lunes, 21 de junio de 2010

Un duende en el reino de las orquídeas









Entrevista con el pintor cubano y naturalista Jorge Duporté

Por RAÚL SAN MIGUEL

El aroma exuberante de la vegetación corre sobre un vientecillo fresco que juguetea por todos los rincones de la habitación. Es casi mediodía y los latidos acompasados, pero casi imperceptibles de la naturaleza pueden advertirse en el parque ecológico y reserva natural de la biosfera Las Terrazas donde tiene su vivienda el duende de las orquídeas; un artista de la plástica vinculado a una de las especies más exóticas de la flora mundial.
Sentado y con una sonrisa que alterna en su rostro, generalmente, meditativo el pintor Jorge Pérez Duporté ha develado algunos de los misterios de las orquídeas en el reino de este mundo.
Conocerlo, siendo un periodista joven, en el Fondo de Bienes Culturales en el corazón de la Habana colonial me obliga a plantear la primera interrogante. En su respuesta aún está fresco cada sitio de la ciudad; pero su primera evocación es la entrada a esta comunidad ecológica, ubicada en Artemisa, muy próxima al territorio pinareño. No puede olvidar fue un día 7 de octubre y cumplía años. "me resultó como un regalo que me hice. Desde entonces no he podido salir de aquí, estoy como atrapado", agrega y sé que hace referencia a uno de nuestros últimos encuentros después de ser presentados por la escritora Natalia Bolívar quien aseguró en relación con la grandeza y sensibilidad espiritual de este artista vinculado a la investigación científica en el Jardín Botánico Nacional: "No pierdas de vista su trabajo porque trascenderá", había dicho la etnóloga y autora, entre otros textos sobre la religión Yoruba, del libro Orichas en Cuba. Por entonces, a este guantanamero, apenas se le descubría en las salas expositivas de la capital cubana debido a su labor como integrante de un colectivo de hombres de ciencias.
"Considero que no hay sitio como este (se refiere a esta reserva de la biosfera) en el planeta. Aunque es lo más cerca que tengo del Orquideario de Soroa, el más grande del país, a donde voy a realizar mis estudios".
_ ¿Todos estos años de observación continúa y búsqueda de nuevas variedades le aportó algún descubrimiento en particular?
_ Me considero extremadamente cauteloso y con respecto, incluso, al nombre femenino de estas flores. Lo digo porque su acepción etimológica le relaciona con el sexo opuesto. La palabra orqui, en griego, significa testículo; pero en el mundo de la plástica siempre han estado presentes las representaciones eróticas.
"Lo interesante es que muchas de estas flores son diminutas y debí exponerlas bajo el lente de un microscopio. Esa tarea exige muchísima disciplina, para lograr la concentración, y exactitud al reproducir en un dibujo que tiene dimensiones cientos de veces mayor que la original.
"En esa tarea mis principales críticos resultaban los científicos. Me había incorporado desde el año 1960 a uno de los equipos de trabajo. Me inicié como dibujante (rectifica y sonríe con marcada intención) en el Jardín Botánico Nacional. Fueron tiempos importantes de provechosos intercambios con los diferentes grupos de investigadores y especialistas. Desarrollé habilidades que desconocía, mientras adquiría la disciplina y el conocimiento en relación con un universo (la botánica) que se manifiesta en constante expansión. Digo esto porque muchas veces chocamos con una pared invisible: nuestras propias limitaciones y la falta de exigencia personal o estímulo para continuar determinada búsqueda".
Cuando se vincula el arte a la naturaleza se produce una simbiosis entre el hombre y el entorno, donde ambos se aportan, relacionan y descubren. Observo esta cualida en Duporté. Es un hombre que parece viajar en el tiempo. Su estancia por varias décadas en la reserva natural le permitió replantear su propia vida. Una existencia que le ha marcado definitivamente un derrotero en el arte y las ciencias. Es por eso que una vieja interrogante se interpone entre nosotros. La formulé una vez hace muchos años y aún recuerdo la expresión, en su rostro, aquella tarde frente al restaurante El Floridita. La respuesta fue la misma:
"Muchos repiten que lo esencial es invisible para los ojos, pero no llegan a interiorizar la verdad que encierra este acertijo filosófico inmortalizado en las páginas de El Principito, el libro de Saint Exúpery. La ciudad me aportó lo suficiente para entender que debía encontrar otros motivos para continuar mi vida. Algunos no entendieron el por qué me alejaba de los centros expositivos más importantes.
"Para entender esta cuestión debemos tener en cuenta a José Martí. Nuestro Héroe Nacional nos dejó ejemplos e ideas suficientes como legado de su perseverancia y esfuerzo aún cuando su vida resultó físicamente breve.
"Cada artista debe buscar su propio camino de expresión y hacerlo de manera elegante, decorosa, donde no exista margen para la vulgaridad. Se puede pintar de todo, en cualquier parte, la forma es lo importante. No soy un ermitaño. En realidad, la estancia en este retiro natural, me permitió acumular más juventud".
Se confiesa apasionado de la obra de pintores como Carlos Enríquez. "Es un pintor sensual que envuelve". Esa capacidad de seducir, a través de las formas adoptadas por una especie de la flora, le propuso objetivos importantes. "Me di cuenta al ver que cada una de estas flores sugería el acercamiento a otros ángulos menos visibles y atrevidos. Detalles que no solo fueron estimados por los científicos, sino por coleccionistas y admiradores de mi trabajo".
_ ¿Pero no siempre tus colegas valoraron, como ahora ocurre, tu trabajo?
_ Muchos colegas no apreciaban, al principio, mi obra. Pero eso no significaba un rechazo. Aprecio a quienes llegaron jóvenes al reconocimiento público y profesional, artísticamente hablando. Me refiero a pintores como Fabelo, Nelsón Domínguez, por citar dos ejemplos. En mi caso demoré un poco, pero me siento, igualmente conforme con el resultado.
_ ¿Ha completado su trabajo pictórico y de investigación sobre las orquídeas?
_ Haría falta un millón de Duportés. Se considera la existencia de más de más 30 000 especies. En este campo si tratas de seguirles el rastro estoy seguro que aparecen muchas más.
"En 1996 me encontraba en Brasil, en la XV Quinta Conferencia Internacional sobre las Orquídeas. Fui invitado para llevar una muestra de mi arte. En aquel lugar hice referencia a los textos de Esto me recuerda los textos de Martí. Fíjate que no he logrado reponerme de la grata emoción que experimenté al ser retribuido por el público de aquella exhibición en Río de Janeiro.
_ Al principio de esta entrevista le preguntamos si había descubierto alguna de estas plantas que fuera desconocida en los registros científicos.
_ Sí encontré una especie que ahora lleva mi apellido. Eso me llena de gusto, pero lo más importantes es conocer a otras personas interesadas en el tema. Por ejemplo al que fuera embajador nuestro en Dinamarca. Un día vino a visitarme, con su familia, y me regaló un libro ilustrado que trata el tema de las orquídeas. Aquel texto contiene grabados japoneses.
"A veces escribo notas, conceptos relacionados con la experiencia adquirida en mi relación con estas especies de la flora. Pero debo reconocer que el trabajo de la ilustración científica en Cuba es virgen. Es cierto que sobre nuestra flora y fauna existen dibujos de artistas plásticos, pero generalmente son extranjeros.
"Recuerdo que recibí la información, desde Miami, acerca de uno de los jóvenes que fueron sacados por la propaganda norteamericana contra la naciente Revolución cubana. Me refiero a la Operación Peter Pan. En este caso se trataba de un señor llamado Nilio Cueto, quien se dedicó a comprar todo tipo de artículo relacionado con Cuba. Incluso llegó a montar una exposición con 8 cuadros de mis orquídeas. Incluso hizo un catálogo. Localicé al coleccionista y vino a visitarme. Fue una experiencia interesante.
—¿Prefiere que le llamen el pintor de las orquídeas?
—Me parece poco saludable que me conozcan como el pintor de las orquídeas. Quienes así piensan deberían leerse el artículo (volumen XVII de las Obras de Martí) y publicado por el diario La Nación, en Buenos Aires, donde el Apóstol hiciera referencia a estas flores, o quizá a la Heroína Celia Sánchez Manduley. Otro dato curioso resulta en la coincidencia de la publicación ese artículo de Martí y el nacimiento de Celia el día 9 de mayo".
Recita de memoria parte del texto. Luego, como si un rayo de luz despertara en sus ojos, habla del abuelo paterno quien fuera guía y práctico de Martí y Gómez en Playitas de Cajobabo. Se trata del Capitán del Ejército Libertador José Modesto Pérez. "Desde entonces he realizado mis investigaciones acerca de Martí, mi familia mambisa y Celia Sánchez.
"Me satisface que mis compañeros científicos y otros artistas como el maestro Cintio Vitier advirtieran mi talento. Pero sobre todo evoco mi labor en la biblioteca rodeado de libros. Eso me dio luz para entender lo que debía hacer. Las flores se pueden ver de muchas formas. Soy miembro de la Asociación de Científicos Botánicos. Publicaron, hace algún tiempo un directorio donde aparece mi ubicación en Las Terrazas.
—¿Puede referir alguna experiencia que marcó su vida?
—En una ocasión visité la biblioteca del Instituto Botánico Nacional y me encontré, dentro de un libro, varias de las fichas que realicé en mis años de juventud. En ellas me refería a dos artistas checos, padre e hijo, que lograron reproducir una especie de flor en cristal con sus colores correctos que se encuentra en la Universidad de Harvard. Fue violento reencontrarme con mis notas de puño y letra. En las fichas grabé apuntes relacionados con Leopold Blashka y Rudolf Blashka.

Recientemente, el artista Jorge Duporté recibió el encargo de llevar su obra pictórica para formar parte de un proyecto compartido con otros creadores en la Quinta de los Molinos, un histórico lugar ubicado al pie de la avenida Salvador Allende (Carlos III) en la capital cubana. Este sitió que se restaura como parte de los esfuerzos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, es el lugar donde tenía su residencia el Generalísimo Máximo Gómez Baez, patriota internacionalista dominicano que fue el Comandante en Jefe del Ejército Libertador durante las luchas por la independencia de Cuba a finales del siglo XIX.

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