El nuevo “héroe” de El Paso

Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Supongo que al nuevo “héroe” de El Paso, además de habérsele concedido liberarlo de sus cargos criminales por terrorista, el gobierno de los Estados Unidos tenga previsto que la afirmación de Luis Clemente Posada Carriles demuestra la continuidad de las acciones violentas contra el pueblo de Cuba. Al preguntársele por sus planes, al salir libre de cargos, respondió: “Bueno, mi camino no se ha terminado todavía. La lucha ha cambiado pero sigue siendo la lucha”.

Tal afirmación no deja dudas de su posición a seguir. Si bien es cierto que la “lucha a cambiado” hacia dimensiones sofisticadas _como la guerra en el ciberespacio y los ataques mediáticos contra Cuba_, no se excluye el programa de sabotajes con bombas en instalaciones turísticas de nuestro país o el derribo de aeronaves de pasajeros. “sigue siendo la lucha”, sentenció el terrorista Posada Carriles y sus palabras deben tenerse en cuenta; a pesar de la decisión del jurado.

Por supuesto, ya quedó resuelto el principal problema de este juicio para el gobierno de los Estados Unidos. Si el jurado hubiese defendido los cargos imputados y la condena, Washington tuviese que continuar la siguiente etapa del proceso judicial y atender al reclamo de extradición de Cuba y Venezuela, en correspondencia con la causa por el criminal sabotaje al avión de cubana el 6 de octubre de 1976, sobre las costas de Barbados y el intento de magnicidio que fuera denunciado por el propio Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, y en el cual se atentaría contra su persona durante su presencia en el Paraninfo de la Universidad de Panamá. Se había previsto colocar suficiente explosivo como para hacer volar prácticamente todo el lugar en el cual se previó la asistencia de cientos de personas como ocurría en las visitas de Fidel a las naciones del Sur.

Sin embargo, la justicia norteamericana ha sentado un nuevo precedente en los anales de su historia. Después de El Paso, ya nada será igual. El propio Posada Carriles demostró la vulnerabilidad del sistema judicial norteamericano y las implicaciones directas con los servicios de inteligencia de ese país. Evocar hechos como los atentados al canciller chileno Orlando Letelier, en pleno territorio norteamericano, o el ataque criminal del 11 de septiembre contra el World Trade Center, convierten a los Estados Unidos en un lugar especial para los terroristas. La presencia de campamentos de entrenamiento para mercenarios en la Florida y la autorización de vuelos con destino francamente hostil hacia territorios soberanos (léase acciones de la Fundación Nacional Cubano Americana y Comandos F-4) así lo demuestran.