viernes, 8 de abril de 2011

Infamia en circuito cerrado

Raúl San Miguel

Foto: Pendiente

Hace unos días, cuando un misil mediático lanzado contra la plataforma facebook obligó a que sus administrativos sacaran (irrespetuosamente)al periodista Manuel David Orrio de ese circuito ciberespacial. Desde que fuimos notificados, de esta agresión,los periodistas cubanos y amigos de todo del mundo nos opusimos a tamaña infamia. Por supuesto, supimos de la maniobra mediática, a partir del llamado que hiciera (precisamente en facebook) Manuel David Orrio Teijeiro, hijo, quien prácticamente movilizó nuestra opinión en solidaridad con el periodista y revolucionario cubano. Poco después, cuando su padre fue restituido en sus derechos a utilizar facebook, tuvimos un encuentro en el cual me aseguró que el muchacho había prácticamente convocado a todos sus compañeros del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echevarría, antigua CUJAE. Estaba orgulloso, pero también me alertó de que el hijo podría sufrir parecidos ataques, lo cual ya sucedió.

Por entonces, publiqué bajo el título: Estalla plataforma ciberespacial..., y cómo subtítulo: Infamia en circuito cerrado. Por supuesto, no imaginé que lo utilizaría mas adelante y con casi idéntico propósito. Esta vez, fue el padre el que me comunicó la existencia de un ajuste de cuentas. Algo que tenemos previsto quienes conocemos los métodos de actuar de los enemigos de la Revolución. No obstante, aclaro que el ataque a nuestros familiares y amigos, se apoya en la supuesta vulnerabilidad del revolucionario. Es lógico, para ser revolucionario se necesita tener una fuerte convicción de principios morales y éticos que nos identifican como seres humanos. El precio no es dinero, sino la capacidad de entregar nuestras vidas, si fuere necesario, por una causa justa.

En el caso de Manuel David, hijo, el ajuste de cuentas se apoya en grosera manipulación de su imágen pública en el prestigioso instituto superior donde estudia.

Esta forma manifiesta de la contrarrevolución tiene sus bases en elementos considerados de "quinta columna" o "tapaditos" como decimos aquí en relación con los que simulan mantener y observar una posición acorde a los principios de nuestra sociedad y en realidad observan y buscan el menor resquicio para colocar sus mentiras.

Recuerdo que cuando fui notificado, con urgencia, por el hijo de Manuel David escribí que se trata de "un amigo que publica activamente en varias redes sociales y ha demostrado su resuelta posición en defensa de la Revolución cubana. En consecuencia ha sido cerrada su cuenta en Facebook, se trata del periodista cubano Manuel David Orrio. Reconocido, entre los enemigos del pueblo de Cuba, por su actividad como agente de la Seguridad del Estado cubano durante sus acciones encubiertas para neutralizar actividades de terrorismo que apoya el gobierno de los Estados Unidos en su guerra encubierta con la Mayor de las Antillas.

El propio Manuel relata: “Acabo de enterarme de que Facebook eliminó mi cuenta (orrio@enet.cu) en esa red social por supuesta CONDUCTA INDEBIDA. Nada de explicaciones, nada de nada. Como también el silencio ante mis reiteradas denuncias por los ataques con que la contrarrevolución me honra constantemente, algunos de éstos bien bajos y sucios, principal de los cuales es el de reiteradas referencias despectivas a mi discapacidad motriz.

Mas adelante aclaraba:

Conozco a este hombre y sé de su posición definida al lado de los intereses del pueblo de Cuba para defenderse de ataques directos e indirectos que, durante este medio siglo, han dejado una estela de crímenes en los cuales las vidas de niños (atacados por la guerra bacteriológica), la metralla de armas mercenarias como el caso de Boca Samá, entre otras, alcanzan una cifra indeterminada en cuanto al valor de estas vidas y los daños causados (secuelas) sin contar los más de 750 000 millones de dólares que equivale mantener el bloqueo contra Cuba como una variante de la guerra genocida de Washington contra la Isla.

Ahora le toca el turno a su hijo. Tampoco esta vez permitiremos que su imagen pública sea lacerada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario