
Raúl San Miguel
Fotos: Tomadas de la Internet
Cualquier cosa se puede esperar. En el mercado todo se vende y nada se parece más a la historia del Fausto que ofrecer hasta el aliento de Lucifer para lograr ingresos a costa de los sueños de millones de personas en todo el mundo. Solo que el morbo es cada más cercano a la concepción publicitaria y consumista del producto en venta; y lo peor, atrapa a sus víctimas con el consentimiento silencioso e impúdico de quienes miramos desde la enajenación en la cual se nos sume cuando se trata de vender. Esta filosofía motivó la muestra de Carine Roitfeld, editora del Vogue francés, quien decidió adjuntar niñas de unos 8 años y las maquilló y peinó como a top models.

Según se refiere, las vistió con modelos de alta costura y las hizo posar como cualquier objeto colocado en un escaparate del mercado. Sin embargo, en las miradas, estas niñas no muestran el atractivo natural de la inocencia, sino todo lo contrario. No existe.
Los artículos más vendidos en el mercado pudieran ser las armas y la filosofía absurda de cientos de seriales y filmes de violencia que demuestran cómo usarlas…, contra nosotros, en cualquier parte… El segundo producto sería la mujer y como esta vez, no se tuvo en cuenta la edad. La guerra está de moda y como en las pasarelas de Vogue, también los niños y niñas-víctimas forman parte de la oferta.

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