jueves, 3 de marzo de 2011

El rostro oculto de un enemigo invisible (Las edades del hombre)


Raúl San Miguel

Foto: Tomada de la Internet

Dedicado a los hombres y mujeres que "luchan todos los días" por defender la vida, "Allí donde estés".

Evidentemente el hombre alcanzó la “mayoría de edad” en la involución de las especies. Desde su aparición hasta la fecha ha sido el detonante que provoca el desequilibrio en la naturaleza hasta el punto de condicionar la fragilidad del planeta y condenar a la desaparición del llamado planeta azul. Sin embargo, también ha tenido enemigos que han “evolucionado (natural o genéticamente modificados por el propio hombre)” hasta convertirse en un ejército, casi indestructible, que cobra miles de vidas humanas: las pandemias.

Muchas de estas enfermedades pandémicas están asociadas a las guerras de rapiña o conquista de otros territorios desde tiempos inmemoriales. Incluso, virus y bacterias forman parte de las armas elaboradas en laboratorios sofisticados y, por supuesto, probadas en territorios donde operan las tropas (incluye a los invasores) involucradas en conflictos bélicos imperialistas. Por ejemplo, la Peste Negra apareció por primera vez en las estepas asiáticas a comienzos del siglo XIV. Desde esta zona fue extendida por los ejércitos mongoles que atacaban Europa Oriental.
En el año 1346, los mongoles sitiaron la colonia genovesa de Kaffa, Crimea.

En éste asedio se produjo uno de los primeros usos de armas bacteriológicas de la Historia, al lanzar los mongoles con sus catapultas trozos de cadáveres infectados con la peste (una forma rudimentaria de guerra bacteriológica) hacía el interior de las murallas de la ciudad. Obviamente, esto originó que la peste se propagara rápidamente por toda la colonia y aunque los genoveses consiguieron resistir y derrotar a los mongoles, varios mercaderes que escaparon en barco de la ciudad llevaron la epidemia hasta Génova, desde donde se extendió por toda Italia en 1347. Así se iniciaba la pesadilla que haría despertar a Europa de su letargo medieval.
Al año siguiente, 1348, la peste se había propagado ya por casi toda Europa, asolando además Asia e incluso África. A esta rápida propagación ayudaron factores como el desconocimiento que se tenía en la época sobre las epidemias, el transito constante entre países de peregrinos, soldados mercenarios y comerciantes, y sobre todo un animal que se extendió desde Asia por toda Europa: la rata negra, cuyas pulgas transmitían la enfermedad a los humanos.

La Peste Negra es un brote de Peste Bubónica, una epidemia causada por una bacteria llamada Yersinia pestis. Ésta bacteria originalmente afectaba a las ratas negras asiáticas y las pulgas de de estos roedores serían las responsables de que la enfermedad se trasmitiera por primera vez al hombre.

Según el medio por el cual la bacteria infectaba a los humanos la enfermedad variaba:
Si la bacteria entro en el cuerpo humano a través del aire, se producía la variante de peste Pulmonar, esta variante ocasionaba una pulmonía aguda que provocaba un fallo respiratorio que acaba con la vida del paciente en unos pocos días. Si era ocasionada por la picadura de una pulga infectada se producía la variante de Peste Bubónica, ya que origina que a los enfermos se les hincharan los ganglios o “bubones”. En esta ocasión, cuando los bubones estallaban se producía una hemorragia generalizada, acompañada de septicemia y en ocasiones de gangrena.

Por último si la bacteria llegaba a entrar en contacto directo con el torrente sanguíneo, se producía la variante de Peste Septicémica, la variante más peligrosa, ya que al tratarse de una infección sanguínea ocasionaba la muerte al 100% de infectados. De estas tres mortíferas variantes era posible sobrevivir a la variante pulmonar, pero era muy complicado que sin antibióticos un paciente pudiera sobrevivir a las otras dos.

Entre los brotes más contemporáneos (pasado siglo) se encuentra el Ébola (ubicado en África), pero del cual se sospecha una modificación genética realizada por ingeniería genética y el VIH. Por supuesto, otros de estos “invisibles” enemigos imponen nuevas amenazas como es el caso del AH1N1, que fuera ubicado en México y se advierten causas relacionadas con una condicionante elaborada por el propio hombre. Claro está, suposiciones aparte, la presencia de los virus y bacterias forman parte de la evolución de las especies. Sin embargo, guerras imperiales y falta de programas de salud consecuentes hacen cada vez más insegura la vida de los seres humanos en el planeta tierra. Las edades del hombre serán signadas por su capacidad para enfrentar o provocar las pandemias.

En la foto, el rostro visible del SIDA.

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