jueves, 7 de agosto de 2014

Israel busca pretexto para continuar el genocidio










¿Por qué pretendes asesinar mis palabras y condenarme al silencio?
¿Por qué condicionas que llore en la oscuridad cuando en la herida fluye la sangre de un pueblo?
¿Por qué debo creer en tu voz, si no la escucho?
¿Por qué mientes a un dolor que no compartes?
RSM.




Fotos tomadas de la Internet

El fracaso de la agresión israelí contra Gaza se evidenció a partir de la fisura en el muro de silencio mediático impuesto por las transnacionales ciberespaciales que responden a los círculos del poder mundial en función de los intereses de Estados Unidos, Tel Aviv y la coalición imperialista.
Las denuncias en las redes sociales crearon un tsunami de protestas y solidaridad con el pueblo de palestina. Incluso personalidades de renombre internacional expusieron sus criterios en contra del genocidio, mientras a Israel y la Casa Blanca le resultaba, cada vez, más difícil contener lo que ahora se convierte en reclamación lógica frente a un tribunal internacional donde se procese al gobierno de Benjamin Netanyahu, por crímenes contra la humanidad.
A partir de una frágil tregua en los bombardeos, comienzan a fluir las opiniones en relación con la posición asumida por políticos de Israel que culpan al ejército, de ese país, por el fracaso de la llamada Operación Roca (léase genocidio contra Palestina), para mantener sus posiciones al frente de carteras gubernamentales sin ser blanco de las críticas, según el diario Maariv.

Otros medios de prensa israelíes acusan al propio Netanyahu, por haber engañado a la opinión pública. Así lo expone un analista político del periódico Yediot Aharonot, Shimon Shiffer, quien aseguró que: “Netanyahu escogió retirarse de la Franja de Gaza sin un compromiso o sin resolver nada. Él arrastró a Israel a una guerra interminable y que no se podía ganar”.

Primero no fue una guerra, aun cuando la resistencia palestina haya causado bajas a los invasores. Se trata de una agresión directa y genocida de un país sobre otro con todas las implicaciones jurídicas internacionales que deben conllevar, como un juicio contra Tel Aviv, por estos crímenes en los cuales las víctimas sobrepasan los miles, entre muertos, heridos, y expulsados fuera de la Franja de Gaza.

El diario señala que: “Netanyahu ha prometido construir un muro a lo largo de la frontera con Gaza. Ha levantado un muro a lo largo de la frontera con Egipto y planea otro a lo largo del Río Jordán. Imaginen un estado rodeado de muros por todas partes y protegido por un sistema antimisiles. Sin embargo, él no dijo una palabra acerca de la otra solución – un acuerdo que garantice la vida a ambos lados de la frontera”.

En este sentido el articulista fija una posición un poco más coherente: la búsqueda de un acuerdo que garantice la vida a ambos lados de la frontera. Para lograrlo, el estado de Israel, debe escuchar las exigencias del pueblo palestino, condenado a una pequeña porción de tierra y hostigado en todas las formas posibles para lograr su exterminio. Por supuesto, no es la idea del articulista, supongo, pero es la única forma de llegar a un acuerdo necesario y justo.

Finalmente plantea la esencia del propósito de Israel contra Palestina: “Estamos decepcionados con Netanyahu e irritados por el alto precio que ha pagado, especialmente los muertos y heridos (se refiere a los soldados israelíes agresores que fueron muertos por la acción de la resistencia palestina. De ningún modo se refiere a los miles de palestinos asesinados y los miles de heridos provocados por las bombas que lanzaron sobre Gaza, un verdadero genocidio), en estos 28 días sin conseguir nada. Netanyahu puede consolarse ahora con lo que Henry Kissinger dijo una vez: “Los gobiernos hacen lo correcto una vez que todas las otras opciones se han agotado. Y eso estamos esperando”, señaló.

Una vez más, aclarar que Tel Aviv no ha hecho lo correcto para resolver el conflicto con Palestina. Nunca fue la intención negociar con los palestinos y acceder a sus peticiones. En todo caso impuso dos tres opciones, condicionadas entre sí: 1-Reducir al pueblo palestino a una especie de guetto controlado por Tel Aviv, 2-Destruir (mediante el bloqueo, también genocida) cualquier posibilidad de consolidar un estado palestino en la frontera con Israel, y 3-Los ataques selectivos a los líderes de los grupos de resistencia, mientras se combina el terror, mediante bombardeos como el realizado durante 28 días.

Por otra parte, comienza la manipulación mediática con relación a la reunión en Egipto, al citar opiniones aisladas atribuidas a dirigentes de Hamas y la supuesta declaración de una fuente oficial egipcia que asegura observar la intransigencia de Hamas, sin dar detalles concretos sobre qué fundamentan esa intransigencia que cuestionan estos voceros no identificados.
Existen dos posiciones:

1-Hamas exige que Israel y Egipto levanten el bloqueo que han impuesto al territorio palestino desde que el grupo islamista tomó el poder en 2007.

2-Israel insiste que Hamas primero debe deponer las armas.
En consecuencia:
1-Israel advierte que responderá si Hamas reanuda el fuego después de que una tregua temporal de tres días expire en la Franja de Gaza. "Nos preparamos para cualquier situación y si ellos reanudan el fuego, el ejército reanudará las operaciones", dijo el ministro de gabinete israelí Guilad Erdan, a Israel Radio. 
Considero, en mi opinión: 
Para Israel no es difícil encontrar o fabricar un pretexto que le permita reanudar la masacre que ha sido (momentáneamente) detenida, insisto, por las fisuras de solidaridad internacional en el bloqueo mediático de las transnacionales que controlan la información en el ciberespacio, y que ha permitido las denuncias de millones de personas en todo el mundo y la proyección de una exigencia -que toma cada vez más fuerza- para llevar a Tel Aviv a un tribunal internacional donde responda por crímenes contra la humanidad.
Los pueblos de todo el planeta deben permanecer alertas. El imperialismo acecha. El crimen de Israel contra Gaza es la prueba de la vigencia de los gérmenes del facismo, en la política exterior y la proyección militar de Israel (además de su aliado incondicional: el gobierno de Estados Unidos y su cohorte de aliados imperialistas) y sus consecuencias para el resto del mundo.

RSM.




                                         

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