miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Estamos tan solos?



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de Cubadebate

Desde la creación de Dolly, la oveja clonada, el mundo científico comenzó (públicamente) a demostrar la posibilidad de que el hombre puede crear “vida artificial”. Antes se habían escrito muchísimas páginas que demuestran esta posibilidad. Incluso, algunos relatos del conocido género ciencia ficción y filmes vislumbraban este propósito y en el cual se advertía cuestiones éticas relacionadas con las consecuencias que pudiera generar la construcción de robots similares a los seres humanos en su aspecto físico exterior y modificados (de acuerdo con los requisitos del propietario de la máquina) en su comportamiento humanoide.

No pretendo discurrir, en el tema, a partir de una posición moralista que se opone a las posibilidades de esta “creación” si los propósitos se limitan a resolver “espacios” que requieren completar seres humanos que necesitan la compañía de una máquina capaz de entregarles lo que otros semejantes les han negado desde el punto de vista afectivo o, sencillamente, de comunicación.

Leo el reporte que publica Cubadebate y en el cual asegura que el profesor danés de la Universidad de Aalborg, Henrik Scharfe, ha construido un robot muy particular. Geminoid DK que es, por demás, un clon de su creador y cuya semejanza resulta sorprendente. Tanto en la apariencia física como en los gestos. El androide tiene similitudes muy claras con un ser humano.

En este caso se explica que el androide Geminoid DK tiene el propósito de mostrar que los robots también pueden detectar sensaciones, llegando a ser además muy expresivos. Aunque también asegura que Geminoid DK, surge como un proyecto inspirado en la serie de robots iniciada por el científico japonés Hiroshi Ishiguro. En este último proyecto destacan los gestos del androide, al cerrar los ojos cuidadosamente, como si tuviera sueño. Aunque otros movimientos sean más bruscos y delaten a la máquina, es interesante observar estos parecidos con las personas.

Dejando aparte la curiosidad que suscita esta rama de la ciencia, la robótica tiene utilidades importantes, aunque quede un largo camino por recorrer. Si nos centramos en lo que existe actualmente hay casos como el del escarabajo-cyborg, que ayuda en las tareas de rescate en situaciones catastróficas. Por supuesto, sin mencionar otros que tienen un propósito vinculado a cuestiones bélicas como los “insectos cyborg” desarrollados por corporaciones que desarrollan tecnologías de avanzada para los servicios de espionaje en el Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos.



En el artículo que publica Cubadebate y tomado de Read Write Web en Español, se expresa que el intento de imitar a los seres humanos a través de circuitos eléctricos y tecnología tampoco es nuevo. Existen muchos casos de robots con capacidad para realizar algunas funciones que llevan a cabo las personas. Sin embargo, la exactitud de Geminoid DK en cuanto a apariencia física y su expresividad constituyen un detalle a tener en cuenta para futuros proyectos.



Espero que estos proyectos se vinculen a propósitos más humanos. No puede detenerse lo que es una consecuencia de la sabiduría o los errores inherentes a la esencia que nos define como seres humanos. En un mundo donde mueren millones de personas por falta de atención médica, alimentos (que son convertidos en combustibles para automóviles), escasea, aumentan las enfermedades, surgen pandemias y continúan las guerras imperiales por el control de los recursos naturales como el petróleo y el agua, debemos pensar más en nuestros semejantes, en los millones que son los más pobres del planeta.



No obstante, espero que tal adelanto en la robótica no incluya la creación de soldados androides, un viejo sueño de los señores de la guerra. Aunque, por supuesto, eso ya lo tienen pensado.

Aviones no tripulados como el de la foto, son enviados a bombardear en zonas pobladas y han creado la muerte y el horror.

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