lunes, 14 de febrero de 2011

Drogas: camino de la violencia y el Soft-wars del presidente Barack



Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

No es la primera vez que aparece un reporte periodístico que demuestre la conexión entre las fuentes proveedoras de gran parte de la droga que entra a los Estados Unidos y los transportes militares de ese país. Específicamente las naves que participan en las “operaciones contra el narcotráfico” o tienen bases en territorios de naciones de Latinoamérica.

En este caso, el despacho informativo refleja la posición asumida por el gobierno argentino (de enérgica protestas) ante la situación creada por el decomiso de parte de la carga trasladada, a esta nación sudamericana, por un avión de la Fuerza Aérea estadounidense. En una nota de protesta presentada ante la Embajada de Estados Unidos, la Cancillería argentina subrayó que hasta el momento ni esa legación, ni su gobierno “han proporcionado explicaciones satisfactorias que aclaren la presencia de material no declarado en el cargamento”.

Por supuesto, tal situación ha creado, de hecho (aún si trascendiera a una disculpa diplomática por la parte de Washington), una situación polémica y difícil entre estas dos naciones. Sobre todo porque habría que preguntarse el motivo de ese cargamento.

No obstante, considero oportuno retomar otro despacho periodístico relacionado con la exportación de armas a sus aliados como parte de la hegemonía del sistema norteamericano y la posición asumida por parte del señor Barack Obama, presidente de los Estados Unidos.

Según CNN en su versión digital, Obama está más abierto a las exportaciones de armas que ningún otro presidente demócrata de Estados Unidos. Una posición que demuestra la proyección de la llamada política “suave” para lograr los mismos propósitos de imperiales defendidos por las anteriores administraciones. El “cambio” era solo el collar del perro, la posición asumida (una vez en el poder) ha sido el aumento de la presencia de las tropas invasoras estadounidenses en Iraq y Afganistán. Una mayor concentración de armas nucleares en navíos (submarinos y portaviones) operativos en zonas de conflictos bélicos sostenidos por la Casa Blanca a escala global y el sostenimiento de un complejo Comando para el ciberespacio.

Según el despacho, de Cubadebate, el especialista Loren Thompson, consultor veterano de la Defensa, asegura que el Presidente tiene otros motivos para ese apoyo (venta de armas), relacionados con las alianzas de Estados Unidos, con los empleos, y con su papel en el mundo… y a cuanto tiene que hacer para mantener ese papel. Por supuesto, no refiere que estas armas forman parte del gran negocio multimillonario que ahora se relaciona con los fabricantes de medios tecnológicos empleados en el universo ciberespacial. Por supuesto, antes (recuérdese, como ejemplo, el Caso Irangate) el tráfico de armas y drogas para financiar el proyecto norteamericano de lucha contra la revolución de los sandinistas en Nicaragua.

Los despachos de prensa informan que, en octubre pasado, el Departamento de Defensa, el cual administra las ventas al exterior, anunció una oferta por unos 60 mil millones de dólares, correspondientes a 70 helicópteros de ataque Apache, factura de Boeing, más una flota de F-15. Por supuesto, no incluye la venta de los sofisticados modelos de aviones cazabombarderos (superiores al F-22) al estado de Israel, fuerte aliados de Estados Unidos en el Oriente Medio. No obstante, se especuló una supuesta venta a Arabia Saudita 84 aviones y mejorías y reparaciones a viejos jets por la misma firma. Claro, no se trata del modelo vendido (en exclusiva a Tel Aviv) a los sionistas para mantener su capacidad de apoyo a las fuerzas norteamericanas presentes en la región.

En ambos casos, los reportes periodísticos reiteran la impunidad del gobierno de los Estados Unidos para continuar sus operaciones militares, aun cuando el costo sea la muerte de millones de seres humanos víctimas de sus armas, de las situaciones creadas en las naciones ocupadas, de la amenaza y “ataques de limpieza” contra lugares donde se cultiva la droga en Sudamérica y Asia, e incluso del consumo de las drogas que trasladan hacia el territorio de los Estados Unidos y crean un estado de dependencia entre los estados (donde se cultiva, valga la redundancia) y los estados donde se consume.

En la foto, imagen de soldados involucrados en el llamado Plan Colombia: una estrategia de ocupación proyectada por la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA). "¿Lucha contra el narcotráfico o por el control del narcotráfico?

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