martes, 19 de octubre de 2010

El laberinto de Sarkosy

Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Debe ser extremadamente para el señor Nicolás Sarkosy, tratar de mantener su trabajo como presidente de un país, ser el esposo de una mujer que fue top models (en 1988) y cantante y firmar la expulsión de una etnia, los gitanos, como el tiempos de la Alemania nazi, aunque el jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, ha señalado que la acción de su homólogo francés no tiene que ver con un problema racial y sentencia que fueron adoptadas en el marco de derechos.

Incluso, el señor Zapatero llegó a solicitar, en Bruselas, a la Comisión Europea que no prejuzgue la política de expulsiones de París antes de examinar los argumentos aportados por Sarkozy y había censurado las declaraciones "absolutamente fuera de lugar" de la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, a la que acusó de atacar también a España en el pasado de forma "poco afortunada".

No caben dudas de que el jefe del gobierno español es un buen amigo de Sarkosy y también, por supuesto, del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Solo basta interpretar las declaraciones relacionadas con la presencia de tropas españolas en la coalición imperial con el gobierno de los Estados Unidos. Así declaró a Wall Street Journal: "Yo siempre estuve contra la invasión de Irak, pero siempre apoyé la intervención en Afganistán". Y luego el mismo discurso ante el Congreso de los Diputados: "Hay que completar la misión de poner fin a la violencia y al terrorismo" en este país, ha remachado.

Volviendo al tema que me ocupa. Según Sarkosy, Angela Merkel, la canciller alemana también le había anunciado sus intenciones de "desalojar campamentos gitanos" en Alemania, aunque el gobierno de la señora Merkel, niega que “siquiera existen". La polémica desató un debate sobre su situación. En particular, un acuerdo alcanzado el pasado mes de abril entre el Gobierno alemán y el de Kosovo y en el cual se contempla la repatriación de 13.000 refugiados kosovares a la recién independizada república balcánica. Unos 8.500 de ellos son gitanos. Kosovo, no es miembro de la Unión Europea (UE).



Mientras la llama del asunto gitano calentaba, en derredor del premier Sarkosy, el mandatario galo ordenaba retirar de una web, un documental que reflejaba declaraciones de la primera dama Carla Bruni y en el cual su esposa hablaba de sexo. Incluso, algunos aseguran la señora que la señora Bruni había representado una suerte de Kamasutra políglota con el propósito de resolver diferencias lingüísticas en caso de un encuentro sexual. Por su parte, el autor del video, el señor Thomas Cazals, se manifestaba consternado por la situación creada por la decisión del presidente galo.

El aspecto más controvertido del documental se remonta a una entrevista que le hicieron a la modelo en 1996 en el programa televisivo "Eurotrash" y donde la primera dama francesa detallaba, en varios idiomas, las frases necesarias para la conquista amorosa muy alejada del glamour que la caracteriza.

Sin embargo, el realizador del documental de 27 minutos se justificó después de ver la censura a su obra: "In the tube with Carla Bruni" que requirió 18 meses de trabajo, pero apenas sobrevivió 15 días en el sitio del ciberespacio donde Cazals la había colocado. "Mi idea era bastante naif al inicio. Pretendía acercarme con ingenuidad al personaje. El resultado no es una manipulación, sino un retrato de Carla Bruni", explicó.

No sé cuál es el mal peor para la imagen pública y credibilidad del señor Sarkosy. La expulsión de los gitanos me recuerda escenas de la historia en la Europa fascista que no conocí o la actitud asumida por mandatario galo para proteger a su esposa. No obstante, la mezcla de ambos hechos me recuerda un cuento popular; pero no lo considero oportuno publicarlo.

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