“Hoy existe un riesgo inminente de guerra con
empleo de ese tipo de armas y no albergo la menor duda de que un ataque de
Estados Unidos e Israel contra la República Islámica de Irán, se tornaría,
inevitablemente, en un conflicto nuclear global”. Fidel Castro Ruz
Octubre 15 de 2010
Octubre 15 de 2010
Fotos tomadas de la Internet
No es la
primera vez que una información de este tipo se publica en medios digitales de
información y se multiplica en las redes sociales del ciberespacio y, en mi
consideración, sin las aclaraciones correspondientes. Resulta que de la forma
más inocente, en medio de una guerra mediática ciberespacial y donde la
ofensiva es determinada por los controladores de las plataformas
ciberespaciales, le hacemos el juego a la campaña de propaganda imperialista,
en este caso con un marcado acento en el “logro” de una compañía israelí,
la Urban Aeronautics, al exhibir y
anunciar las exitosas pruebas realizadas a su avión no tripulado (AirMule), con
despegue y aterrizaje verticales.
Los
fabricantes aseguran que el vehículo emite un menor ruido que los helicópteros,
de esta forma se sobreentiende que uno de sus objetivos posibilita sorprender a
quienes realizan la resistencia popular (la mayoría del pueblo palestino) en las
poblaciones sometidas por Israel. Argumentan que la velocidad y capacidades
técnicas del aparato (no me interesa repetirlas) lo convierten en un depredador
más como todos los drones construidos hasta la fecha.
De hecho, el
ejército sionista se prepara con el propósito de robotizar medios y efectivos
militares al igual que las principales potencias del mundo, específicamente
Estados Unidos. ¿Con qué objetivo? ¿La defensa del país o una manera de arrasar
los territorios ocupados sin exponer a sus soldados?
En realidad se
alistan con el proyecto de insertarse en la cruzada armamentista imperial. Tel Aviv posee tantas armas nucleares que
podría llevar un invierno letal a toda la región. Sin embargo, Washington ni
siquiera hace mención a este arsenal. Para los Estados Unidos, Israel, es
prácticamente un drone. Solo que su capacidad de respuesta bélica puede
resultar incontrolable por la Casa Blanca y tardía en el peor de los casos.
A este paso,
en la terminología de guerra, muy pronto podría cambiarse la palabra daño
colateral y recomponerla con un nuevo significado que justifique las acciones
ofensivas, contra la vida de los humanos, realizadas por cualquier inteligencia
artificial, sin “permiso” de sus controladores. Sobre todo porque no podrían
ser juzgados los robots y androides militares frente a ningún tribunal de
guerra, en caso de ser capturados.
Mucho peor,
el desarrollo de las armas inteligentes ha desencadenado una fiebre competitiva
(en las naciones imperialistas) donde, casi todas sus industrias (sin excluir
el cine y los fabricantes de video-juegos) utilizan los resultados de las
instalaciones científicas _adjuntas al Complejo Militar Industrial de Estados
Unidos_, para concebir proyectos avanzados que incluye diminutos robots espías,
exploradores, trajes especiales (casi futuristas), antibalas, capaces de
proteger de la onda expansiva, el fuego, adherirse a superficies verticales y
escalar sin apoyo de aditamentos, todo un arsenal donde se combinan lo humano y
el androide para dotarlos de fuerza y habilidades como en los “superhéroes” de
sus filmes y comics.
Todo ello
aparejado a la guerra que se desarrolla en el ciberespacio bajo el control de
las plataformas donde Twitter, Google, Facebook, entre otras, como elaboran
nuevas herramientas de “servicio” para esclavizar las mentes y, en
consecuencia, determinar las posibles acciones de millones de internautas donde
quiera que estén. Por supuesto, sin hacer mención al mercado negro (donde se
venden billones de dólares en armamentos que incluyen misiles dotados de cargas
no convencionales y tecnologías) que son utilizadas por ejércitos, fuerzas
paramilitares, mercenarios, terroristas y narcotraficantes.
En la foto, reunión del presidente Barack con los principales directivos de las plataformas ciberespaciales.
Estos
reportes de exitosas armas para intervenciones militares imperialistas, nos
llevan a vivir una “vida” virtual, enajenados, sumergidos en el vertiginoso
torrente de las redes sociales, mientras nos sacan de la vida real.
Los
video-juegos y otros medios han logrado, durante años, establecer un patrón de
conducta violento (por décadas) en generaciones de seres humanos que,
actualmente, asumen su papel de actores y/o espectadores pasivos (los llamados
nativos de la ciberinformática) frente a los exiguos despachos televisivos
noticiosos poblados de imágenes de muerte y, en su defecto, “noticias” banales
sobre la vida de la monarquía, los nuevos y los viejos ricos, el mercado provisto
de toda información letal y de consumo casi obligado (para creyentes o ateos)
entre los llamados migrantes de la ciberinformática (los no considerados
nativos).
Todo esto,
aunque el efecto subversivo es globalizar a todos: migrantes y nativos
(especialmente, se observa este ejemplo, en los departamentos dispuestos para
la venta de la tecnología impuesta como condición imprescindible en la vida
moderna) resulta tan cambiante, en su velocidad de obsolescencia, que ya no
sorprende la incompatibilidad de cualquier aditamento empleado (hadware o
software) en función de obtener información o comunicarnos con otros seres
humanos. Además de ser espiados y controlados.
Por ejemplo,
con el uso de bombas llamadas inteligentes y de una precisión casi milimétrica
con respecto a los targets, han sido víctimas decenas de personas en todo el
mundo, específicamente líderes palestinos. Un reciente reporte del Washington Post,
asegura que la CIA
participó en asesinato de líderes guerrilleros colombianos. Téngase en cuenta
que la participación de los servicios de inteligencia en Colombia están
vinculados desde hace más de 20 años en el llamado Plan Colombia.
Esto devela el Washington Post como si fuera una novedad noticiosa. Sin embargo, su impacto ha sacudido a buena parte del mundo, sobre todo cuando la FARC-EP busca un diálogo con el gobierno de Bogotá:
Esto devela el Washington Post como si fuera una novedad noticiosa. Sin embargo, su impacto ha sacudido a buena parte del mundo, sobre todo cuando la FARC-EP busca un diálogo con el gobierno de Bogotá:
“Un
programa encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas
en inglés) ayudó a militares colombianos a asesinar a líderes de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante los años recientes, en un
programa de asistencia clandestina que también incluyó espionaje de la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA) y fuerzas especiales estadunidenses, con autorización de, primero, el presidente George W. Bush a
principios de este siglo y continuada en la presidencia de Barack Obama, según
reporta el Washington Post.
El programa en Colombia es parte de un número selecto de iniciativas de inteligencia de Estados Unidos hasta ahora desconocidas por la opinión pública, ubicadas en países donde cárteles de la droga han generado inestabilidad, incluido México, reporta el rotativo. De hecho, la asistencia de inteligencia estadunidense a México es la más grande fuera de Afganistán, algo reportado anteriormente por el Post.
El programa en Colombia es parte de un número selecto de iniciativas de inteligencia de Estados Unidos hasta ahora desconocidas por la opinión pública, ubicadas en países donde cárteles de la droga han generado inestabilidad, incluido México, reporta el rotativo. De hecho, la asistencia de inteligencia estadunidense a México es la más grande fuera de Afganistán, algo reportado anteriormente por el Post.
Foto que muestra ataque con bomba inteligente en Colombia.
El
exministro de Defensa colombiano Gabriel Silva confirmó este lunes, a la
emisora Caracol Radio, la participación
activa de la CIA y la inteligencia norteamericana en las operaciones que dieron
muerte a los líderes guerrilleros Raúl Reyes, Alfonso Cano y Jorge Briceño,
destaca un despacho de Prensa Latina.
En su extenso reportaje de investigación basado en entrevistas con más de 30 oficiales activos y jubilados de Estados Unidos y Colombia, la periodista Dana Priest, del Washington Post, informa que el amplio programa clandestino, y hasta ahora desconocido, se financia con un presupuesto secreto que no es parte delPlan Colombia y otorga dos servicios claves en la guerra contra las FARC y el Ejército de Liberación Nacional: inteligencia en tiempo real para ubicar y cazar a líderes rebeldes y, desde 2006, un arma efectiva para matarlos: una tecnología de GPS que convierte una bomba de gravedad de 500 libras en una bomba inteligente guiada con gran precisión para matar a un individuo si se saben las coordenadas de su ubicación, sin importar que esté en la selva”.
Estas son las cuestiones que, en medio de la batalla
ideológica, como advirtiera el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante
en Jefe, Fidel Castro, se deben explicar. En un mundo globalizado de constante
amenaza y agresión imperialista, la
fuerza de las ideas es un arma indispensable. Precisamente en esta fortaleza
Cuba se ha convertido en un bastión contra la política hostil del gobierno de
Estados Unidos.
El señor Kerry, un secretario de estado convertido en embajador de la muerte.
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