sábado, 9 de abril de 2011

Posada Carriles reta a Estados Unidos y gana juicio



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de El Nuevo Herald

Nadie podrá culpar al jurado de El Paso en el juicio contra el terrorista Luis Clemente Posada Carriles. Las siete mujeres y cinco hombres que deliberaron y resolvieron dejarlo libre de los cargos imputados no tendrán más que su conciencia para saber el motivo de tal decisión. Por supuesto, es evidente la manipulación con los “hombres del gobierno” de los Estados Unidos que deben haber instruido a tales personas para explicarles cómo debían actuar para dejar sin efectos los 11 cargos de mentir a funcionarios de inmigración y la participación en atentados con bombas en Cuba en 1997, así como la forma en que arribó a este país en el 2005.

El terrorista Posada Carriles retó al gobierno de Estados Unidos, en más de una ocasión durante el seguimiento de este amañado proceso judicial. Lo hizo confiado de que no sería juzgado y así lo advirtió. Incluso, cuando la situación “tensaba la cuerda en derredor de su cuello (coincidente con el traspaso de poderes entre el saliente presidente George W. Bush y el entrante: Barack Obama) volvió a pronunciarse. Por supuesto, tiene mucho que decir en cuanto a datos tan oscuros de las acciones de Washington, en tantos crímenes terroristas que harían parecer un almacén de juguetes de peluche, a la renombrada Área 51.

Por supuesto la jueza Kathleen Cardone leyó el veredicto unánime de “no culpable”, y debe haberse sentido tranquila al poder salir a tomar el aire y disfrutar, esa noche de un buen restaurante, o pensar en unas vacaciones. Todo salió bien. Posada quedó libre y el gobierno tranquilo, mientras el criminal Posada Carriles y sus tres abogados se fusionaban en un apretado abrazo de varios segundos. Aseguran que los fiscales permanecieron impávidos en sus sillas.

El terrorista, en rueda de prensa, se mostró agradecido con Estados Unidos, el jurado y sus abogados. También manifestó que el veredicto debe de servir como ejemplo de justicia en Cuba. Una vez más la Casa Blanca deja fisuras incontenibles en el sistema de justicia del país. Los hombres del gobierno hicieron su trabajo. Los congresistas Lincoln Diaz-Balart e Ileana Ross, están de fiesta. El propio Posada declaro: “Me siento feliz. Estoy sumamente agradecido con los Estados Unidos de Norteamérica, con la atención, con la justicia que me ha juzgado, con el jurado que encontró la absolución y que lo que ha pasado sirva de ejemplo para la justicia de mi país, Cuba, que está, desafortunadamente, en manos de un dictador”.

El veredicto fue una sorpresa para muchos observadores que esperaban que el jurado deliberara varios días y encontrara a Posada culpable de al menos algunos cargos. Nadie había previsto la absolución total de todos los cargos por perjurio, fraude y obstrucción. Nadie que no tuviera en cuenta que el juicio contra el autor del atentado contra el avión de cubana el 6 de octubre de 1976, sobre las costas de Barbados, representa los intereses de la CIA de los Estados Unidos.

Testigos aseguran que los jurados rehusaron hablar con los reporteros y abandonaron la corte por una puerta trasera. No podían hacerlo de otra manera. Están condenados por ellos mismos. Supongo, que algún día, no lejano colocarán sobre la palestra pública la verdad en relación con sus repudiables actitudes, si no mueren antes por causas desconocidas como les ocurre a quienes participan en los asuntos oscuros relacionados con los servicios de inteligencia norteamericanos y la mafia cubano-americana. El propio Posada Carriles ha demostrado su capacidad de acción con palabras y bombas a quienes se le oponen en territorio norteamericano.


FRAGMENTO DEL ORIGINAL PUBLICADO POR EL NUEVO HERALD

Así lo reflejo el diario miamense:

“Fue un rechazo total del caso del gobierno después de semanas de juicio, más de 20 testigos y cientos de pruebas de cargo”, declaró Arturo V. Hernández, el principal abogado de Posada. “Y este jurado dio un veredicto de no culpable en menos de 120 minutos. No puedo acordarme de ningún otro caso que cumpla con el mismo criterio”.
Hernández agregó que Posada regresaría a Miami junto con su familia en unos días.
La absolución marcó la culminación de un juicio lento que duró 13 semanas y contó con 33 testigos de la fiscalía y la defensa. Igualmente cierra un capítulo en la larga odisea legal de Posada en Estados Unidos.

Desde que Posada fue detenido por agentes de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) en Miami el 17 de mayo del 2005, los esfuerzos federales por condenarlo han fracasado. En un proceso anterior, un juez de inmigración en El Paso ordenó que fuera deportado a cualquier país con excepción de Cuba y Venezuela. Pero ninguna nación ha mostrado voluntad de aceptarlo.

A principios del 2007, Posada fue encausado por fraude de naturalización. Se le acusaba de mentir acerca de cómo entró en el país. Cardone desestimó el veredicto, argumentando que Posada había sido atrapado por las autoridades federales durante su entrevista de ciudadanía.

Una corte de apelaciones restauró la acusación y el gobierno federal agregó en el 2009 los cargos de perjurio relacionados con los atentados de Cuba. Ahora ese esfuerzo ha fracasado también.

“Yo creo que esto no ha sido una victoria para mí y mis abogados que me han defendido con tesón’’, dijo Posada en la rueda de prensa. “Sino para mi pueblo también”.

Al preguntársele por sus planes, respondió: “Bueno, mi camino no se ha terminado todavía. La lucha ha cambiado pero sigue siendo la lucha”.

Los miembros del jurado comenzaron a deliberar el viernes antes de las 9 a.m. A las 11:57 a.m. anunciaron a Cardone que ya tenían el veredicto. Puesto que todavía pesa en su contra una orden de deportación, pudiera ser obligado a reportarse periódicamente a una oficina de inmigración.

Hernández exhortó a las autoridades federales a desechar todas las investigaciones y posible casos futuros contra Posada.

“Ya es hora de que el gobierno deje de perseguir al señor Luis Posada Carriles”, dijo Hernández. “Dejen en paz a mi cliente”.

En la Casa Blanca también se apagaron las luces. Una vez más, en nombre del gobierno norteamericano, se logra dejar libre a un terrorista.

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