Y te haré
reír, con mi presencia en el último instante de los tiempos,
y arrullaré tu cuerpo, dormido
Y lo protegeré del silencio en que se esconde
Y lo mostraré al mundo (…) RSM
y arrullaré tu cuerpo, dormido
Y lo protegeré del silencio en que se esconde
Y lo mostraré al mundo (…) RSM
Fotos tomadas de la Internet
Las imágenes
tienen el efecto de la metralla, se dispersan por doquier, no importa si estoy
en otra geografía, apenas puedo mirar a los ojos de la pequeña Camila, sin
poder detener todo el dolor que me abraza, la impotencia de ser humano en un
mundo cada vez más distante de la evolución de nuestra especie.
Toco sus
manitas…cálidas, las retengo, quiero retenerla toda y que espante el dolor
incontenido, la impotencia por la afrenta del silencio de la ONU y todas las
confabulaciones para no detener, de una vez, el genocidio de Tel Aviv contra el pueblo de Palestina.
No creo que
exista mayor amenaza en el mundo que observar cómo exterminan a un pueblo por
reclamar su derecho a existir, a ser independiente.
Leí en el
sitio digital Cubadebate que la israelí Ayelet Shaked, miembro del Parlamento, “mujer”
conocida en los círculos políticos de su país, abogó por la muerte de las
madres de los “terroristas palestinos” porque -dijo- dan a luz a “pequeñas
serpientes”.
Así continúa
el texto:
“Tienen
que morir y sus casas deben ser demolidas. Ellos son nuestros enemigos y
nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a
las madres de los terroristas fallecidos”, escribió en su página en FacebookAyaletShakedok diputada del partido
ultranacionalista Hogar Judío.
Sus
declaraciones han desatado una gran polémica en la sociedad, pues muchos las
perciben como un llamamiento al genocidio al declarar que todos los palestinos
son terroristas y por eso son los enemigos de Israel y deben morir.
“Detrás
de cada terrorista hay decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podría
atentar. Ahora todos son combatientes enemigos, y su sangre caerá sobre sus
cabezas. Incluso las madres de los mártires, que los envían al infierno con
flores y besos. Nada sería más justo que siguieran sus pasos”, publicó la
política el pasado 7 de julio.
Referiéndose
a las mujeres palestinas Shaked señaló: “Deberían desaparecer junto a sus
hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más
pequeñas serpientes”.
En
respuesta a las declaraciones de Shaked, el primer ministro turco dijo que
la política de Israel en Gaza no se difiere de la mentalidad de Hitler. “Una mujer israelí dijo que las
madres palestinas también deberían ser asesinados. Y ella es un miembro del
parlamento israelí. ¿Cuál es la diferencia entre esta mentalidad y la de
Hitler?”, se preguntó Erdogan.
(Tomado
de Russia Today)
¿Quiénes son las serpientes? ¿Cómo permanecer o soportar el silencio de los gobiernos en la ONU y su obsoleto Consejo de Seguridad, mientras se extermina un pueblo?
Nunca
dejes de caminar por esas calles que son nuestras
Aunque las cubran de odio, de miedo, de sangre de los nuestros,
De los que aman y luchan.
Aunque las cubran de odio, de miedo, de sangre de los nuestros,
De los que aman y luchan.
Nunca dejes por decir la palabra que se espera
Ni hagas morir la idea que despierta
Somos más los que andamos esas calles
En los carteles, en las banderas,
en los rostros de nuestros hermanos desaparecidos,
asesinados, (..)
No hay olvido.
No hay olvido.
Nunca dejes de creer en lo que sientes, cuando muestras/
En tus manos la semilla que germina,
En otras manos, mis manos... (RSM)
Nada me
sorprende
Son
tiempos de cambios/
de
disfraces y máscaras
bajo
los mismos rostros: agrestes, apócrifos
se
intercambian/
en la oscuridad
sus
extrañas,
el
dolor ajeno,
en
el fuego hipócrita de sus alabanzas.
Son
tiempos de cambios
en
los cuales resulta fácil morir de una palabra: mal intencionada.
Son
tiempos de cambios
De
quienes buscan en sus miserias
no
en la tierra, para labrarla,
ni
en la memoria de sus plantas,
sino
en sus excretas para expoliar
Y
preguntan, cuestionan
Cuestionan
y preguntan
Ajenos
a su huero ejemplo
hieren
con la insolente calma
Odian
por el derecho del otro,
A
la vida que les espanta.
Son
tiempos de cambios,
Y
los enemigos de siempre, intercambian sus máscaras
Y
esgrimen bajo el rostro de la desconfianza.
confunden,
alientan,
al
confundir matan.
Apuestan,
apestan, atenebran
Son
tiempos de cambios
Donde
se puede morir
por
el disparo de una palabra.
Al fin de la
batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras; te amo tanto!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil
clamando: "¡Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver, triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras; te amo tanto!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil
clamando: "¡Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver, triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.
Cesar
Vallejo (1971)
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