considero que el primer esfuerzo debe ser la voluntad por rescatar este lugar y ponerlo a la disposición de turistas y visitantes nacionales.
ANA EN LA CIUDAD CONDAL
El profesor de artes plásticas Victor Llerena considera que la escultora cubano-americana debe ser motivo de inspiración para quienes inician el camino de moldear la materia. Incluso asegura que es necesario preservar la riqueza ecológica del lugar, donde aún se observa la obra de Ana y convertirlo en referencia por su valor artístico. También realizar visitas dirigidas en función de los estudiantes de artes plásticas de Jaruco y de la provincia.
- Profesor, ¿conoce la cueva del Águila?
-La mencionan, sobre todo una estadounidense que, se supone, escribe un libro relacionado con la vida de Ana. Pero en realidad poco se sabe de lo que está por ver de su obra en las grutas de las Escaleras de Jaruco.
-¿Por qué?
-Ella fue una mujer cautivada por la naturaleza de este territorio. Lamento que no se haga mucho para ubicar todo ese patrimonio escultórico que se encuentra en esta zona, además de la belleza del paisaje, debe incluirse como monumento por su valor histórico. En este lugar se refugió y murió el general Aguirre, uno de los combatientes de la guerra de independencia contra España.
-¿Dónde escuchó hablar de Ana Mendieta por primera vez?
-Me han dicho que ella estuvo muy vinculada a instructores de arte y artistas de la plástica de la Casa de Cultura municipal. Se trataba de una amistad que desapareció con su muerte. Es lógico. Dicen que Ana regresó y murió en los Estados Unidos, donde vivía desde que fue llevada de Cuba en la Operación Peter Pan. Nada se supo después. Nada hasta el día que vinieron unos turistas estadounidenses preguntando por el sitio donde se encuentran las esculturas.
"Imagino que el lugar conocido por la Cueva del Águila existe. Tenemos referencias sobre información que se guarda acerca de Ana, en el Centro de Artes Plásticas Wilfredo Lam, en la capital. Pero, en aquel lugar, se conoce poco o casi nada en relación con la obra escultórica que dejó en las Escaleras de Jaruco."
Gerardo Castro, administrador del hotel, corrobora lo dicho en relación con las perspectivas de preservar el lugar como un sitio de interés turístico. Incluso acepta acompañarnos como guía en medio de la maleza exuberante a causa de las recientes lluvias. Mientras aparta con sus manos la hierba, expone criterios sobre la conversión del sitio en una razón de estudio para académicos y artistas que precisan el contacto con el medio ambiente.
Recuerda que él se encargó de llevar a los visitantes y no esperó escuchar tantos asombros, ni elogios acerca de las imágenes que se delineaban en la roca.
"Sé que la artista dormía y prefería la habitación 108 del Hotel por las referencias de trabajadores que la conocieron", aclara.
-¿Considera que este hallazgo pueda ayudar al rescate del parque?
-Tal vez. En realidad estas esculturas resultan interesantes, pero el rescate del parque exige una inversión que implicaría restaurar las carreteras de acceso y algunas instalaciones, fundamentalmente el Hotel, un lugar con un mirador excelente y las condiciones ambientales imprescindibles para cualquier destino turístico que busque el contacto con la naturaleza.

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