lunes, 14 de febrero de 2011

Bajo el signo de Verón



Raúl San Miguel

Foto: Tomada del artículo de referencia



No quiero hablar como un fanático, sino como un nuevo pincharrata que aprende el código de honor que ha convertido a Estudiantes en un equipo de campeones. Lo digo porque he tenido la suerte de observar y compartir criterios de muchos de los seguidores del tetracampeón equipo de futbol. Sobre todo porque leí y comenté, además, las declaraciones del nuevo DT, Berizzo. Entonces no puedo permanecer impasible al leer un artículo como: “La omnipotencia del Señor Dueñodetodo”, firmado por Andrés Eliceche, Marcelo Rodríguez (*), el 13 de febrero, o sea una jornada antes de la celebración del Día de San Valentín.

Comienzo por estas líneas en las cuales el periodista se distancia, previamente, para colocar toda la dinamita que tendrán sus siguientes palabras: “Distintas fuentes cercanas al plantel cuentan por lo bajo que el pulgar de Juan Sebastián Verón es más fuerte que cualquier dirigente”.

De esta manera se pretende “sembrar” ¿qué? ¿Polemizar desde la razón o desde la discordia? ¿Acaso no tiene, el articulista Andrés Eliceche, Marcelo Rodríguez (*), acceso a las declaraciones de Berizzo. En mi caso, a miles de kilómetros de distancia de la Ciudad de la Plata, las pude bajar de la Internet y consultar con algunos pinchas. Berizzo dejó claro que puede trabajar con Verón. Cito sus declaraciones cuando fuera presentado oficialmente y lo dijo a la prensa que asistió:

“dirigir a un equipo como Estudiantes es un desafío máximo, pero también lo sería otro equipo. Mi profesión es de responsabilidad máxima. Que estudiantes me brinde esto me obliga a una responsabilidad total, dedicación y con pasión. Soy un entrenador que inicia su carrera y me tocó un equipo muy importante, ojalá esté a la altura".

Pero sobre todo dejó clara su posición con respecto a Verón y aseguró: “contar con Verón es tener un futbolista de nivel que sigue vigente. Es parte del patrimonio afectivo, es un honor entrenarlo, como entrenar a todos sus compañeros. Ojalá todos sean mejores a partir del entrenamiento que les provoque".

Reitero: “”es parte (Verón) del patrimonio afectivo”. Me pregunto: ¿Podría actuar como un Dios, un ser supremo omnipresente, un jugador tan terrenal y lleno de amor propio por su equipo, alguien que fue capaz (según explican) colocar parte de sus ganancias cuando jugó fuera de su país para facilitar los recursos imprescindibles a los pincharratas?

Sin embargo el artículo continúa:

“Aclaración: los hechos y personajes mencionados en esta anécdota son fruto de la causalidad; sólo para protegerlos, se evitará ponerle nombre propio a los protagonistas de la pequeña historia. Cuenta la leyenda que una tarde cualquiera de un año cualquiera (de los últimos cuatro), una mesa reunía a los dirigentes de un club bonaerense –acostumbrado a dar vueltas olímpicas últimamente–, a un jugador a punto de ser incorporado, a su representante y al capitán del equipo, pelado él. En un momento, ya cuando la charla era pura distensión, se empezaron a tirar apellidos al aire: la cuestión era encontrar un delantero en condiciones de ser contratado, la pieza que faltaba en el engranaje. Entonces, el representante, en un acto de pura ingenuidad, osó preguntar/sugerir: “¿Y por qué no le preguntan al técnico?”. La respuesta salió de boca del muchacho pelado: “¿Para qué? No, eso lo definimos nosotros”. El representante, entonces, giró su cabeza y miró al costado; en una mesa alejada, el entrenador en cuestión comía una milanesa. Solo y en silencio”.
Bueno si en algo pienso de la mala onda (como dicen ustedes) de la anécdota solo basta señalar: “Aclaración: los hechos y personajes mencionados en esta anécdota son fruto de la causalidad”. Para qué un periodista utiliza un hecho al que define como fruto de la “causalidad”. Es lógico, todos los hechos son frutos o resultados de alguna causa determinante, de lo contrario no ocurrirían. Sin embargo, los “personajes” no pueden ser incluidos, aunque tuvieron una buena causa para existir: el resultado del amor o de la unión de sus padres.

Pero, (en su mala onda) agrega: “Cuenta la leyenda que una tarde cualquiera de un año cualquiera (de los últimos cuatro), una mesa reunía a los dirigentes de un club bonaerense…” Entonces… ¿es una leyenda? ¿Por qué una leyenda pudiera tomarse como la referencia directa en alusión a un Verón omnipresente como Dios (para los creyentes en el padre celestial). Y continúa:

“Así son las cosas. Juan Sebastián Verón reconoció esta semana: “Trato de meterme en todos los temas relacionados con el club”. Pero después se defendió: “Me involucran en la salida de todos los técnicos y me molesta la mentira, porque lo que no hago es echar técnicos y decir quién viene y quién no”. Hacía falta la autodefensa. Sobre todo, por la conexión Verón-Pires. Se explica: Miguel Pires es amigo del líder de Estudiantes, con un catálogo propio de jugadores afincados en el plantel del último campeón. La lista sábana de representados incluye a Matías Sánchez, Gabriel Mercado, Nelson Benítez, Gata Fernández, Facundo Roncaglia, Maximiliano Nuñez, Mauricio Carrasco. Leandro González. Y Verón, obvio.

“Yo no soy nadie como para decir llega tal o cual jugador”, insiste el señor Juan Sebastián. Chan. Las palabras no se ajustan al mundo pincha, en el que nadie duda acerca de quién es quién. Por ejemplo, la frustrada llegada de Ernesto Farías a Estudiantes tiene como responsable al hombre con coronita. A continuación, una pequeña guía con preguntas-respuestas para entender el asunto: ¿Quién es el representante de Tecla? Fernando Hidalgo. ¿Quién era su socio comercial hasta que rompieron relaciones? Pires. ¿Y Verón? Salió a cuidar el terreno de su amigo y le cerró la puerta al delantero que era del gusto de Alejandro Sabella. Ah, ¿y Sabella? Sigue comiendo milanesas, pero ya no es el técnico. Antes de dejar su cargo tuvo que soportar cara a cara la afrenta del capitán: “¿Yo te inventé y ahora te vas a ir?”. No sólo respuestas salen de la boca del muchacho pelado.

UN MOMENTO Y ACOTO

¿Es una leyenda o es real el hecho, la anécdota. Entonces ¿Quién inventó a Verón? ¿Alguien pudiera decirme que el talento de ese jugador se inventa? ¿Qué la decisión de entregar parte de su ganancia para Estudiantes no es un acto de amor sin límites? Ahora resulta que otro “Dios” inventó al omnipresente.

Sigue, el articulista:

“Pan y queso. La elección de jugadores en el potrero tiene su correlato en Estudiantes. Hay un futbolista que tiene protagonismo para decir vos sí, vos no. Según un allegado al plantel, “Verón congeló a Maxi Nuñez y tampoco quería a Juan Manuel Díaz (actualmente en River)”. Incluso la misma fuente le detalló a PERFIL el affaire Calderón: “El que lo bajó del Mundial de Clubes fue Verón”. El problema se remonta a la época de Leonardo Astrada, que discutió con Marcos Angeleri porque no quiso ingresar en un partido contra Arsenal, a poco del final. En aquella discusión, Calderón intercedió a favor del entrenador. Pecado Mortal. A partir de entonces, el capitán de Estudiantes lo tachó de su planilla de intocables. Motivos, le sobraban: el defensor era su amigo y, además, lo representaba Pires”.

“Pensando a futuro. En la cancha ejecuta sutilmente con los pies. Pensante y estratega, Verón también es protagonista cuando no juega. “Trato de meterme en todo”, reconoció durante estos días, luego de la salida de Sabella. Tiene razón. Sus aspiraciones presidenciales dentro del club se traducen en movidas políticas concretas. “La actual conducción fue respaldada por Verón, en detrimento de Julio Alegre”, señala una fuente cercana al plantel. Se sabe, la bendición de Bruja era determinante para ganar las elecciones.

En cuanto a proyectos, Verón prefiere que el Pincha sea local en el estadio Ciudad de La Plata; al contrario que Alegre. Alguien que conoce la interna del club le precisó en off a este diario: “Hace tiempo Alegre me dijo ‘vas a ver que el estadio de 1 y 57 no se termina más’”.

Buen muchacho. Es el futbolista emblema, está claro. Desde su vuelta al fútbol argentino en 2006, Estudiantes también goza del fanatismo de Verón por el club. Hay sobradas muestras de su condición de benefactor. Por destacar algunas, la vez que se bajó el sueldo para que Rodrigo Braña siguiera en el plantel, ya que tenía todo acordado con un club de México; cuando donó plata para el resembrado de siete canchas en City Bell; también se hizo cargo de las maquinarias traídas desde Europa, para reacondicionar el gimnasio. Un gran ejemplo. Y, además, se entrena como ningún otro: en las prácticas, para ser el mejor cuando juega; afuera, para seguir siendo el Rey León.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil”
Les aseguro que me resultó difícil hacer la disección de esta especie de reporte periodístico. No porque carezca de elementos de juicio, sino porque realmente (desde mi punto de vista) es demasiado cargada de malas intenciones. En mi caso (particular) me resultaba difícil entender algunas frases de los pinchas porque las consideraba exageradas. Explico y me refiero, por ejemplo, “el cielo nos queda chiquito” y “Verón sos mi Patria”. Sin embargo, las entiendo. En todo caso son frases que solo encierran el profundo amor y respeto hacia un equipo, Estudiantes, y a Verón: el atleta que ha sido capaz de ganar tamaño respeto.

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